Permítanme hacer un nuevo paréntesis a mi designio de derrotar, de luchar contra la infamia, para hacer otros comentarios sobre el país que recibe el presidente Duque: la herencia de Santos.
Ayer hablábamos de algunos temas como el orden público, la impunidad, el narcotráfico, la quiebra de la economía, la infraestructura, el descalabro de la salud, el robo de entidades de salud por parte de la politiquería auspiciada por Santos.
Permítanme hoy hablar de otros temas:
La política social: el país lleva dos años con la reducción de la pobreza estancada, al contrario, se presentan ya leves aumentos de pobreza de nuevo en el país y ¿qué ha pasado?
Las familias guardabosques las eliminaron, eran 114 mil. Redujeron las Familias en Acción en un 16%, las coberturas brutas en educación preescolar básica y media se han reducido entre el 5 y el 8 por ciento ¿Y qué ha pasado?
Llevamos los mismos dos años sin crear empleo de calidad. La economía ha tenido crecimientos muy modestos solamente por el narcotráfico, por la minería ilegal y por las remesas que llegan del extranjero.
El mes de junio mostró que crece el desempleo, no obstante, que el número de colombianos que están buscando empleo ha disminuido; un decrecimiento de la tasa de participación, y a esto se suma la percepción de corrupción, en 2010, Colombia ocupaba el puesto 78 entre 178 países, en 2017 ocupa el puesto 96 entre 180 países.
Pero, a eso sumémosle el derroche: en el Ministerio del Interior más de 1.300 contratos politiqueros, repitamos, ese crecimiento de la nómina ejecutiva por encima del 32%. Los gastos en logística de eventos, en el 2017 se situaron en 36 mil 257 millones. Las sumas exorbitantes de publicidad, ¡por favor!
Y cuando uno mira el medio ambiente, de lo que ha hablado tanto el Gobierno, en los últimos dos años, entre el año 16 y 17 la deforestación aumentó en un 44 por ciento y entre el 17 y 18 ha aumentado en un 23 por ciento. A penas termine el gobierno Santos, a penas empiece el gobierno Duque, concluirán ocho años de unas relaciones entre Santos y la dictadura Chávez – Maduro, regidas por el mutuo engaño, por el interés mezquino y coyuntural; unas relaciones que han sido dañinas al pueblo colombiano y al hermano pueblo venezolano.
Y a la Comunidad Internacional, ¡como la han engañado! Mostrándole un país muy diferente al país que deja Santos. La Comunidad Internacional ha sido desorientada por la tarea diplomática, por la compra de publicidad del gobierno Santos en estos años.
Recuerden, Santos consiguió gobernabilidad pagada con corrupción y con derroche, no consiguió gobernabilidad con respaldo, con respeto de opinión, pero, tenemos una gran esperanza, una esperanza que se finca en dos aspectos: la gran capacidad del pueblo colombiano y la ilusión que genera el gobierno de Iván Duque.