Barranquilla, 4 de agosto de 2018.- Según la Organización Mundial de la Salud, La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas. En el peor de los casos este trastorno mental, puede llevar al suicidio. Ya que cada año se registran cerca de 800.000 suicidios y es la segunda causa de muerte en jóvenes entre los 15 a 29 años.
El Grupo de Investigación en Farmacología y Farmacovigilancia de Audifarma, llevó a cabo un estudio para determinar las indicaciones de uso de antidepresivos en adolescentes entre los 14 y 19 años, a quienes les estuvieran prescribiendo algún antidepresivo entre enero de 2015 y junio de 2016. Allí se evaluaron 350 adolescentes de Manizales, Ibagué, Pereira, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Bogotá y otras 11 ciudades más. Que estuvieran recibiendo tratamiento con antidepresivos, en donde 209 pacientes eran mujeres y 141 hombres.
Se ha identificado que “los trastornos afectivos como la depresión conllevan a problemas en estos adolescentes que incluyen dificultades académicas, aislamiento social y consumo de sustancias psicoactivas. Además, se pueden asociar en la edad adulta con depresión mayor, trastornos de ansiedad y abuso de alcohol. Los jóvenes con trastornos de ansiedad, también se encuentran en riesgo de continuar o presentar ansiedad en la edad adulta, abuso de sustancias, comportamientos suicidas y llegar al suicidio”. Asegura Jorge Enrique Machado, director del Grupo de Investigación en Farmacología y Farmacovigilancia de Audifarma.
De los 350 adolescentes incluidos en el estudio, se halló que los antidepresivos fueron prescritos en 73,7% de casos por el médico general, 22% por psiquiatras, 2,6% por pediatras, 1,1% especialistas en medicina familiar y 0,6% por médicos internos. Estos profesionales, coincidieron en la prescripción de medicamentos como fluoxetina en un 37,1%, sertralina en un 16,0%, y trazodona en un 13,4% y al 33,5% restante le prescribieron otros diversos medicamentos. El principal uso de los antidepresivos en esta población fue para el manejo de la depresión en adolescentes, indicación aprobada por Food and Drug Administration (FDA) y El INVIMA.
Las enfermedades por las cuales se prescribieron estos antidepresivos fueron: depresión en el 26,3% de los casos, ansiedad (15%), migraña (13,7%), control de dependencia por consumo de sustancias psicoactivas (9,7%), insomnio (5,7%), cefalea tensional (5,4%), lumbago (2,6%), depresión en el contexto de un trastorno afectivo bipolar (2,6%) y otros 29 diagnósticos diferentes en los 51pacientes restantes.
Según el Director del Grupo de Investigación en Farmacología y Farmacovigilancia de Audifarma: “También se logró establecer que solo 150 prescripciones, se realizaron según usos aprobados por la FDA, mientras que las otras 82 fueron en indicaciones aún no aprobadas por la FDA o el INVIMA, pero que cuentan con datos de efectividad reportada para ese uso en estudios clínicos. Los otros 118 pacientes estaban recibiendo la medicación para indicaciones sin autorización ni respaldo científico avalado por guías de manejo o ensayos clínicos controlados”.
El estudio concluyó que se observó un predominio de prescripción de antidepresivos en mujeres adolescentes para tratar la depresión y ansiedad especialmente con fluoxetina, sertralina y trazodona. Esta información aporta conocimientos recientes al área de la farmacoepidemiología, que pueden beneficiar a los jóvenes con trastornos mentales y a los médicos tratantes.
Claudia Giraldo investigadora del Grupo de Investigación en Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de Audifarma, asegura que: “Algunos de los síntomas para identificar a una persona que sufre de depresión son: tristeza y melancolía permanente, alteraciones del estado de ánimo (pasar de la irritabilidad, al llanto y a la rabia constantemente), trastorno del apetito (comer demasiado o dejar de comer), perturbación del sueño (insomnio o dormir constantemente), falta de ánimo para llevar a cabo las labores diarias y pérdida de la capacidad para disfrutar las actividades que antes motivaban. Aprender a identificar estos síntomas puede salvar una vida; ya consultar a tiempo al especialista es la mejor solución”.