COLUMNISTAS

Por pura coincidencia escuche una entrevista del visionario presidente de Tecnoglass, en que hacia una breve reseña de como nació la empresa modelo en latino América que se dedica a la fabricación de vidrios con una definida arquitectura aplicada para los más grandes desafíos ambientales y de la mano del arte.

Del mismo modo fabrican todo lo relacionado en aluminio. Me llamo poderosamente la atención que en la entrevista informal, de a pie, que le hicieron utilizó la frase que me sirvió de título para este editorial. Según le escuché, levantó la empresa en un lugar casi inhóspito, porque no ofrecía los medios, ni de seguridad, ni de disponibilidad para edificar semejante proyecto que requería luz, agua, alcantarillado. En otras palabras, había que civilizar el área y ponerla en condiciones adecuadas para que se proyectara al futuro, y con los espacios suficientes para su expansión.

Una de las afirmaciones que le escuché, fue, cuando le entendí que dijo: la generación de empresas es lo que produce las fuentes de trabajo. Esta manera de pensar del reconocido empresario, nos otorga el mejor argumento para confirmar que las situaciones ideales solo las puede crear una persona con visión futura, pero si la imaginación no trasciende los límites de la nariz, pues no hay evolución, y por lo mismo no hay desarrollo.

Cuando yo me radique en esta ciudad de Barranquilla que no ha sido esquiva en recibirme con amabilidad, no era lo que es hoy. Y menos la vía 40 donde precisamente esta la empresa Tecnoglass. Entonces quienes se oponen al capitalismo cometen un grave error, puesto que la base del desarrollo lo genera el capital y este jalona los puestos de trabajo.

También  hace días vi el aporte que la empresa le hizo a Puerto Colombia, en apoyo a esa maravillosa gobernadora Elsa Noguera, una mujer fuera de serie, promotora del crecimiento urbanístico organizado, la que junto al ingeniero Alejandro Char, generaron la revolución del cambio a base del capital, mutaron la ciudad de simple, para convertirla en la más admirada metrópolis del país.

Colombia, necesita de empresarios intrépidos con proyecciones futuras a corto mediano y largo plazo. Siempre, desde que fui director de turismo allá en Cartagena mis anhelos eran ver unida a través de las playas, las tres bellas ciudades del caribe: Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Es más, propuse al entonces don Víctor Nieto, fallecido, que vinculáramos a Barranquilla con el festival de Cine y estuvo de acuerdo.

Igual propuesta hice para recuperar el festival de música del Caribe que lo dejaron perder. Traje a Barranquilla al mono Escobar, quien fue el inspirador del Festival y le encantó la idea. Ahí se las dejo para revivirla.

Barranquilla se merece lo mejor porque han trabajado en busca de la excelencia y no a base de chambonearía.

A mí no me cabe la menor duda que la capital del Atlántico puede convertirse en propulsora del potencial turístico para todo el Caribe en alianza estratégica con Cartagena. Las perlas del turismo están a la vista con: Puerto Colombia, Salgar, Sabanilla. Toda esa área costera tiene un valor inmenso. Ojalá que sí llegaren inversionistas para construir tengan el talante del visionario Daes, y la seriedad de una gobernadora que asumió el papel de integracionista de manera hábil para darle a su gestión una aplicación de ciudad región, en que la Gobernación se involucra en el ordenamiento y planeación de los municipios, trabajo este que se hace mancomunadamente con los alcaldes municipales de todo el departamento. Es así como se crece y se ordena un país. Es fundamental que la experiencia apoye a quienes no la tienen para que la gestión sea positiva y no se perjudiquen las pequeñas poblaciones por malos manejos de las finanzas o, por la carencia de asesoría y desconocimiento urbanístico.

Imagino las playas del Salgar, Sabanilla, con toda una cadena de hoteles o centros de recreación bien organizados. Ojalá que desde ya se eduque al nativo para hacerle ver que la fuente de trabajo está en el crecimiento organizado de las comunidades. Que sientan que Barranquilla es propia. Que brote la misma o más, pasión que se tiene por el Junior.

Hay que fomentar las micro empresas para que aprendan a manejar sus recursos económicos. Y hacerles ver que el Capital puede estar en manos de todos, siempre y cuando la quejadera del día a día se reemplace por el deseo de surgir y no esperar que el estado se lo de todo.  Cierto es: no existen las situaciones ideales. Solo el visionario la crea y les da vida, valor y  proyección futura. Que viva el capital.

Toronto Canadá.

senengonzalezvelez@hotmail.com