El atractivo natural, histórico y turístico que por vocación innata tiene la ciudad de Cartagena, bien hubiera podido incluir dentro de los esquemas de la política de sus gobiernos, la diversidad de distracciones que no solo se concentraran en: Historia, Playa, brisa, música discotecas y mar, y ahora vicios, sino también en la  importancia de otras disciplinas enmarcadas dentro del campo del deporte,  también convertirlo en un complemento universal diverso como atractivo para todos los gustos, y de paso, para hacerle un homenaje al poeta romano, Decimo Junio Juvenal, que aunque lo hubiera dicho en su momento, en un tono de sátira,  sin duda aplica en especial al mundo actual y a la Cartagena de hoy, que perdió ambas cosas: MEN SANA IN CORPORE SANO.

La falta de visión de quienes han manejado la ciudad, prefirieron enfocar toda la agenda de gobierno encaminada a los dividendos del poder político y no social integral, de ahí la razón para que todos los resultados nefastos de hoy terminaran en fomentar las ambiciones tan descaradas a las que habría que ponerle un epitafio: Amada Cartagena la Heroica, cambiaste la virtud, por el defecto, para consagrarte en corrupta, como lo está Colombia.

La mayoría de gobiernos locales emplearon una dosis muy mezquina para darle un mejor trato de vida y confort a las clases populares para que estuvieran   acordes con la dimensión del potencial turístico de la ciudad, en la que se ve con tristeza los contrastes entre la miseria y la opulencia.

Hoy el gran mecenas del desastre político nos lleva inexorablemente al abismo. Basta ver desde un aterrizaje llegando a la ciudad para notar el corte brutal, entre la espalda trágica del cerro de la popa, y su pintoresca cara que muestra una acuarela de agradables colores en su horizonte de atardeceres. Es decir, una triste casualidad vestida entre lo irreal y lo real, para disimularla en una gran hipocresía.

Los mandatarios fueron y siguen siendo muy indiferentes a la aplicación de una política de ciudad región, para trabajar integralmente, y antes por el contrario, crearon sus monopolios de poder dividiendo la ciudad del Departamento. ¿En algún momento supieron los alcaldes y gobernadores, el potencial intelectual, cultural, y deportivo de la región Cartagena y Bolívar?  Si lo supieron, fueron unos irresponsables, y si no, también, porque era un imperativo asesorarse, investigarlo, saberlo y aplicarlo.

Los programas de un buen gobernante deben ser integrales e incluyentes, no selectivos únicamente. Casi todos fueron esquivos al deporte y los que alcanzaron la cima de un campeonato, fue más por el apoyo individual para querer surgir que, sumado a la solicitud casi como la de un limosnero. Pues se llegó al extremo de tocar las puertas de los empresarios que jamás se negaron a darles la mano para la consecución de aportes, y trofeos.

Recuerdo a Luis Díaz Almacén LED, al Magali Paris, con don Abrahán Ibarra y otros que se escapan de mi memoria. Siempre vieron en el deporte un salvavidas de la moral y las buenas costumbres. Ellos aportaron siempre al fomento de las diferentes disciplinas de deportivas. Lo anterior me obliga a una forzosa digresión. El equipo de natación de Bolívar que represento al Departamento, lo dirigió a motu propio, Don Jaime González Amador, y de ahí, salió una estirpe de hermanos de campeones de natación en las diversas modalidades, “Los González Jhonson, (los tiburones) al que se le sumó, el Pupa Hernández, Macky Mac Master, padre de Bruce Mac Master director nacional de la Andi. Estos valientes González Johnson, marcaron récor suramericanos, no muy lejos de haber sido superados recientemente.

