
El pasado 24 de marzo, a la edad de 90 años, falleció en Montería el soldado veterano de la Guerra de Corea, Julio César Bolívar Molina. Un hombre que, como tantos otros, un día partió de su tierra sin siquiera saber dónde quedaba aquel lejano país asiático, pero con la convicción de que su deber era servir. Viajaron jóvenes, llenos de incertidumbre, sin imaginar que su sacrificio quedaría grabado en la historia de una nación que no era la suya. Hoy, Corea del Sur los honra, los recuerda y les rinde tributo. ¿Y en Colombia?
El Batallón Colombia N°1 dejó una huella indeleble en la península coreana. Su heroísmo en combate, su disciplina y su valentía fueron reconocidos por un pueblo que jamás ha olvidado a quienes lucharon por su libertad. Pero al volver a casa, la realidad fue distinta. Julio César Bolívar Molina, al igual que muchos de sus compañeros, no encontró la gratitud de su propio país. Sí, los soldados de verdad no olvidan a sus héroes, y por eso sus hermanos de armas le rendimos honores militares en su despedida. Pero, ¿qué ha hecho el gobierno colombiano por ellos en estos 70 años?
En 2019, con bombos y platillos, se expidió la Ley 1979, la Ley del Veterano, prometiendo reconocimiento, beneficios y una atención digna para quienes han servido con honor en las Fuerzas Militares. Pero más allá del papel, la implementación ha sido lenta, incompleta y, en muchos casos, inexistente. ¿Cuántos veteranos han muerto esperando una pensión digna, acceso a salud de calidad o simplemente el respeto de un Estado que los utilizó en su momento y luego los olvidó?
No es solo una deuda histórica, es un reflejo del desprecio institucional hacia aquellos que lo dieron todo por la patria. Porque mientras en Corea los veteranos del Batallón Colombia son condecorados, en Colombia muchos han terminado sus días en el abandono, sobreviviendo con lo que pueden y sin el respaldo del Estado que juraron defender.
Sea el momento para hacerles el llamado de atención a las diferentes asociaciones de veteranos y reservas para que caractericen a este grupo especial de la población, ellos hace 70 años dejaron en alto el nombre de nuestro Ejército y del país entero en Corea, su gesta valerosa marco un hito en la historia militar, no esperemos que sea cuando ya no estén para ser tenidos en cuenta o rendirle los homenajes que merecen. Gracias Decimo primera Brigada en cabeza del señor BG. Jorge Eduardo Arias Rojas su comandante por su valioso acompañamiento a las honras fúnebres y la despedida a este héroe de la patria.
El pasado lunes, despedimos a un guerrero, a un héroe que partió a la eternidad. Que su ejemplo nos recuerde que el verdadero honor no está en las palabras, sino en los hechos. Que su historia nos obligue a exigir justicia para los veteranos que aún viven, para que no sigamos repitiendo la vergüenza de honrar a nuestros héroes solo cuando ya no están.