Barranquilla, 6 de abril de 2025.- Un grave caso de abuso de poder y nepotismo fue denunciado este domingo, y tiene como centro de operaciones el sector salud colombiano. Según reveló un medio de comunicación la protagonista sería, Beatriz Gómez Consuegra, esposa del ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo y superintendente delegada para prestadores del servicio de salud, habría excedido sus funciones al presionar ilegalmente la firma de un contrato millonario.
El caso se centra en un proyecto anunciado en agosto de 2023, cuando el Ministerio de Salud destinó $55.000 millones para adquirir un buque hospital que atendería a comunidades remotas del Amazonas. Este barco, construido por el astillero de la Armada Cotecmar en la costa Atlántica, debía ser transportado hasta Leticia y administrado por el Hospital San Rafael.
Según documenta el medio en cuestión, el 27 de marzo, Gómez Consuegra realizó una llamada intimidante al abogado Mario Castro y otros funcionarios del hospital, exigiéndoles: «Ustedes firman hoy… o mañana me presentan la renuncia. Es más de una vez».
Los funcionarios grabaron la conversación completa, donde la esposa del ministro ordenaba firmar el contrato ese mismo día e ingresar los documentos al Sistema Electrónico de Contratación Pública (Secop), ignorando las advertencias sobre los riesgos legales y financieros.
«A mí me respetan, yo soy la superintendente. Aquí no más. No les permito una dilación más», se escucha decir a Gómez Consuegra en la grabación, calificando cualquier objeción como «una falta de respeto con la Superintendencia, con la Alcaldía, con el Ministerio».
La agente interventora Lina Baracaldo había advertido que el proyecto presentaba serios problemas: los costos de operación no estaban garantizados, las comunidades indígenas beneficiarias habían interpuesto una tutela por falta de consulta previa, y la Gobernación del Amazonas no respaldaba el plan.
Baracaldo, cumpliendo con sus funciones y responsabilidad para con el erario, alertó que el buque hospital podría convertirse en un «elefante blanco», que incluso arrastraría al hospital a problemas financieros.
El desenlace fue contundente: cuatro días después de la llamada, Baracaldo fue removida de su cargo mediante una resolución firmada por el superintendente Helver Giovanny Rubiano. En su reemplazo fue designada Dennis Amparo Vásquez Arias, al pzrecer cuota de un político del Tolima, departamento natal del ministro Jaramillo.
Cuando el medio contactó a Gómez Consuegra para obtener su versión, ella negó que la conversación hubiera sucedido y afirmó que el proyecto era competencia del Ministerio y no de la Superintendencia. Al escuchar un fragmento de la grabación, aseguró no reconocer su propia voz.
Ya se había denunciado el conflicto de interses en que la esposa del ministro no estaba bien que estuviera en ese cargo en la Superintendencia de Salud, porque ella no podría estar vigilando, haciendole control a su propio marido. Y lo que es peor a lo que llegó el abuso, al tomarse atribuciones que no le corresponden presionando decisiones multimillonarias sin seguir los procedimientos legales.
