La constitución vigente tuvo su origen en la respuesta a la crisis política, social y de violencia generalizada que vivía Colombia, enmarcada en la corrupción, por acción de un movimiento estudiantil que impulso la creación de una Asamblea Constituyente mediante la “séptima papeleta”, incorporada simbólicamente en las elecciones de 1.990. Terminaba el gobierno de Virgilio Vargas y se inauguraba el de César Gaviria, quien se considera el padre de la refundación de la república y de la nueva Carta Fundamental. Por lo que no creo que Gaviria entregue su primogenitura histórica por un plato de lentejas.
En un mensaje apocalíptico que conocimos de parte del amigo y destacado jurista el Dr Ricardo Gómez Manchola, en el que puso de presente su preocupación por la reciente elección de Dr Miguel Efraín Polo Rosero como nuevo magistrado del la Corte Constitucional con la frase: “Se nos jodio este pais, en el Senado se eligió como magistrado de la Corte Constitucional al candidato de Petro”. Todos los amigos quedamos de una sola pieza, en el entendido de los inmensos poderes que tiene la Corte Constitucional y las implicaciones que tiene esa designación en términos de balance de poderes, independencia judicial y el impacto que podría tener en decisiones clave en derechos fundamentales, políticas publicas y el orden constitucional del pais.
El impacto que podría tener unas mayorías en la Corte Constitucional, afines al gobierno de Gustavo Petro, seria entre otras las siguientes.
1.- Desbalancearía ideológicamente a la Corte;
2.- Afectaría la independencia judicial frente a las decisiones del ejecutivo o Legislativo;
3.- Causaría un impacto negativo en políticas publicas facilitando la aprobación de iniciativas oficiales, mientras que un magistrado más independiente, podría generar mayores controles;
4.- Un magistrado autónomo garantizaría la imparcialidad y autonomía de la Corte, pero si el proceso se percibe como politizado erosionaría la confianza en el poder judicial;
5.- La postura del nuevo magistrado será crucial en temas de las reformas promovidas por el gobierno, en el entendido de que las reformas constitucionales o leyes controvertidas termina siendo evaluadas por la Corte.
Sin embargo, estas implicaciones dependerán de la trayectoria independencia y capacidad técnica del nuevo magistrado elegido.
Revisando la hoja de vida del Dr Miguel Efraín Polo Rosero, a quien no conozco, elegido el 19 de noviembre como nuevo magistrado en reemplazo del Dr Antonio José Lizarazu, quien, por vencimiento de su periodo como magistrado debe retirarse, observé que, es un abogado con trayectoria académica y profesional en derecho constitucional, que no tiene filiación política, y fue postulado por el Consejo de Estado en terna independiente. No muestra en su trayectoria publica alineamiento con el gobierno de Gustavo Petro, ni con sectores políticos específicos. Esa realidad muestra su perfil enfocado en la defensa de la constitución de 1.991.
Otro buen amigo abogado me escribe para opinar sobre el ADN de los Constitucionalistas y expresa, que son merecedores de la confianza ciudadana por sus conocimientos, la interpretación justa, equitativa hermeneútica de la norma suprema, para decidir lo que es exequible y lo que es inexequible. Fe y confianza mis amigos. Julio Bahamon.