
A través de nuestra historia Republicana no se ha tenido un plan básico que busque el desarrollo del sector agropecuario como un todo integral, hemos tenido inversiones directas o de cofinanciación del Estado en diferentes puntos del territorio nacional dispersas acá, allá o acullá, que al final se convierten inconducentes e improductivas, es hora de empezar a mirarnos para adentro y optimizar las inversiones que se hagan en pro de lograr la mayor efectividad en su inversión y el beneficio general de todos aquellos a los que se está dirigiendo.
El Sector Rural necesita de obras de alto impacto que incentiven la generación de ingresos en su población, que permita a los Empresarios del Campo abandonar definitivamente la economía de mera subsistencia, no podemos seguir ejecutando o cofinanciando pequeños proyectos incapaces de hacer atractivo a la población en general la migración de lo urbano a lo rural, retornar al campo con la clara planeación de sacar adelante la empresa capaz de ofrecer una esperanza de vida digna a su núcleo familiar.
En cualquier escenario de Desarrollo Rural se hace absolutamente necesario asegurar el recurso hídrico, en días pasados el Viceministro Dr. Javier Pérez Burgos nos participaba la experiencia que han logrado desarrollar en El Perú, con el Proyecto Olmos Tinajones que les ha permitido irrigación a gran parte del territorio y la generación de energía, a través de este proyecto se han ubicado en los primeros lugares de producción hortofrutícola en el mundo, el tema suena de una simpleza absoluta, el estado gestiono un gran crédito en la banca multilateral para adecuación de tierra que fue administrado y direccionado de manera efectiva logrando impactar la mayor área y el máximo número de usuarios posible, se enfocaron en aquellos productos en los que son realmente eficientes logrando producciones competitivas en calidad y volúmenes lo que ha permitido un permanente ascenso en la participación global de las exportaciones generando ingresos suficientes para jalonar desde lo urbano a la población a la ruralidad.
En Chile la Corporación Reguemos Chile está ejecutando desde ya la Carretera Hídrica, con inversiones publico privada que permitirá Captar, Almacenar y transporta agua desde el sur donde el agua es abundante al norte donde es escasa pero con tierras con un gran potencial productivo, conectara a lo largo todo el territorio nacional buscando irrigar más de un millón de hectáreas nuevas impulsar el desarrollo social y económico del sector rural convirtiendo al país austral en una de las mayores potencias agroalimentarias del planeta, la implementación de este proyecto será también un regulador eficiente de los efectos del cambio climático, es un Proyecto País en el cual está todo el empeño del Estado en sacarlo adelante.
Mirando estos dos proyectos aterrizados entre nosotros está la propuesta del exministro de Agricultura Rubén Darío Lizarralde sobre un gran canal a lo largo entre la Serranía de Perijá y el Río Grande de la Magdalena que permitirá la recuperación económica de esta vasta zona del país, en Chile con una geografía agreste como la que tienen están en el empeño del proyecto porque no pensar seriamente en hacer este en los Departamentos del Cesar que cuenta con más 2.2 Millones de hectáreas de las cuales el 48%, 1.056.000 hectáreas son aptas para cultivos, con un futuro próximo extendido a él Magdalena y Guajira como Proyecto País que permita convertirnos en una potencia agroalimentaria como lo están haciéndolo desde ya los países de la región.
Es necesario focalizar los esfuerzos económicos de la administración pública para con ello llegar a buen puerto logrando el Objetivo del Desarrollo Rural Integral, si entretenemos esfuerzos seguramente quedaremos en buenas intenciones y de esas está llena la historia.
En la Medida que se coadyuve y ejecuten pequeñas inversiones dispersas por parte del Estado se estará ahondando el problema, no se generaran soluciones definitivas que conduzcan al crecimiento del sector agropecuario y consecuente a ello la mejora de las condiciones de vida de la población rural, el Estado debe tener metas ambiciosas, para lograrlo en el sector rural es necesario contar con infraestructura básica efectiva capaz de llevarnos a ver los frutos de las inversiones a favor de la nación rural.