El Campeón de pesas nacional, estuvo en cabeza de Carlos Henrique Segrera, (Kike), disciplina que se auto costeó, y se ofreció en representar a Bolívar. Se consideró el campeón sin corona, no tenía rival. Sus inicios en la Halterofilia, comenzaron en los Estados Unidos donde se formó en la disciplina. – Luego, aparece en el escenario, el Colegio de la Salle de Cartagena, que marca una estela maravillosa en el deporte del baloncesto desde el año de 1960. Recuerdo a Alfonso Bardi, a Pinocho Antonio Bechara, y Saffer, este último con una estatura de 2 metros. Vivía en el segundo callejón de manga. Luego otra generación se inicia en el año de 1962, que significó triunfos para el departamento de Bolívar, con los colegiales de diversos planteles en que sobresalió La Salle, cuya nómina estaba compuesta por los hoy profesionales: Miguel Zapata, jugador, y director técnico considerado el mejor de todos los tiempos en esa disciplina. Vale mencionar algunas curiosidades como las que destacaron  al Viso Fortich, para la época, en que  el Diario EL Universal,  sección deportes considero al Viso a través de la pluma de Luis García Salcedo, “Lugarsal”, como: alma y nervio del equipo bolivarense. Estuvo Álvaro González Sistac, Jorge González Sistac, Augusto Martínez, Eusebio Martínez Cabrales, Raschet Bajare. Estos seis fueron los exponentes que representaron el Departamento en campeonatos nacionales, como el llevado a cabo en Neiva. Los otros, como Mauricio Pornoy, Miguel Solano, lanzador de jabalina, hoy médico residente en Medellín, Hernando paz Soto, Ángel María Porras, El Palomo León, pertenecían a otros planteles.

La selección estuvo en Cali, Medellín, Pasto, Barranquilla y dejó la impronta de una calidad deportiva de consagración y excelencia. Hernán Corrales, el brujo, Raúl Vargas, Jaime Fachini, excelentes jugadores. El Brujo era más baterista, que basquetbolista.

Cuando Bolívar escogió la selección para representarnos en el campeonato nacional, de esos 12 estudiantes, 6 eran la sallistas, y los seis restantes de diferentes planteles. Recuerdo que a la ciudad llegaron los trotamundos de Harlem, hicieron un espectáculo con varios de la selección y reconocieron la habilidad de los nuestros.

Pasamos ahora al Boxeo. Grandes campeones han surgido más de la nada que, del apoyo estatal local. Escenarios de entrenamientos, obsoletos, sin disciplina, ni asesorías psicológicas y de regular alimentación. El Base Ball fue escenario de campeonatos mundiales. Recuerdo a don Juan González Cornet, manager de Los Indios. ¿Dónde está ese furor de ayer?

La lucha Olímpica con su excelente entrenador Padilla ya no existe. El Tenis de campo y mesa tampoco en lo local. El Ajedrez. El Trampolín o clavados. Gimnasia olímpica, nada de esas disciplinas, ni suenan, ni truenan.  El Ciclismo menos. El Balón Pie, es una decepción. Un Real que no es Rel. El Patinaje. Destaco a La Chechi Baena que le abrió las puertas a este deporte consagrándonos en campeones mundiales. Gracias, mucho más a la perseverancia de la patinadora y de su padre que al estado, que sólo hasta cuando vio el fenómeno fue que se le apuntó.

Si el país, en ese sentido tomara conciencia de los grandes potenciales que tenemos hoy tendríamos los deportes náuticos a escala mundial. Las ferias de exposición canina. Las equinas y ganaderas a nivel mundial. Si todo esto se realizara en una ciudad turística como la nuestra y a ese nivel, sería la mayor forma de mercadeo de su imagen, gran fuente de ingreso popular, y empresarial en lo turístico.

Pero siempre están miopes que piensan a corta distancia. Eso es el colmo. ¿No creen mis apreciados lectores, que, a la AGENDA deportiva de Colombia le hacen falta dos elementos de los más importantes para ser triunfadores?: Primero, despolitizarla, y segundo, buscar ciudadanos de la talla   del gran turbaquero, médico especializado en medicina deportiva, como Fidel Mendoza Carrasquilla, que como especializado en la materia sabía lo que tenía que hacer y apuntaba hacia donde había que direccionar.

El Centralismo nos mata, y no por ser un campeón se puede considerar apto para un ministerio o para dirigir y proyectar la visión futura de estas disciplinas. Cierro la digresión.

Toronto Canadá

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