Nuevo año calendario con las mismas angustias para el sector agropecuario; muy a pesar de los esfuerzos que hace el gobierno los problemas estructurales están a la orden del día, los precios de la leche, insumos y fertilizantes, arroz padyy, etc, por nombrar algunos, no alcanzan a cubrir los gastos de producción, urgentemente hay que tomar medidas de choque de efectos inmediatos.
Es necesaria la intervención de la institucionalidad en los mercados de capitales, consumo y agro comercio, que garanticen la estabilidad de los costos, gastos y precios de los bienes que encuentran su génesis en el sector agropecuario; no basta con la Agricultura por Contrato, es de bulto la necesidad de generar medidas que permitan al Empresario del Campo certeza que sus empresas lograrán utilidades que su inversión espera; estas deben ser abanderadas por gremios de la producción, junto a los agroindustriales, comercializadores quienes bajo la égida del Ministerio de Agricultura e institucionalidad produzcan ese anhelado ambiente de seguridad agroindustrial y comercial que brinde la esperanza solida del bienestar social a través de la labrantía de la tierra, son:
No es posible, racional o razonable, que los precios en los mercados de transformación de Paddy, salte de hasta $1.700.000., tonelada, a mínimos de hoy, llegando a $900.000., con producciones medias de 5.2 toneladas y costos que oscilan entre 4 y 6 millones de pesos dependiendo la zona del país, algo muy grave está pasando, los ingresos generados se están quedando en la intermediación sacrificando gravemente a la población rural de un producto de consumo masivo básico de la alimentación de la nación, los sacrificados siempre son quienes labran la tierra como esta hoy planteado el negocio agroalimentario del arroz.
Otro caso Patético, la Leche, con sus ya famosas e inexistentes o artificiales enlechadas donde los industriales transformadores se aprovisionan de leches pulverizadas y lactosueros para sacarlos a los mercados de consumo regenerados en diferentes productos lácteos para el consumo, o mediante la utilización de artilugios con la adición de productos grasos, saborizantes a los lactosueros, permiten llevar estas mezclas a precios menores que la leche natural, al consumo nacional sin el cumplimiento de los parámetros alimentarios básicos que deben tener los productos lácteos en detrimento de la ya golpeada producción nacional, sobre esto es urgente la intervención del Invima para que de manera clara se dé a conocer al consumidor las calidades del producto que está adquiriendo, nada de letra menuda.
La informalidad es rampante en este sector, 45% de la producción se queda en el comercio callejero, no pasa más allá su transformación a producción básica de quesos artesanales sin medidas de bioseguridad alimentaria que requieren y comercialización de leche cruda; el comercio formal solo acopia el 55% de la producción nacional, el restante lo suple con importaciones a muy bajos costos.
Para que estas medidas surtan efectos a corto plazo deben estar acompañadas de un régimen sancionatorio para aquellos que las incumplan, lo deseable e inédito sería un compromiso anticipado de acopio y consumo por los compradores con ello se evitarían acuerdos protervos para detener la dinámica del mercado y retroceder en el tiempo pesar de lo pactado por las partes.