En recientes días hemos visto cómo el candidato y Vicepresidente Germán Vargas Lleras, ha estado en un constante rifi-rafe con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y con la cara más visible del chavismo en la Asamblea, el Diputado Diosdado Cabello.
La “pelea” comenzó por el término “veneco” que usó Vargas Lleras para referirse a los venezolanos, y la reacción airada de Maduro no se hizo esperar, y desde entonces van y vienen una serie de insultos que caldean los ánimos nacionales y electorales.
Pero si hacemos historia, y no muy lejana, recordaremos cómo el entonces Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, era acérrimo enemigo del régimen de Hugo Chávez, y utilizó su pelea con el fallecido mandatario como parte de su plataforma de campaña a la presidencia del 2010 (para ese entonces tanto Chávez como Piedad Córdoba tenían los índices de popularidad más bajos y había un gran rechazo por la imagen e injerencia del líder venezolano), lo que le hizo ganar puntos frente al electorado nacional.
Pero no pasó mucho tiempo después de haber ganado las elecciones, cuando Juan Manuel Santos ya estaba celebrando con su nuevo mejor amigo, además callando cobardemente frente a los atropellos del régimen chavista con su propia población, y contra al pueblo colombiano, que se ha visto insultado y mancillado por los miembros del partido oficialista y criminal de Venezuela.
Tan solo basta recordar la forma en qué Nicolás Maduro expulsó a nuestros compatriotas, destruyendo sus hogares, deportando colombianos cómo si se trataran de viles delincuentes, además de la humillación, las consecuencias humanitarias que hubo tanto para Colombia como para Venezuela, y cómo durante este periodo de incertidumbre y tensión no apareció nunca el liderazgo ni de Santos ni de su Canciller Holguín.
En definitiva, esos cojones que le mostraba Santos al régimen chavista resultaron ser blandos huevos, demostrando que todo ese teatro de otrora, no fue más que un engaño al electorado colombiano. Dígamoslo con sinceridad, a Santos le ha faltado temple, dignidad, fuerza y le han sobrado unas buenas rodilleras para tratar temas bilaterales con el vecino país.
Y ahora sale Germán Vargas Lleras con el mismo papel, en el mismo escenario, pero con actores diferentes. Tal vez al escuchar este vaivén de insultos y demostraciones de fuerza, muchos nos soñamos con que el vicepresidente colombiano coja a coscorrones a Maduro o a Disodado Cabello, pero cómo ya nos lo ha demostrado la historia reciente, eso es puro bla, bla, bla.
No nos dejemos engañar de quien ya ha sido el Ministro estrella y formula vicepresidencial, y aunque bien sabemos que ambos son traidores y mentirosos por pura naturaleza y estirpe, entre víboras no pican.
Así que señor Vicepresidente ¡A otro perro con ese hueso!
@C88Caesar