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Parapeto. – ¿Quién le pone freno al presidente? Por: Julio Bahamon

Los artículos de opinión son responsabilidad exclusivamente de su autor

Gustavo Petro es un mal perdedor. Delirante mandatario que se ha creído dueño, amo y señor de Colombia. Varias veces en su disparatado discurso en Barranquilla “censuro” a los congresistas de no haber leído la Constitución nacional, y a la hora de la verdad, el que no la conoce, “ni por el forro” es el presidente de Colombia. Ignora que Colombia es una republica unitaria social de derecho organizada por tres poderes públicos independientes, pero que deben colaborar armónicamente entre sí, articulo 113 de la carta magna. Petro con sus delirios de grandeza los ha pisoteado una y mil veces. En lugar de gobernar, con sus arengas, se ha dedicado a subvertir el orden interno de la nación y a insultar al Congreso de la República, del cual hizo parte durante mas de 20 años. A amenazar a las Altas Cortes por los fallos y sentencias jurídicas que le contradigan sus necedades. Eso lo convierte en un gamín de la política. “Dime con quien andas y te diré quien eres”, carnal amigo del ministro sub judice Armando Benedeti.

De ahí que se haya convertido en un agitador político desde la Casa de Nariño, dispuesto de romper con el deber constitucional de mantener la armonía entre poderes.

Los colombianos no nos asustamos con el cuero señor presidente. Nos preocupa el exceso de poder que se la subido a la cabeza y es necesario contenerlo para que esa armonía de poderes sea eficaz, y por esa razón nos preguntamos: ¿Dónde están esos frenos en Colombia? ¿Quién hace el llamado de atención al presidente para que respete la institucionalidad?.

¿El Congreso?, entidad que por principio tiene esa potestad y podría, de ser el caso, abrirle un juicio político. ¿La Corte Constitucional? Debería pronunciarse sobre la vulneración de los principios fundamentales del Estado de Derecho. ¿El Procurador?, aunque tiene limitaciones frente al presidente, su voz debería alzarse con firmeza cuando se transgreden los límites democráticos.

Recordemos cuando el procurador general Mario Aramburo tuvo que llamarle la atención al entonces presidente de la república, Dr Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) por haberse excedido en comentarios sobre temas políticos que afectaban a un grupo opositor.

Pero lo mas inquietante de esta situación de descarrilamiento de la nación es la actitud y el silencio cómplice o temeroso de muchos lideres de la oposición. La ley 1909 de 2.018 les otorga a los partidos opositores el derecho de réplica, especialmente frente a alocuciones presidenciales transmitidas por medios oficiales que, talvez por miedo a contrariar al “pichón de sátrapa” no lo ejercen. ¿Qué tenemos? Una oposición asustadiza, de comunicados tibios y presencias esporádicas.

Cuando lo que Colombia necesita son voces fuertes, que defiendan las instituciones y denuncien los abusos del presidente. ¿Quién le pone freno al presidente?

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Una respuesta

  1. Completamente de acuerdo. Pero es muy difícil que la oposición logre algunos objetivos, en un congreso, sobre todo en la Cámara, donde la corrupción pulula. Esperemos para ver en el 2026 cuantos bandidos de estos ceden sus curules a hijos y/o familiares para continuar disfrutando delas mieles del poder corrupto.

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