Pretender construir el Bienestar Social sobre el esfuerzo del ahorro logrado a través de la vida producto del trabajo de sol a sol no es expropiación o democratización, es un acto que raya en lo criminal con quienes se esforzaron cohibiéndose de todo para asegurar la vejez tranquila sin sosiego y asegurar el futuro de su prole.
La política social no puede seguir edificándose sobre el asistencialismo generalizado, a la sociedad hay que generarle oportunidades para que con su trabajo esforzado logre acceder en el bienestar socioeconómico y en el corto plazo sea independiente del asistencialismo estatal generando aportes a la sociedad para aquellos que vienen detrás empujando para llegar a dejar de ser parte de las clases menos favorecidas, dinámica normal de todas las sociedades.
El desarrollo individual no se logra repartiendo lo que algunos con acierto han logrado recaudar para dejar a la sociedad igualada por debajo y sin oportunidades de salir adelante trayendo de conteras la desincentivación de la iniciativa privada o su castración.
Los problemas del sector agropecuario no se circunscriben a la repartija de tierras a las comunidades so pretexto de la democratización de la propiedad rural, si se democratiza la propiedad rural a través de ajustes de tasas impositivas por improductividad se está generando en el mediano plazo un problema mayor si no se le crean todas las condiciones generales para que la población tenga acceso a instrumentalización y apoyos para lograr hacerla productiva, de lo contrario siempre tendremos a una sociedad rural bajo la esperanza de soluciones ofrecidas que jamás llegarán manteniéndose en líneas ni siquiera de pobreza sino de mera subsistencia.
No podemos perder de vista que aquellos terrenos que llaman improductivos están cumpliendo con la función social de sostenibilidad, los bosques que de acuerdo a la interpretación de política actual se consideran como en estado de abandono están permanentemente aportando a la sostenibilidad ambiental natural absorbiendo, atrapando los Gases de Efecto Invernadero para el bienestar de la comunidad, por ello no es cierto que hoy en Colombia se pueda considerar que hay tierras improductivas por no estar inmersas en procesos de producción agropecuaria.
Lo que necesita el sector es inversión en infraestructura productiva con rentabilidad social de impacto regional, abrirnos a la entrada de capitales extranjeros o nacionales sea a través de asociatividad horizontal para producir materias primas destinadas a abastecer los mercados, o vertical que inmiscuya procesos de transformación de ellas y comercialización en mercados de consumo. Los altos costos de los insumos para la producción agropecuaria está impactando la canasta familiar básica haciendo impagables los productos de origen agropecuarios, para ello es absolutamente necesario entrar en la transición a agricultura orgánica, crear una red de producción capaz de coadyuvar a los empresarios del campo en suplir la falta de proveeduría de abonos inorgánicos permitiéndonos con ello lograr una producción sustentable, amigable con el ambiente que los consumidores hoy premian con mejores precios al producto.
La intermediación hay que seguirla disminuyendo, incentivando programas con resultados tangibles, Agricultura por Contrato que hace integración vertical mediante la venta anticipada de la producción con características de entrega pactadas, un solo llamado, se debe buscar los mecanismos para que los costos de intermediación que se logra descontar por este mecanismo se vean reflejados en mejores precios pagados al productor y menores costos al comprador, sería el cierre perfecto del circuito de producción, transformación y comercialización. La solución señores no está en la repartija de la propiedad de la tierra, está en la atracción de inversión rural con rentabilidad social y creación de infraestructura productiva.