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Visceral ataque en jauría, indica que van tras Uribe. Por: Mauricio Villegas

Sólo cuando el móvil es el odio se le busca la caída al otro como sea. En el trino de Uribe la intención es obvia.

mauricio-villegasCuando el ciclista colombiano Rigoberto Urán al finalizar la etapa del Tour de Francia le contesta al periodista Fernando Calle de Caracol Radio sobre el codazo de Sagan a Cavendish con un desparpajado “yo que voy a saber güevón” es obvio que no se refiere al tamaño de los testículos de Calle. Igualmente se le puede decir un desparpajado “no jodás marica” a alguien sin referirse a su condición sexual.

Tras el modus operandi de Daniel Samper durante años en Soho de lo que constan múltiples denuncias y lo acontecido recientemente con la bebé de la senadora Paloma Valencia, Amapola, de tan sólo 2 meses, es obvio a qué se refiere la afirmación de Uribe.

Pero, si de profundizar en el léxico se trata, hablemos entonces de la frase exacta: violador de niños.

Lo primero es que las palabras violentador y vulnerador no existen. Para los efectos se usa el verbo violar.

Lo siguiente es que la palabra tiene cinco significados. Y el que nos interesa es el de profanar, quebrantar, vulnerar o violentar. Que fue lo que hizo el señor Samper con Amapola, sin contar con lo de la revista. Violó, vulneró, violentó los derechos de una bebé.

Y así como cuando se pide un vaso de leche no significa hecho con leche, tampoco el violador de correspondencia o de tumbas es quien coite con esos objetos.

Así pues que decirle violador de niños al sujeto que sabemos, con sus antecedentes y el contexto, de conocimiento público además, no se refiere a acceso carnal violento.
¿O será que con su airada reacción su inconsciente freudiano expuso algo? Sería interesante una prueba de polígrafo pública y en directo.

prensaSe entiende entonces el visceral ataque en jauría sólo con un móvil de odio desde los que hablan de paz, desarmar el corazón y desescalar el lenguaje sin que sepan que están siendo manipulados como masa. Ellos mismos no entienden por qué defienden a Samper si para otros casos han condenado esos actos.

Ahora bien, el comunicado de los que se autodenominan prensa y adalides de la ética periodística, dejan en evidencia que muchos de ellos no son egresados de una facultad de comunicación y que hay un móvil diferente al trino. No sólo por los argumentos aquí expuestos, sino porque la academia dicta ecuanimidad y ellos, los que se esperaba que lo hicieran, tomaron partido y le hicieron coro al calumniador que acusa de calumnia.

Hay intereses más grandes que los 140 caracteres de un trino en todo esto. Es la figura de Uribe y lo que representa: el dique de contención de la expansión del Foro de Sao Paulo en Colombia

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