Barranquilla, 22 de junio de 2019.- Según el último Índice Global de Innovación, GII por sus siglas en inglés, Colombia se encuentra en el puesto número 65 entre las 127 economías evaluadas y el quinto en América Latina en temas de innovación. Comparado con el año anterior, el incremento fue de 0.6%; sin embargo, para algunas industrias, empresas y negocios, pensar en innovación todavía sigue siendo un tema que, por su naturaleza, resulta ser complicado y costoso. Así mismo, existe dentro del imaginario colectivo que para cambiar o transformar se requiere, intrínsecamente, del uso de la tecnología.
Conversando con Shlomo Abas, socio de Proa Consulting y cuya experticia es el cambio y la innovación, se hace referencia al riesgo de asumir que la tecnología es sinónimo de invención porque deja de lado elementos esenciales como la creatividad y la novedad. En lugar de esto, el acto de innovar se conecta con concebir un cambio de mentalidad, lo cual abre las posibilidades a nuevas formas de resolver un problema y generar transformaciones organizacionales.
La innovación empresarial no proviene, estrictamente hablando, de costosos desarrollos tecnológicos, ya que el foco debe estar en entender que el acto de innovar en una empresa tiene como punto de partida el factor humano porque son ellos quienes generan los resultados y adoptan los cambios propuestos.
Entender el fenómeno del cambio se vuelve un elemento crucial para lograr generar una cultura maleable que se adapte fácilmente a las transformaciones del entorno. Y con ello, la puesta en práctica de la innovación pasa de ser algo esporádico a convertirse en un hábito, al que todos pueden acceder. Para ello, es necesario reflexionar acerca de cómo el día a día de las empresas se vuelve cada vez más retador y demandante.
¿Cómo lograrlo? A través del modelo de La Dinámica del Cambio, creado por Shlomo Abas, se puede evidenciar que el cambio ocurre con mayor velocidad, en mayor frecuencia y potencia y que tiene en cuenta el factor humano como motor de la generación de resultados, eje fundamental para pasar de ideas a realidad innovadoras.
Teniendo en cuenta que el mundo empresarial está en un alto nivel de incertidumbre, Shlomo Abas afirma que “Las organizaciones colombianas deben poner atención en dos temas: uno, acortar las distancias entre los diferentes niveles de la organización; y dos, aumentar el nivel de confianza en los colaboradores, ya que se ha evidenciado que estar inmersos en entornos de miedo o soberbia disminuye la posibilidad de generar cambio”.
Por lo tanto, da las siguientes recomendaciones para generar cambio utilizando la innovación:
– Tener presente el desarrollo constante de confianza, la cual permite construir un futuro enfocado en resultados.
– Claridad en los diferentes niveles de la organización sobre el estado actual, para entender dónde está parada la empresa; importante que este entendimiento se base en hechos y no en suposiciones.
– Claridad sobre el estado futuro deseado para tener una vista clara y objetiva frente al futuro que cuida la empresa.
– Lograr que la innovación aparezca en el ADN de las empresas, requiere que ésta inicie un esfuerzo permanente de trabajar en el aumento de las competencias de las personas para entender y adaptarse a cambios.
– Ver el “fracaso” como una fuente de aprendizaje. La frustración es parte esencial del ejercicio de innovación y este aspecto no se debe castigar, debe diseñarse.
– Tener presente que la experimentación es el elemento más importante en toda iniciativa de innovación, más que las mismas ideas.
Finalmente, Colombia está viviendo un momento clave: Está tomando la innovación en serio y tomando las riendas de sus industrias. Generar competencias de cambio en lugar de enfatizar en la planeación de un futuro que es difícil anticipar, se hace indispensable. “Por la imposibilidad de saber lo que va a pasar en el futuro, las organizaciones deben enfocarse en aumentar el nivel de alistamiento al cambio de las personas”, concluye el experto Shlomo Abas.