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Al desayuno se sabe cómo será el almuerzo. Por: Duván Idárraga

Nuevamente título lo que escribo esta semana con un refrán, que refleja la sabiduría de nuestros mayores; quienes, utilizando estas frases populares, nos indicaban la forma de ver cómo sucederían las cosas. Frente a los gobiernos de izquierda pareciera que muchos no se quieren dar cuenta de sus perversas ejecuciones a pesar de los evidentes y catastróficos resultados que observamos en Cuba, Venezuela, Nicaragua o Argentina. Hay muchos en Colombia que quieren vivir en carne propia las consecuencias de esos modelos populistas. A nivel de alcaldías algo similar sucedió en las recientes elecciones en las principales ciudades del país.

Los bogotanos no tuvieron suficiente con padecer de manera consecutiva tres gobiernos de izquierda: El de Samuel Moreno, caracterizado por una corrupción desbordante; el de Lucho Garzón con una inoperancia imposible de superar y el de El señor de la Bolsa con una alcaldía llena de desaciertos, pocas ejecuciones, enorme corrupción (más del 90% de sus contratos fueron sin licitación, contratación directa) y una creciente burocracia con la que alimentó sus intereses futuros. Pese a todo ello, eligieron a Claudia López que ha demostrado hasta la saciedad que es muy buena para criticar pero, con contadas excepciones, como buena izquierdista, pésima para gobernar.

Era casi que imposible superar la pésima gestión como alcalde del señor de la Bolsa, todo indica que Nayibe lo logrará. Incluso, en el tema de la corrupción, cuya bandera resultó ser el motor de su postulación y posterior elección, son varios los escándalos: Contratos amañados, burocracia sin límite, favorecimiento a familiares y financiadores, exagerados contratos en pauta publicitaria para comprar el silencio y/o apoyo de medios y “periodistas”; comportamientos todos de los populistas. Ni que hablar de su embeleco de gastarse mas de $5.000 millones para pintar de verde unos buses nuevos que Peñalosa dejó contratados y culpar de todo a los demás, no a su inoperancia.

En Cali conocíamos las ejecuciones y andanzas de Jorge Iván Ospina, muy dado a plantear grandes obras (en su primera alcaldía fueron las Megaobras, muchas no se ejecutaron, sin embargo el dinero por valorización se cobró todo, jamás respondió por ello). Ahora viene por más, logró que un Concejo arrodillado le aprobara endeudamiento por $650.000 millones; anuncia más de $11.000 millones de para derrochar en una feria virtual, mientras Barranquilla suspende su tradicional Carnaval. Pudo más el deseo de los contratos. Igual que en su primera alcaldía (con la contratación de miles de personas, lo denominados guardas cívicos, que no hacían nada, burocracia para alimentar aspiraciones políticas futuras) vemos en las calles los denominados guardianes, cientos de ellos. También anunció una millonaria inversión en la plazoleta Jairo Varela (construida en su primer gobierno) mientras que hay cientos de cámaras de seguridad fuera de servicio por falta de mantenimiento o miles de huecos en las calles de la ciudad.

Sorprende lo ocurrido en Medellín, jamás pensé que pudiera llegar un alcalde izquierda. La división entre los aspirantes de derecha facilitó el acceso al poder del señor Quintero quién ha demostrado en pocos meses que, como buen socialista, a la hora de ejecutar mucho anuncio y pocas obras de verdadero impacto o algunas muy cuestionadas. Ha creado burocracia innecesaria (23 nuevos cargos, entre ellos las Secretarías de No Violencia, Innovación Digital; subsecretaria de Bienestar Animal y hasta una Gerencia Étnica y de Diversidades sexuales); favoreció a sus financiadores, contrató un personaje que lee el tarot. Su actuación frente a EPM demostró que primaba el deseo de imponer su voluntad por encima de los intereses de la ciudad; con sus acciones puso en grave riesgo una de las empresas más importantes de Colombia y sin lugar a dudas el motor de la ciudad frente a la generación de recursos para el sinnúmero de programas sociales que benefician a la comunidad

Tres claros ejemplos de lo que significan los modelos de izquierda en el poder, más grave que sea en las más importantes ciudades donde las consecuencias empiezan a notarse: Se observa deterioro de la calidad de vida de sus habitantes, incluso se habla de promover la revocatoria de ellos. Por eso resulta absurdo e increíble que haya quienes desean que uno como ellos pueda gobernar el país. Estamos advertidos, no podemos asumir ese riesgo, depende de nosotros. Desde el desayuno sabremos cómo será almuerzo.

EL COLMO 1: Las FARC y la JEP no disimulan que son uno solo, a la total impunidad e inoperancia de la segunda se suma una condecoración de los primeros a la JEP. Solo en Colombia cinismo nivel Santos. NO HAY DERECHO.

EL COLMO 2Nuevamente el señor de la Bolsa difundiendo fake news; la más reciente, difundió noticia falsa sobre que Colombia ocupaba el primer lugar en corrupción a nivel mundial… y sigue tan campante y tantos que le comen cuentoNO HAY DERECHO.

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