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El mal que roe a Gustavo Petro viene de lejos. Por: Eduardo Mackenzie

Tras su ridícula y solitaria gesticulación en la asamblea general de la ONU, Petro optó por continuar su huida hacia adelante. Envuelto en un pañolón palestino, salió al día siguiente con megáfono en mano para arengar, con gafas negras, como un Santrich revivido, a un puñado de activistas.

Lo que Petro lanzó contra Donald Trump, contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contra Israel y Estados Unidos, irritó, con razón, al Departamento de Estado, el cual respondió moderadamente: le retiró definitivamente su visa para entrar a Estados Unidos.

La incursión de Gustavo Petro en Nueva York es una catástrofe para la moral de los colombianos y para el buen nombre de Colombia. ¿Será capaz el Congreso de ponerle fin a tales desmanes de alguna manera y rápidamente, en Bogotá? ¿La destitución de ese individuo no es más justificada que nunca?

El incidente de New York dejó pasmados a los que no se habían percatado del lamentable estado psicológico en que se encuentra desde hace meses el hombre que funge como presidente de Colombia.

En Times Square, Petro invitó a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos a desobedecer y rebelarse contra su comandante en jefe. “¡Desobedezcan la orden de Trump! ¡Obedezcan la orden de la humanidad!”. Llamó a constituir un “ejército mundial” que vaya a “liberar” la Palestina –léase a destruir a Israel–, porque ese país y Estados Unidos son “genocidas” y “nazis”. Haciendo el guapo, dijo que él iría si es necesario a combatir en Gaza.

Es obvio que Petro ha llegado a sombríos límites psicológicos. ¿La razón? Él se ve cercado por sus fracasos como mandatario y no ve posibilidades de continuar en el poder. Solo escándalos en el exterior como este le dan sentido a su vida. Observa, además, el espectáculo de un mundo “bolivariano” que está, en buena hora, desmoronándose en el continente. Todo eso es difícil de encajar, cuando la ideología marxista y las supercherías chavistas que fundamentaban sus actos ya no explican nada del mundo real.

Eso no es todo. El mal viene de lejos. El virus que ataca a Gustavo Petro ha estado ahí, latente, durante décadas bajo el rescoldo de quienes patrocinaron la violencia armada contra la democracia en el mundo. Es un recóndito y viejo engendro que ha tenido expresiones en otros países que podemos ahora recordar.

Recordemos pues. En la madrugada del 27 de octubre de 1962, Nikita Khrushchev recibió un mensaje escalofriante de Fidel Castro: éste le pedía lanzar un ataque nuclear contra EEUU “para eliminar el peligro” de una inminente invasión americana a Cuba. En sus Memorias Khrushchev escribió que ese día fue el más dramático “en el que se tomaron las decisiones más dramáticas” durante la Guerra Fría.

El ex jefe del Kremlin detalló: “Justo cuando iba a enviar un telegrama a Kennedy para decirle que estábamos dispuestos a retirar nuestros misiles, recibí otro telegrama de Castro”. “Fidel consideraba que, dado que el ataque era inminente, lo mejor sería que nosotros lanzáramos de inmediato misiles nucleares a las ciudades norteamericanas más grandes para no permitir que el ejército estadounidense destruyera los misiles en la isla” (1).

El líder soviético rechazó el pedido de Castro y encontró con Kennedy una solución a la crisis. Sin embargo, Castro continuó su delirio. En sus Memorias Khrushchev subraya: “Intenté explicarle a Fidel mi actuación, pero él se puso muy nervioso y empezó a insultarnos, si me puedo expresar así. Él creía que la URSS había traicionado a Cuba”. “Los chinos me tildaron de cobarde, ya que querían que hubiera guerra entre la URSS y EEUU”.

Esa loca situación había sido el resultado de actos tanto de los cubanos como de los rusos. “Fidel Castro y su gobierno mostraron gran estupidez política al no prever las consecuencias que tendría instalar armas nucleares en la isla”, afirmó Rubén un licenciado cubano al Diario las Américas. “Es cierto que Estados Unidos tenía un plan, la Operación Mangosta, para desestabilizar al gobierno. Pero eso no justificaba esa decisión aventurera”, agregó, antes de concluir: “Fidel puso al país en peligro de ser borrado del mapa. Y su petición a Nikita Khrushchev de iniciar primero un ataque nuclear a Estados Unidos más que un disparate era una decisión criminal” (2).

Khrushchev creía que el presidente Kennedy era de temperamento débil y aceptaría el chantaje nuclear. Se equivocó totalmente. Tan pronto comprobó lo que estaban haciendo los rusos y Castro, Kennedy le paró el carro a Khrushchev.

El plan del ruso era enorme: construir 24 plataformas de lanzamientos en Cuba, para acoger 42 misiles R-15, con 45 ojivas nucleares. Además, enviarían 42 bombarderos Ilyushin IL-28, un regimiento de aviones caza que incluía a 40 aeronaves MiG-21, dos divisiones de defensa antiaérea soviéticas, cuatro regimientos de infantería mecanizada y otras unidades militares, para un total de 47.000 soldados.

Fidel Castro llegó a creer que Cuba, con esos misiles, se convertiría en la segunda potencia nuclear del continente y podría hacer y deshacer los gobiernos y saquear las economías de los países. El Diario Las Américas cuenta: “Según los archivos personales de Anastas Mikoyan, número dos del Kremlin y el hombre encargado de negociar con el gobierno de La Habana, Fidel Castro le rogó quedarse con algunas armas nucleares tácticas: él creía que los servicios especiales estadounidenses no las habían detectado” (3). Fracasado y fenético, Castro puso a los jóvenes cubanos, sus esclavos, a cantar durante años: “Nikita mariquita lo que se dá no se quita”.

A la luz de ese terrible episodio de 1962 podemos explicarnos de dónde viene el aventurerismo de Gustavo Petro en New York, donde una vena de megalomanía asomó en todo su horror, como lo hizo Fidel Castro en 1962. Ese tipo de conductas monstruosas hacen parte de los reflejos íntimos del extremismo comunista. Los colombianos deben sacar las buenas conclusiones y pensar en eso cuando entren en el proceso electoral de 2026. Cualquiera de los candidatos del bando petrista, aunque lo oculten, podrían poner a Colombia ante daños irreparables.

(1).- https://www.libertaddigital.com/cultura/historia/2016-12-03/radoslav-todorov-el-dia-que-fidel-castro-propuso-a-la-urss-un-ataque-nuclear-preventivo-contra-eeuu-80742/

(2).- https://www.diariolasamericas.com/america-latina/castro-pidio-akhrushchevasestar-golpe-nuclear-contra-eeuu-n4258974

(3).-https://www.diariolasamericas.com/america-latina/castro-pidio-akhrushchevasestar-golpe-nuclear-contra-eeuu-n4258974

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