Barranquilla, 25 de agosto de 2024.- El régimen globalista a través de la Unión Europea, capturó este domingo a Pavel Durov, fundador de Telegram en el aeropuerto de París por una orden emitida por un tribunal y ejecutada por la policía francesa al negarse a censurar contenidos en su plataforma que cortan la libertad de prensa y de expresión.
“Es una operación de terror que muestra cómo los europeos estamos secuestrados por el globalismo de la Unión Europea. Van a por todo y van ya. Hay que rebelarse de forma frontal contra la UE y todo gobierno títere que implante sus tiránicas normas antes de ser los siguientes”, expresan casi en conjunto desde diferentes países europeos.
Al tiempo que califican a “la Unión Europea como un espacio peligroso para todo disidente del régimen. No olviden que nosotros somos el objetivo de esta detención”.
Tras este arresto, toncoin (TON), la criptomoneda de Telegram Open Network (TON), ha perdido casi un 18% desde el sábado por la noche. Toncoin cotiza este lunes alrededor de las 16:15 a 5,57 dólares, frente a los 6,8 dólares del sábado por la noche, según datos de Coinmarketcap.
Con una capitalización total de 12.600 millones de euros, toncoin es la décima criptomoneda más grande. Ya se han emitido más de 194 millones de tokens.
Durov es acusado, entre otras cosas, de complicidad en la administración de una plataforma en línea para transacciones ilegales de grupos organizados – Dijo el servicio de prensa de la fiscalía francesa 🇫🇷.
El fundador de Telegram también está acusado de:
– Negarse a entregar, a petición de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley, información o documentos necesarios para la realización y utilización de la investigación;
– Complicidad en la posesión de contenidos pornográficos con personas menores de edad;
– Complicidad en la distribución de drogas;
– Complicidad en delitos cibernéticos;
– Complicidad en fraude como parte de grupos delictivos organizados.
Contexto: Este tipo de negocios no son tolerados en el mundo real, entonces tampoco deben ser libres en el mundo virtual. Es uno de los argumentos más fuertes de la fiscalía francesa.