En los últimos años, lo que ocurre en austral Chile, se replica en Colombia. Primero con el COVID, después los mal llamados “estallidos sociales”, producto de entramados internacionales a partir del Foro de Sao Paulo, después la llegada al poder de las denominadas “izquierdas o “progres”, facilitado el camino por jóvenes inexpertos y poco estudiosos, que permite los experimentos anacrónicos del populismo, con los tentáculos del parasito de siempre Cuba y la no desconocida y grosera intervención de Venezuela a través de su petróleo. En otras palabras, gobiernos de la kakistocracia, término del griego, que significa “gobierno formado por los más ineptos (los más incompetentes, los menos calificados y los más cínicos) de un determinado grupo social”. No es invento este término, vayan y naveguen en Google.
Ayer Chile reaccionó históricamente aún con mayor fortaleza que en meses anteriores. Boric, además de hacer el oso al trancarse en un tobogán para niños, donde pretendió deslizarse, hecho premonitorio, además se atoró en el tobogán de sus fracasados intentos por imponer sus ideas que han sido alimentadas de discursos demagógicos, donde los mayores afectados han sido las personas de la clase media residente en ese país. Eso debe tener la despeinada cabeza del inquilino del Palacio, con los pelos de punta. ¡Imaginen: ¡un erizo, con los ojos toteados!
Además, nos enteramos que sus niveles de aceptación pública han ido en descenso vertiginoso, situación apenas natural, porque son muchos desaciertos juntos y desastres que ha venido produciendo y ad portas de producir peores. La impopularidad aumenta entre quienes votaron por él y los abstencionistas. A alguien le comenté que debíamos esperar el coletazo de fiera herida, como consecuencia de la victoria arrasadora de la derecha en Chile, histórica por sí misma, donde el partido Republicano que sumado a “Chile Vamos” fue más allá de las expectativas del pueblo chileno y un récord en los procesos electorales de ese país. En Chile el voto es obligatorio, de forma que no es el abstencionismo el mayor elector.
La situación es gravísima en Colombia el tramoyero criollo, el de Macondo, que ya no puede culpar al cadáver de Pinochet y busca salidas a su propio desastre, no solo deslegitimó al Fiscal, sino que anunció que se traería una comisión internacional para administrar la justicia de Colombia, hecho que no ha sido confrontado con la opinión pública, que ha pasado inadvertido. ¡Que afrenta a la soberanía nacional!, obvio, traerá venezolanos, cubanos y argentinos, para que desplacen a los jueces y fiscales de la República de Colombia, así como pretende traer médicos y chamanes cubanos. Suficiente que ya tengamos el engendro llamado JEP, elegida por pretendidos neutrales personajes internacionales, pero con sesgo político comprobado, tribunal que le ha hecho el favor durante estos años a las FARC en desmedro de la Fuerza Pública y todos los colombianos, un tribunal de burlas. Le importa al tiranillo un bledo que la Corte Suprema le llamará la atención y que colegios de jueces y fiscales reaccionaran en pro de la Constitución y por supuesto de la institucionalidad del país. Tampoco ni le hizo cosquillas que expresidentes de Latinoamérica cerraran cerco en pro de la democracia colombiana tras las declaraciones de la semana anterior, mucho menos la declaración de exmagistrados del Consejo de Estado. La fiera dará coletazos, el paroxismo esquizofrénico aumenta y su supuesto deseo de sentarse a dialogar con el Fiscal General, no pasa de ser un dicho de paso.
No tiene quien le aconseje, quien le asesore con serenidad para un cargo tan delicado como dirigir un país, porque su corte de áulicos está compuesta de personajes poco confiables además de sombríos, que sufren el efecto Dunning-Kruger, según me advirtió un brillante docente, ese propio de gentes con bajo nivel intelectual y cultural, pero que por sus egos inflados creen férvidamente que saben más y son más inteligentes que el resto de humanos. Miren pues, estos unidos al rufián que padece del Síndrome de Hubris como lo anoté en la columna anterior, es una mezcla explosiva letal. Los hechos hablan por sí solos. Por eso el señor que tanta vergüenza nos hace sentir, no gobierna, twittea y produce decisiones por encima de la Carta Política.
Nos causa bochorno todo lo que hace y lamentablemente persiste en conductas de desfachatez no solo a la vista interna, también internacional, como el dejar esperando por horas a personas convocadas para “besarle la mano”. El pontífice de la descortesía, de las malas maneras, que no solo dejó plantados a los magistrados de las altas cortes, recién que inauguro su entrada a la Casa de Nariño, y también lo hace en el extranjero y aún no se sabe porque causa, razón o motivo, como diría el personaje de la comedia, no llega a tiempo a reuniones protocolarias, a convocatorias con autoridades de diferente orden o con comunidades, se escuchan rumores, se susurran hechos… Ese respeto mínimo, de asistir a tiempo a una cita planeada, hace parte del respeto al núcleo esencial de los derechos humanos, la dignidad humana. Pero se apropia del discurso, de la narrativa, de manera demagógica, cuando en la práctica no muestra un mínimo de atisbo para respetar los Derechos Humanos de todos, la retórica grandilocuente en escenarios públicos causa jocosidad a quienes advierten su capacidad histriónica y la facilidad para mentir.
Analizando las injerencias de Venezuela en el desorden de Latinoamérica, desde la mala hora en que llegó Chávez al poder y siguió el esbirro del narcotráfico Maduro, con clara influencia del parásito cubano, finca su poder a través del petróleo, situación que diferencia a Chile y Colombia de Bolivia, Nicaragua y Argentina que a su vez son países “tributarios” de la isla caribeña mencionada y han llevado a sus gentes vivir como parásitos a través de los subsidios; son generaciones perdidas sin ganas de estudiar, menos de trabajar, quienes a cambio perpetuán en el poder a los dictadores. En el país austral, el cobre manda y además demostrando ayer domingo, los experimentos de la izquierda producto del estallido social, no pegaron ni despegaron. Petro ha mostrado desde el primer día de gobierno que, su afán es el autoritarismo, con el ítem adicional de demostrar su espíritu “ecologista” a fin de acabar con nuestro primer reglón en la economía nacional, pero el real trasfondo es obligar a importar petróleo de Venezuela y darle respiro económico y político a la dictadura avasalladora de los derechos humanos. Ya le falló el plan de traer gas negociando con Maduro, porque el tumbaron el orangután en el Plan de Desarrollo. Solo queda por esperar dignidad en los partidos que no hacen parte de la alianza llamada la Colombia Humana, porque a estos últimos si les falta mucha capacidad intelectual, además de evidenciar un odio profundo alimentado mayores violencias en Colombia.
En lugar de estar tranquilos, no invade desazón, esperando la próxima locura del inquilino. Sacó la psiquiatra del gabinete, que parecía más paciente…pero se quedó el loco mayor, lleno de rencores, complejos y desórdenes de percepción.