Curiosidades de las costumbres y costumbrismos.
“Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero porque todos son sacados de la misma experiencia, madre de las ciencias todas”
El Quijote.
En este refrán se gráfica con crudeza la enseñanza objetiva, para mostrarnos el poder que tiene el dinero, que es capaz de hacer cambiar de opinión, o de ánimo a las personas, así vayan en contravía de la verdad, o de las leyes. El dinero compra conciencias, simpatías, cambia versiones, providencias, y también inventa testigos, y se llega a tal colmo, que todo lo que se hace y se haga, se le rotula: en nombre de Dios, como fuente de habilidosa de sabiduría comercial. ¡Que irrespeto!
Por desgracia escogieron al canino de ejemplo que es el más fiel de los amigos, para confundir la recompensa a la obediencia que se le da a este miembro de familia, como premio por cumplir la orden de su amo, y no como una manera de comprar conciencia. No, el canino retribuye por amor y se caracteriza por la nobleza, que exterioriza con el olvido a través del movimiento de la cola. Pero de lo que, si estoy seguro, es que jamás se vende, ni se entrega para traicionar o engañar a su amo, y menos, por un pedazo de carne, ni por nada en el mundo que otro le regale. Primero se hace matar. De modo que no comparto esa sentencia, la que, pese a su sentido impropio, luce graciosa, pero no deja de ser para mí un irrespeto para los seres que, como el canino, es tan familiar y querido. También rechazo de plano, cuando se toma como símbolo de la brutalidad al burro, demeritando su naturaleza instintiva para llevarla al grado de la estupidez.
Por fortuna estos asnales se salvan, porque les reconocen otros atributos, que muchos añoran y desean tener, sobre todo en estos tiempos de los A/C “inverter:”Cold in front, and hot in back. El refrán o el decir popular del título, será el argumento para mi nota de hoy, por eso, está entre comillas.
Una de las razones más poderosas para que la sociedad se haya degenerado, se debe al poder del dinero y su forma de utilizarlo, que ha llegado a tal extremo, de convertir la sociedad colombiana en AVARA. No hay ideales, ni doctrinas, lo que existe son altares para honrar el dinero. Hace poco escuchaba a unos humoristas venezolanos, muy queridos en Colombia, al igual que un sacerdote católico, y un pastor protestante, en que los tres, en términos generales coincidían, al referirse a la degradación por el dinero que llegó al fondo, y por ello ahora el fin justifica los medios y por lo que se perdieron los valores y principios. Por eso existe el soborno, las coimas, los serruchos, la violación de la ley, la compra de conciencias, la prostitución, el engaño, y toda una serie de mangualas y tráfico de lo absurdo tan desbordada, que llegaron a tocar las puertas del templo sagrado de la justicia, que es inspiración de Dios, hasta formarse los carteles de la toga, los carteles de las religiosidades, de la política, de las relaciones sexuales, de los medios vendidos, de los laboratorios farmacéuticos, que no hacen por la vida, sino por la empresa, y hasta el colmo hemos llegado, que ya hoy, la connotación del matrimonio, está íntimamente ligada al inventario patrimonial de los contrayentes. Es decir, que el amor como en los tratos efusivos de la amistad, solo es metáfora, y solo existe en el agua, para la rosa, si deseas ver su belleza, pero siempre y cuando que el billete sea el abono permanente que se vea y se sienta, y si no es así, no habrá rosas para el florero. ¡Que tristeza!
Pues tanto el humorista venezolano, como el Pastor y el sacerdote católico, Adams Kotas, a quien admiro porque en su aparente ingenuidad, y presencia de gracioso e infantil muchachito, dice muchas verdades, en las que coinciden los tres religiosos, para definir con sutileza, lo que es capaz de hacer el dinero. Ahí va el concepto de los tres. Dice el cura, el pastor y el humorista. Se me presentó un feligrés para que le bautizara un recién nacido canino. Este con mucho respeto, le dijo: mi querido feligrés, yo no puedo hacer eso, aquí bautizamos, seres humanos, no animales. El feligrés avergonzado se excusó, pero antes de irse le dijo: usted perdone padre, o pastor, pero traía 5 mil dólares en donación para la iglesia. El representante de Dios en la tierra le dijo: ¡ah! Entonces espere, no se me vaya- Deje y le consulto a mi superior. Demoró unos minutos, y luego, regresó con la siguiente respuesta: Mi superior le manda decir, que, debido a la generosidad de la donación, hará una excepción y por lo tanto, le bautizaremos al “PERRO” ¿Que nombre le vais a poner? Hemos decidido darle por nombre: Politipillo. Respondió el feligrés. Y… ¿no tiene apellidos, pregunta el religioso? – Si señoría, son hijos descendientes de, Colomban vino Barrerán de la Benedetun Von Hausen. Y… ¿por qué ese nombre? Los nombres corresponden a la letra, por cada parto registrado en el pedigrí dentro del abecedario. Esa es la razón su señoría. ¡Ahhhh! -El próximo mes, le traeré otro cachorrito, de otra camada, pero de la misma línea consanguínea, de nombre NICOLARUM MILMILORUM.
Este ejemplo es tan claro, que demuestra que el dinero lo puede todo. ¿Entonces no nos preguntemos porque Colombia es corrupta, y porque estamos cómo estamos? Pues simplemente, porque somos lo que somos: una partida de materialistas de todos los colores y pelambres, que materializamos la espiritualidad, o hacemos negocio con esta, hasta llegar al descaro de perder la vergüenza.
Termino mi nota, aprovechando la oportunidad para responderle nuevamente a quien me pregunto por vía e. mail: ¿Tú crees en Dios? -Yo le volví a responder: la palabra creer tiene en su fondo, una luz de duda, analízala y veras que sí. Por eso, yo la he cambiado para decir: que pienso permanentemente en él. y… si pienso, no solamente existo, sino que creo, pero no en ti, que tienes el alma esclavizada como el más fanático mamerto.
Toronto Canadá.
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