COLUMNISTAS

Uno de los grandes problemas que gravitan alrededor de quien se posesionó como presidente de la República de Colombia el 7 de agosto de 2022, para desgracia de los colombianos, es que conoce desde siempre su carácter ilegítimo, porque desde el mismo día de la segunda vuelta electoral, se afirmó por expertos en derecho electoral, que no era posible el súbito aumento de votación que favorecía a Petro. Antecedieron afirmaciones días antes, de la primera bailarina de la nación que, “ni Dios paraba” el triunfo de su cónyuge, de los videos filtrados a la opinión pública, relacionados con los “torcidos” en el seno de la campaña, porque conocían de toda la logística irregular montada, donde también, al igual que la semana pasada, Benedetti fue protagonista, porque era el jefe de toda la logística del pacto histórico. Pero suele suceder que los colombianos hacemos gala de mala memoria en un porcentaje preocupante.

Si, el primer Twittero, pese a que ansió el poder por varias décadas, no se preparó para ser el primer mandatario, no estaba listo para usar trajes completos, como lo ha demostrado, porque parece siempre que lleva vestido alquilado en San Victorino y por tanto el de presidente le ha quedado inmensamente grande. No solo internamente es posible apreciar esta lamentable situación, también internacionalmente, siendo motivo de burlas, por ser el jefe de la kakistocracia (gobierno de los ineptos, los más incompetentes, los menos calificados y los más cínicos) y porque no, de la cleptocracia criolla. Lamentable todo lo que ha sucedido en 10 meses de pesadillas. Solo los zombis seguidores, que conforman su secta, le siguen ciegamente, como autómatas. Algunos han despertado, se lamentan o guardan silencio, al sentirse parte de un proceso que lleva al país al despeñadero.

El día siete de junio pretendió, creyó, que saldrían turbas a apoyarlo, No sucedió así, pero propició el espectáculo deplorable de sacar niños de una institución educativa, moviendo banderas y gritando su nombre. Pregunta: ¿Esos niños los sacaron a desfilar con el consentimiento escrito de sus padres?, sino fue así, incurrieron en instrumentalización de los niños que llevaron aconductados a la marcha, sin saber que estaban haciendo allí. O me van a decir que los menores de 10 años que se vieron desfilando,  ¿conocen con criterio, con certeza que está haciendo o deshaciendo el primer twittero de la nación?

Pero transcurrieron situaciones mucho más graves, como el discurso del malévolo personaje que habita la Casa de Nariño, el mismo que cree existen delitos buenos y delitos malos y por tanto delincuentes buenos y delincuentes malos. He ahí las consecuencias de que quien ha incurrido en delitos, hechos conocidos interna e internacionalmente, pero que no ha pagado un solo día de cárcel, por ellos. Si, el discurso fue perverso, no propio de un presidente, sino de un jefe de la oposición de las toldas de la izquierda, como si estuviera aupando al estallido social un par de años atrás, el mismo que ayudó a las protestas por el intento de reforma tributaria y alza de la gasolina, pero que hizo realidad la reforma tributaria propia mucho más alta y que nos lleva a galope en los incrementos del combustible. Este personaje de alucinación terrorífica, “experto en sedición”, ve como sedicioso a quienes con valentía le señalan por intentar subvertir el orden constitucional desde la Casa de Gobierno, e insta a que los investiguen, desconociendo o pretendiendo desconocer a partir de su propia experiencia, que, para cumplir la conducta de sedición, se requiere el “empleo de armas”.

Petro, está jugando muchas cartas perversas, para perfeccionar su cleptocracia (gobierno de ladrones y corruptos). Su apuesta por la paz total, no es más que el proceso para organizar a su lado toda la delincuencia de país, llámense clanes, grupos residuales, guerrillas, etc, bandas organizadas del narcotráfico, etc, a fin de tener su propio ejército y poder en un momento dado argumentando que es víctima de “un golpe blando”, sacarlos a las calles a fin de dominar a través del miedo. Jamás un presidente de la República había destilado tanto veneno y demostrado más acciones pérfidas.

Segundo aspecto, está dejando al garete diferentes territorios al sur, al centro, al occidente, al oriente del país. No fue a la reunión de gobernadores, como de costumbre los dejó plantados, sin interlocutores legítimos, siendo que es el garante del orden público, y en esa reunión el gran tema, era ponerle de presente y buscar el control de la delincuencia que se ha venido apoderando del territorio nacional. Gravísimo. Esto ni siquiera amerita un meme. Hay dos posibilidades muy claras, fáciles de vislumbrar que se concretarán en un futuro no muy lejano. La primera declarar turbado el orden público, efectuar muchas maniobras no santas, a través de decretos, los cuales la Corte Constitucional es demasiado lenta para determinar si son constitucionales o no, tal como lo experimentamos con ocasión de la pandemia del COVID 19. La segunda que se vendrá aprovechando la declaratoria, será decidir no se realicen las jornadas electorales de octubre del año en curso, a fin de no sufrir el ruidoso efecto que le cobrarán en las urnas por su desgobierno, perdiendo escaños en concejos municipales o asambleas departamentales y obvio alcaldías y gobernaciones, todo lo que huela a pacto histórico, izquierda zombi, etc.

En un cruce de mensajes con un ingeniero académico recibí el siguiente:  “Lo que yo me temo es que este señor, en medio de sus problemas mentales, no se perdona a sí mismo haber sido un cuadro menor y simple camorrero dentro de la estructura del M-19. Mientras sus jefes estaban en el monte, él estaba extorsionando comerciantes o mortificando secuestrados con sus prácticas sádicas. Mientras sus jefes y compinches se estaban haciendo matar en el Palacio de Justicia, él estaba en la cárcel luego de que lo cogieran en medio de uno de sus ejercicios de travestismo. Cuando sus jefes estaban participando de la Constituyente, él les llevaba los tintos o les sacaba fotocopias. Nada de eso es compatible con su megalomanía. Si no logra pasar a la historia como el próximo Bolívar, con sus grandes “reformas”, buscará ser el próximo Allende. Lo malo es que para serlo debe llevar con sus acciones al país al campo del enfrentamiento fratricida, cuando lo deseable sería que en medio de una de sus frecuentes juergas salga cabalgando rumbo al manicomio más cercano, creyendo que se trata de la quinta de San Pedro Alejandrino”.

Demasiado lamentable lo que estamos viviendo en palco de honor todos los colombianos. Buscarán de alguna manera callar a Benedetti, de quitarle importancia a los audios producidos en medio del licor, teniendo en cuenta que las reglas de la experiencia han demostrado que a los borrachos se le afloja la lengua y cantan todas las verdades. Estos son prueba de lo irregular del acceso al poder de Petro, donde no es raro el ingreso de dineros provenientes de Venezuela, razón de sus viajes frecuentes e inexplicados. Hay denuncias en el seno de la Comisión de Acusaciones, contra las irregularidades de este señor en las elecciones, para acceder al poder, advirtiendo que esta Comisión está en manos del pacto histórico, donde no han tramitado lo que corresponde, violando el artículo 29 de la Constitución Política y las Garantías Judiciales de la Convención Americana de DDHH. Acá hay que recordar que esta corporación funge como juez del presidente Petro y por tal motivo, al igual que todos los jueces de la República les asiste el régimen de impedimentos, más no se han declarado impedidos, porque deben cumplir las órdenes de su jefe, el primer twittero de la nación.