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¡Ahora si se nos chiflo este hombre! Mientras Colombia atraviesa uno de los momentos más críticos en materia de seguridad, con mas de 800 municipios bajo el control y la amenaza de grupos armados ilegales, el presidente Gustavo Petro anuncia con bombos y platillos la realización en Bogotá de una cumbre internacional para tratar el conflicto entre Israel y Gaza. El gobierno ha invitado a mandatarios y delegaciones de países como: Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia y de países con regímenes autoritarios del continente africano.

Los conflictos del mundo nos interesan, desde luego; pero como dice al adagio popular, “la caridad, en este caso, la seguridad, comienza en casa”. La tragedia humanitaria que se vive en Gaza concita la solidaridad del mundo, pero lo que resulta inaceptable es que un presidente, que en buena parte es el responsable de la gravísima situación de inseguridad en que vivimos 52 millones de compatriotas, pretenda ahora fungir como líder de causas mundiales. Ni siquiera Gustavo Petro ha sido capaz de convocar a los partidos políticos, incluidos los de oposición, al fin y al cabo, el problema de seguridad que padecemos nos afecta por parejo a todos, y todos debemos afrontar el desangre nacional.

¡Mientras Petro divaga sobre el Estado Palestino, Colombia arde! Las Farc, el Estado Mayor Central, el ELN y el Clan del Golfo, entre otros grupos criminales, actúan a sus anchas gracias a la permisividad disfrazada de “Paz Total”. Se multiplican los secuestros, el reclutamiento forzado de menores, los atentados, los asesinatos, el control territorial armado y el desplazamiento masivo. Al gobierno de Gustavo Petro le quedo grande el problema del Catatumbo, lo que demuestra que las instituciones han perdido autoridad en muchas regiones, en el 80% de ellas, en donde el Estado Colombiano, en manos de Petro parece haberse rendido o retirado.
Petro en su megalomanía enfermiza busca reconocimiento internacional con discursos que no resuelven nada a ese nivel, y menos soluciona ninguna urgencia nacional real de nuestro pais.

Las Sagradas Escrituras nos dicen que es mas fácil “ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el propio”. Con la actitud de Petro parece ser que está empeñado en ilustrar esa parábola, pues mientras posa como adalid de la justicia en el Medio Oriente, ignora el drama de su propio pueblo y el clamor de las víctimas.
Contrario, Gustavo Petro, que no gobierna, no construirá una paz, sino un legado de caos, abandono y división. “Ahora sin se nos chiflo este hombre”.