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Silencios cómplices que tuvieron grave impacto para Colombia. Por: Duván Idárraga

En días recientes se ha incrementado la polémica por todo lo que sucedió durante el proceso de la negociación del narco acuerdo Santos – FARC (que el Pueblo Soberano rechazó en el plebiscito del 2016), en especial a raíz de las fuertes críticas que viene realizando en diferentes escenarios el General Jorge E. Mora Rangel, uno de los designados dentro del equipo negociador de Juan Manuel Santos para su representación en la Habana. Mora Rangel se une a los cuestionamientos que desde 2018 ha venido realizando quien fuera también Ministro de Defensa de Santos y posteriormente embajador ante el gobierno de Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón.

Debo recordar que para la campaña presidencial de 2018 el exministro Pinzón hizo importantes cuestionamientos al acuerdo y en especial al robo de plebiscito por parte de Juan Manuel Santos; lastimosamente no tuvo la coherencia y gallardía de haberlos hecho cuando era miembro de su gobierno habiendo incluso renunciado al mismo si realmente estaba en desacuerdo con la manera en que se había definido con las FARC y en haber desconocido la voluntad popular. No tengo dudas que primó su cálculo e interés político de permanecer en el gobierno hasta su culminación y posteriormente, como lo hizo, cuestionar esas acciones para obtener beneficios electorales.

El caso del General Mora es especialmente particular y mucho más relevante. Durante su carrera como militar activo fue un hombre que se identificó por su carácter, su entrega, su defensa de la Constitución Nacional, su preocupación por los intereses de sus hombres del Ejército y de las Fuerzas Militares (fue comandante de ambos). Por supuesto, incluirlo en la mesa de negociación fue una jugada muy hábil de Santos no hay que desconocerlo; con ello tuvo a alguien con gran influencia en el estamento militar y en la opinión pública, algo pensado para favorecer sus intereses. Es ahí donde me llama la atención la actuación de Mora Rangel, que siendo plenamente consciente y con información de primera mano de todo lo perverso que sucedía en La Habana en contra del país, hubiese guardado silencio, primando su compromiso con Santos por encima del compromiso con la patria.

Mas de cuatro años después de haberse firmado el narco acuerdo, Mora Rangel hace todo tipo de cuestionamientos a lo negociado, menciona algo que muchos en Colombia conocíamos: Quienes tuvimos la oportunidad de leer el documento inicial de los acuerdos que se firmó en La Habana y posteriormente el que se ajustó y firmó en el teatro Colón después de la derrota del plebiscito, teníamos plena conciencia de que era la entrega total del Estado ante un grupo de narco terroristas, quiénes no se comprometieron a nada y quienes recibieron todo tipo de beneficios como el propio Mora Rangel lo expresa cuándo dice que las FARC recibieron mucho más de lo que siempre imaginaron. Hoy sus grandes jefes se pensionaron, su billonaria fortuna e imagen fueron lavadas, recibieron todo tipo de beneficios sin ningún compromiso y de premio curules en el Congreso, millones en salarios y un fortalecido y costoso esquema de seguridad que pagan nuestros impuestos.

Pero Mora Rangel pone en conocimiento de la opinión pública algo en extremo grave: La existencia de un primer acuerdo secreto de 5 puntos entre Santos y las FARC. Como lo dice en su presentación ante la Universidad Nueva Granada, ese documento de 5 puntos fue entregado por Santos al equipo negociador con la instrucción clara de no salirse de ellos; es decir, lo que se hizo en la mesa de negociaciones de La Habana fue desarrollar cada uno de sus cinco puntos previamente acordados. Sin duda, este hecho es la confirmación de la traición de Juan Manuel Santos a Colombia y la evidencia de que quienes nos opusimos al narco acuerdo siempre tuvimos la razón.

Me resulta difícil de creer que tanto Mora Rangel como Juan Carlos Pinzon, teniendo información de primera mano y verificada y ante la gravedad de los hechos y las implicaciones para los intereses de Colombia, hayan optado por su lealtad con Juan Manuel Santos y no con los intereses supremos de Colombia; primaron la mezquindad de sus intereses personales en contra del país. Que ahora se rasguen las vestiduras cuestionando lo ocurrido me parece que obedece exclusivamente a sus intereses personales; el de ambos fue un silencio cómplice que tuvo un grave impacto para Colombia.

EL COLMO 1: Nuevamente actos vandálicos en las marchas del 21 de noviembre en Bogotá y Medellín, sus alcaldes y algunos jueces siguen dejando con las manos atadas a la Fuerza Pública. NO HAY DERECHO.

EL COLMO 2Fiscalía imputa cargos a exfuncionarios y contratistas del gobierno de Petro por supuestas irregularidades de contratación en el servicio de aseo. Al principal responsable de ese descalabro que le costó miles de millones al gobierno de Bogota, al igual que el caso del video de las pacas de dinero y la bolsa, en la Corte Suorema de Justicia nada le pasaNO HAY DERECHO.

EL COLMO 3: Armando Benedetti se unió a la Colombia Humana (el partido del Señor de la Bolsa), pero dicen que es un partido contra las viejas costumbres políticas y que luchan contra la corrupción…lo grave es que hay quienes se comen el cuentazo (igual que se comieron el que Petro fue el 6º mejor alcalde del mundo)NO HAY DERECHO.

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