*Experto en financiamiento agroindustrial.
Por fin salió el gobierno de este parto del Plan Nacional de Desarrollo (PND). Con la aprobación por parte del Congreso de la República, ahora sólo resta que el presidente Duque sancione la ley, para que el gabinete comience a ejecutar los 1.065 billones de pesos aprobados en inversiones.
En el sector rural la responsabilidad es enorme, toda vez que el gobierno Duque, recibió un sector agropecuario ineficiente por culpa del abandono del Estado en materia de cobertura en servicios públicos, infraestructura de comunicaciones (vial, férrea y fluvial), biotecnología, distritos de riego y servicio en asistencia técnica rural.
Para superar este rezago y comenzar a asomarnos en la cola del ranking de la competitividad agrícola latinoamericana, va a ser necesario organizar y coordinar los ministerios con el sector privado para poder ejecutar con eficiencia los $227,4 billones, que le correspondieron al sector rural y los $24 billones adicionales que le asignaron al ministerio de Agricultura.
Un tema que no da más espera, por ejemplo, y que lo he conversado un par de veces con la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, es la construcción y mejoramiento de la carretera a Puerto Carreño, para poder desarrollar unos 2 millones de hectáreas en los departamentos que integran la Orinoquia y altillanura colombiana. De igual manera, debe estructurarse con cada uno de los gremios de la producción agropecuaria un plan de vías terciarias dando prioridad a los centros de producción de alimentos y materias primas más estratégicos en cada región del país. Como decía mi padre “Pongan las vías, que nosotros ponemos el desarrollo”.
En materia de riego, es importante que el ministerio de Agricultura reestructure el ineficiente sistema de administración de los 80 distritos de riego de propiedad de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), buscando una mecanismo más eficaz y menos costoso para los usuarios. Los distritos de riego que aún no se han terminado deberían concesionarse a empresas especializadas en sistemas de irrigación y destinar esos presupuestos a la construcción de canales de riego en zonas con bajo régimen de lluvias, pero con enorme potencial agrícola.
Así mismo, es importante poner a disposición de agricultores y ganaderos una línea de crédito a diez años con tasa de interés del 7% efectivo anual, para que puedan instalar en sus fincas el Rolls-Royce de los riegos. La banca multilateral y varios fondos extranjeros están financiando en varios países de Suramérica este tipo de inversiones con garantía soberana. Finagro, es el vehículo perfecto para operar esta línea de crédito.
Otro tema que va a exigir un replanteamiento en la inversión, es el lento modelo de desarrollo productivo que tenemos. Ya es hora de buscar alternativas diferentes a Agrosavia y a las Umatas. El CIAT, los Centros de Investigación Gremial, Acosemillas y las Cámaras de Procultivos y Alimentos de la Andi, son aliados más efectivos en la introducción de programas de mejoramiento genético agrícola y ganadero. Y el Sena con la agroindustria, serian la llave ideal para garantizar la cobertura en buenas prácticas agrícolas y ganaderas de sus proveedores de materias primas.
Se acabó el tiempo del retrovisor, ahora toca ejecutar.