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Barranquilla, 5 de febrero de 2025.– Al mejor estilo del dictador Nicolás Maduro su programa televisivo en vivo y del Mazo Dando, de Diosdado Cabello, la cabeza del régimen comunista de Colombia, Gustavo Petro Urrego obligó a los medios de comunicación nacional, a retransmitir lo que en el canal institucional y sus redes sociales estaba transmitiendo en vivo; un “Consejo de Ministros”, en el que estaba confirmando con su participación, los cargos de Armando Benedetti como jefe de gabinete, y el de Laura Sarabia como Canciller. Espectáculo que se convirtió en un grotesco titiretero.

Durante este “Consejo de Ministro” que además fue utilizado para la politiquería por parte de quienes además tienen aspiraciones presidenciales o paralamentarias, quedó en evidencia, los enfentamientos entre unos y otros además del mismo odio que Petro promueve contra la oposición, allí se manifestó como el odio que destila contra otros los está carcomiendo a ellos mismos y al régimen.

Quedó en evidencia además que Laura Sarabia, es más peligrosa de lo que se ve por fuera con “cara de mosquita muerta”, le miente a Gustavo Petro para indisponer a sus compañeros, como es el caso de Gustavo Bolívar quien la desmintió en vivo y en directo. Al igual que fue evidente que esta mujer es además irrespetuosa al no respetar a otra mujer del gabinete, y sobre todo, tratándose de la vicepresidente Francia Márquez, y a otros compañeros de gabinete, tal como lo aseguró. Esto es, estamos hablando es de un tipo especial de arpía. Una Superarpía.

Esto sin hablar de como en el “Consejo de Ministros”, le dijeron a Petro sus propios camaradas que su gobierno es un gobierno corrupto, atestado por escándalos de corrupción. Una ministra camarada llorando arrpentida diciendo “yo con él no me siento”, que ese no fue el “cambio” por el que ella trabajó la campaña y ayudó y votó.

Todo este espectáculo para reiterarle a Gustavo Petro que no quieren ver a Armando Benedetti y a Laura Sarabia en el gebinete. Sin embargo como era de esperarse a cada queja, Petro la descalificaba, dándole con ello apoyo a Benedetti y a Sarabia.

Mientras esto sucedía, Gustavo Petro se sonrreía como el mísmisimo diablo sabiéndose con el control de todos ellos. Es así que el dueño del circo, no obstante que les daba la palabra para que expresaran en vivo todo lo que se dijeron, aprovechaba para intervenir con historietas de su vida comunista, para tirar su propaganda panfletaria de la doctrina marxista y para reiterar que su único partido es el del grupo guerrillero M19.