COSTA NOTICIAS

El comunismo no presidirá el parlamento francés. Por: Eduardo Mackenzie

¡Uf! Francia escapó anoche a la humillación de ver la presidencia de la Asamblea Nacional en manos de un comunista.

La izquierda toda, coaligada en el NFP (Nuevo Frente Popular) estaba decidida a imponer a André Chassaigne, 74 años, diputado y miembro del Partido Comunista Francés desde sus 16 años –aunque menos sulfuroso que la secta melanchonista de los “insumisos”–, como presidente de la Asamblea Nacional.

Sin embargo, el NFP no logró su objetivo. Después de tres vueltas de votación, los diputados eligieron a la macronista Yaël Braun-Pivet (220 votos), quien había ocupado ese mismo cargo hasta el 7 de julio pasado. Chassaigne obtuvo sólo 207 votos. La Derecha Republicana (RD, antes Les Républicains) y una parte del partido Reunión Nacional (RN) de Marine Le Pen, felicitaron a la ex y nueva presidente.

Ex profesor de literatura, Chassaigne es visto como un comunista “moderado” aunque es un defensor acérrimo de la dictadura cubana. Es autor de Cuba, une étoile dans la nuit. La lutte du peuple cubain contre un blocus criminel. Él había sido traicionado en 2010 por su propio partido cuando el PCF apoyó la candidatura de Jean-Luc Mélenchon para las presidenciales de 2012. En 2016, Chassaigne fue objeto de duras críticas cuando votó contra un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Ucrania y con Georgia argumentando que eso podría incomodar a Moscú.

La derrota de anoche obstaculizará probablemente el objetivo mayor del bloque de izquierdas: la obtención del segundo cargo en importancia de la República francesa: el de primer ministro. La consigna de “todo menos los insumisos” de Mélenchon siguió vigente y fue aplicada anoche. ¿Pero hasta cuándo?

Furiosa, la gente del NFP, por boca de la líder ecologista Marine Tondelier, anunció que “la guerra por Matignon no está perdida y se reinicia inmediatamente”.

Once días después de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, en las que el macronismo perdió más de 80 escaños y, por ende, su mayoría relativa en el parlamento, la situación es paradójica: el primer ministro macronista Gabriel Attal sigue en el cargo y Yaël Braun-Pivet volvió a la dirección de la Asamblea Nacional, el tercer cargo más importante de la República. Desde luego, Attal renunció oficialmente a su cargo pero seguirá al frente del gobierno durante algunas semanas hasta el fin, dicen algunos, de los Juegos Olímpicos en París.

En cuanto al bloque anti-NFP: no se hundió y hasta ganó una batalla institucional, y la mayor organización de derecha, el RN, sigue siendo diabolizado, pero emerge de esta refriega como el árbitro de las próximas batallas legislativas.

Comparte esta entrada:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore