Lo último

Gracias a las acciones del presidente Petro, Colombia está alcanzando el nivel de reverberación en el que estallan las revoluciones.

Los errores cometidos por este gobierno han sido tantos y tan graves que están tocando a aquellos sectores de la población que antes habían sido, o inmunes o indiferentes.

Por primera vez, en toda la historia republicana, hay unión en el clamor y este no se divide en izquierdas, centros y derechas.

Creo que no ha existido, ni existirá, momento mejor para acometer los cambios profundos que la patria urgentemente necesita.

Convencidos ya de que la solución no es apoyar a los que nos engañaron ni tampoco a los que durante todo el tiempo nos defraudaron, debemos buscar la alternativa que nos asegure no cometer los mismos errores del pasado y poder llevar a Colombia por la senda que asegure el bienestar para todos y no solo para los pocos de siempre.

Quiero hoy, convocar hasta al último compatriota para que empiece a considerar, desde lo profundo de su razón, apoyarme en la creación del movimiento militar-económico-político-social para defenestrar del poder a los verdaderos causantes de todo este fracaso.

Esta “caterva de descastados” no puede seguir más.

No pueden seguir manteniéndonos matándonos para ellos poder seguir robando.

No pueden seguir siendo eternos en el poder a través del negocio perverso de los votos por puestos, coimas y contratos.

Esta pseudodemocracia debe parar ahora y para siempre.

Colombianos, el momento de colocarnos en pie de lucha ha llegado.

Nuestra más grande arma, la que nos hará invencibles y nos dará la victoria será la unión de todos: los buenos políticos, los militares de honor, los empresarios comprometidos y los trabajadores responsables.

No escucharemos más a los cantos de sirena de los que nos han llevado al pozo profundo de tristeza y desesperanza en el que estamos.

Buscaremos líderes nuevos y buenos, honestos, comprometidos y capaces para reemplazar hasta el último de la “caterva de descastados”, ineptos, corruptos e indolentes.

La hora de la gran decisión ha llegado.

No hay marcha atrás.

Atrás está el abismo.

Para su gentil reflexión.