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El nuevo liberalismo murió con Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla, sus hijos no reflejan su ideario. Por: Luis Gabriel Carrillo Navas

“Las ideas SI pueden morir si quienes las deben defender NO lo hacen”

La muerte de Luis Carlos Galán Sarmiento sepultó quizás el único político que tenía la entereza, el bagaje y la experiencia para combatir el entonces naciente negocio del narcotráfico de la mano de los Carteles de Medellín y Cali, la corrupción política y crear una política. Después de 32 años de su muerte que se cumplirán el 18 de agosto de 1989, varias cosas quedan claras:

  • El negocio del narcotráfico, subsiste, permea todas las capas de la sociedad y de los grandes capos sólo queda el recuerdo, ahora los capos son organizaciones más cuidadosas, menos obvias y especializadas en todo. Pero el negocio sigue y el daño a la sociedad es tremendo y la legalización no es la mejor opción.
  • Muchos de los que se consideraban galanistas no son la sombra del ideario de Galán, corrieron a refugiarse en los partidos tradicionales o nuevos movimientos, pero diluyeron las ideas de una fuerza que pudo cambiar el país.
  • Los hijos de los grandes hacedores como Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla, no lo representan, no son ni siquiera el reflejo o la sombra de ellos, viven de épocas pasadas y usan una imagen política de sus padres, tergiversando su mensaje, no para cambiar el país, sino para seguir la misma escuela de la política tradicional, si Fajardo es tibio; Rodrigo Lara hijo, Juan Manuel Galán, Carlos Fernando Galán y Claudio Mario Galán son re tibios.

Lo que me queda claro es que el galanismo murió, esas palabras de Luis Carlos Galán “A los hombres se les puede eliminar, pero a las ideas no. Y, al contrario, cuando se elimina a veces a los hombres, se robustecen las ideas”. Quedaron hechas polvo, pues en la política de este país no importa el espectro, conservador, liberal, comunista nunca las tomaron en serio, sus copartidarios las dejaron a un lado, sus hijos, sangre de su sangre las enterraron, soy más galanista que cualquiera de ellos, y se cumplió la sentencia que alguna vez dije “Las ideas SI pueden morir si quienes las deben defender NO lo hacen” LGCN

El galanismo pretendía ser una organización inspirada en ideales liberales para realizar la  democracia, del pueblo, para y por el pueblo, que se sintiera representada por sus líderes, que los ciudadanos no sólo eligieran, sino les llamara a cuentas cuando fuera necesario, propugnaba por la igualdad, la libertad y la justicia, reducir las diferencias entre ricos y pobres, pero sin quebrar a los empresarios o los generadores de empleo, con una base de justicia social, aquello que los políticos populistas han olvidado tanto, “enseñar a pescar, que dar el pescado”.

Sin embargo, pudo más la alianza entre políticos corruptos, el cartel de Medellín y las Farc, a fin de exterminar a Lara Bonilla en 1984, y Galán Sarmiento en 1989, así aniquilar a los hombres que podían cambiar este país dejando el nuevo liberalismo solo cenizas.

Líderes como ellos en un país como Colombia, se dan una vez cada 20 o 30 años, personas que no les dolía oler a pueblo, cavar entre el barro para salir adelante, individuos que siempre tenían un buen humor y una palabra de aliento para seguir abantes, una especie muy rara un político y un visionario.

Ni Rodrigo Lara ni ninguno de los miembros del clan Galán Pachón representan los ideales de sus progenitores, las razones son sencillas:

  • El nuevo liberalismo jamás hubiera aceptado el narco acuerdo de la #FalsaPaz de Santos y la #PazdeVersalles de las Farc, porque en su momento fue una fuerza que encaró el narcotráfico y su pago fuel el vil asesinato de Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán Sarmiento.
  • El galanismo era enemigo de la política tradicional, y la corrupción quería una nueva política y eso no lo representa ni Cambio Radical o el Partido liberal y menos su intento de crear su supuesto “Nuevo liberalismo” que de nuevo ya huele a viejo. “La lucha contra la Corrupción no es una cuestión de política, es de valores y principios” LGCN
  • Jamás Luis Carlos Galán Sarmiento hubiera consentido legalizar el narcotráfico, ni dejarse extorsionar por la izquierda política, ni mucho menos apoyar una justicia arrodillada, la verdad dada por conveniencia y cercenada y una reparación inexistente, o consentido el robo del NO del plebiscito, o apoyado la ilegítima Jep.
  • No hubieran permitido que Cesar Gaviria Trujillo, que nunca fue miembro del galanismo o del Nuevo Liberalismo hubiera recogido sus banderas, un aliado irrestricto de la narco paz y que quiere poner a su hijo Simón Gaviria en la presidencia.
  • Ya no hay galanistas de la vieja escuela y los nuevos para nada recogerían el 10% de lo que fue el líder asesinado. La política es cambiante, al igual que su hipocresía y sus mentiras LGCN
  • NO son un voto de opinión porque están contaminados por la política tradicional, lo niegan a cada momento, pero sus acciones los delatan, Carlos Fernando Galán es un tibio y arrodillado a los designios de Claudia López que incluso fue capaz de decir que era inconveniente la revocatoria del mandato con la excusa trillada de la pandemia y que no hace un control político a la alcaldesa. “La demagogia política, prefiere la propaganda que las ideas” LGCN
  • Juan Manuel y Claudio Mario Galán, Rodrigo Lara han defendido la paz con las Farc. El galanismo que nos venden es muy diferente al de sus padres, es el de ellos y no sirve. “En la democracia NO toda novedad política es cambio, ni garantiza que, al llegar al poder, no se acojan los mismos vicios” LGCN

La conclusión es que el Nuevo Liberalismo fue exterminado pues pudo más la política tradicional, los corruptos, la guerrilla, el narcotráfico, que cambiar el país y su descendencia no tiene la mitad del talante,  de lo que fueron sus padres, no reflejan sus ideas, el nuevo liberalismo que pretenden no es de Luis Carlos Galán Sarmiento o Rodrigo Lara Bonilla, que quede bien claro. “Las ideas SI pueden morir si quienes las deben defender NO lo hacen” LGCN

Por ello a los Galán Pachón y Rodrigo Lara se les aplica la premisa de Churchill  «Se puede cambiar de partido por cuestiones de principios, pero no de principios por cuestiones de partido»

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