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Un Pepe Grillo, para el agro. Por: Indalecio Dangond

Dicen los expertos, que cuando la luna está en cuarto menguante, ejerce una mejor influencia sobre la savia de las plantas, la cual afecta a la germinación de las semillas, así como en la fotosíntesis. Es por esta razón que los agricultores escogen esta fase lunar -que comienza el próximo 13 de abril-, para realizar sus siembras semestrales, aprovechando, de paso, las aguas lluvias del distrito de riego San Pedro.

Claramente, este tipo de guias primitivas sólo son utilizadas por agricultores de países subdesarrollados donde no existen políticas públicas de inversión en distritos y canales de riego, adopción de semillas resistentes a los cambios climáticos, ni sistemas satelitales modernos de predicción del clima. En estos países, la agricultura es más costosa, poco rentable y menos competitiva. Bajo estas condiciones precarias de tecnología, se desarrollan en Colombia, más de cinco millones de hectáreas en cultivos semestrales como los granos, cereales, leguminosas, frutas y hortalizas.

Estos son los temas que no entienden los funcionarios del ministerio de Agricultura, Finagro, Agrosavia, ICA y la Agencia de Desarrollo Rural, al momento de diseñar las políticas públicas y ejecutar los presupuestos de las ayudas e incentivos al sector agrícola y pecuario del país. Estrategias y presupuestos que deben estar a disposición de los agricultores previo a los calendarios de siembra.

Por culpa de esta falta de planeación, las siembras de cultivos semestrales como el arroz, maíz, soya, frijol, algodón, entre otros, tendrán una reducción en sus áreas y productividad. En el sector arrocero, por ejemplo, más de 17.000 productores del país, se van a arriesgar a sembrar más de 358.000 hectáreas del cereal la próxima semana, sin acceder a semillas certificadas, asistencia técnica, seguro agrario, ni créditos con tasa de interés subsidiada. De los  2.8 billones de pesos, que deben invertir, no han recibido siquiera el 10% en creditos de fomento de Finagro. En Colombia, Todos estos incentivos y subsidios están condicionados al crédito bancario. Si no hay acceso a créditos, no hay subsidios ni incentivos.

Es inaudito que estos errores se sigan cometiendo años tras años, teniendo el ministerio de Agricultura, establecido -hace años-, un presupuesto de inversión en subsidios, para bajar la tasa de interés y el costo de las pólizas del seguro agrario contra riesgos climáticos. Además, dispone de un presupuesto para el Incentivo a la Capitalización Rural (ICR), que permite bajar los costos a aquellos agricultores que tomen u crédito para la compra de maquinaria agrícola, instalación de sistemas de riego o drenajes, o la construcción de una infraestructura de secamiento o almacenamiento de sus materias primas.

Las fases de la luna, los regímenes de lluvias y los tractores, no entiende de trámites, resoluciones ni PowerPoint. Ya es hora que los funcionarios públicos dediquen más tiempo a los productores del campo y menos tiempos a los conversatorios, foros y redes sociales. Si la ministra de Agricultura, quiere reactivar el sector agrícola del país y convertirlo en una potencia de producción de alimentos, va a tener que buscarse -al igual que Pinocho- varios Pepe Grillo, para que la alerten de los riesgos del sector y las medidas que deben tomarse oportunamente.

*Consultor en crédito de fomento agrícola.

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