Despues de un año de confinamientos por causa del Covid-19, cerca de 809 millones de niños, niñas y jóvenes en más de 160 paises del mundo se encontraban aún fuera de las instituciones educativas el pasado 29 de enero, según el informe de EduAnalytics del Banco Mundial. Colombia se encuentra en el grupo de los países de apertura parcial con limitaciones, y nuestros municipios del Caribe no son la excepción.
Expertos en el mundo entero han alertado acerca de las consecuencias del cierre de las instituciones educativas, entre las que se encuentran las reducciones en aprendizaje efectivo, aumento de tasas de deserción, profundización de disparidades por género y problemas de salud mental, ansiedad, depresión, asi como crecimiento de desigualdades entre el campo y la ciudad, entre otros, impactando con ello los índices de capital humano, pobreza, y violencia, especialmente en nuestros países de América Latina y el Caribe.
Es por ello que levanto mi voz enérgica para clamar ante las autoridades, maestros, maestras, padres de familia, y la sociedad en general de nuestro Caribe colombiano, una estrategia pronta y efectiva para el retorno seguro a clases presenciales en alternancia para todos. Vale la pena emular los acuerdos a que han llegado con padres de familia y sindicatos el Distrito de Bogota, y Departamentos como Antioquia, Valle y Caldas, donde ya se ha anunciado el retorno a las aulas a partir de la próxima semana.
Es ahora cuando los educadores, padres y maestros, debemos demostrar nuestra vocación de servicio más alla del deber poniéndonos en la primera línea de batalla para asegurarnos que el desarrollo de niños, niñas y jóvenes no se quede rezagado; un pronto y seguro retorno a clases nos ayudará a recuperar lo perdido para salir más fuertes y mejor preparados para enfrentar los próximos desafíos, que seguro vendrán.
Hemos tenido un año para habituarnos a las medidas de autocuidado; un año en el que se han acondicionado los hospitales para atender las emergencias de la pandemia; un año para que las entidades publicas y privadas, entre ellas colegios y universidades, acondicionaran sus espacios físicos y plataformas tecnológicas a las exigencias impuestas por la pandemia, implementando los debidos protocolos de bioseguridad; un año para que todas las familias y ciudadanos adoptáramos también los nuevos habitos, y asumamos con entereza la “nueva normalidad” que se ha venido logrando en diversos sectores económicos .
¡Llegó entonces el momento de poner la atención a la educacion en el Caribe y volcarse a la activación de todos los establecimiento educativos !
Nuestros estudiantes deben regresar a encontrarse con sus congéneres, compartir espacios de formacion y recreación. “La verdadera educación se da cuerpo a cuerpo”, nos recordaba hace unos dias Fernando Savater, y así lo creo tambien. Más aún en el caso del Caribe, donde la mayoría de los estudiantes asisten a instituciones públicas, y está comprobado que en la mayoria de sus hogares no hay condiciones fisicas ni tecnologicas para atender la educacion a distancia en ninguna de sus modalidades virtual o mixta. Es verdad que la pandemia no se ha ido y que le asisten miedos legítimos a padres y educadores para optar por la presencialidad, especialmente cuando no se disponen de las condiciones y medios necesarios para vivir las medidas de bioseguridad en las escuelas, pero aceptar dejar a los niños, niñas y jóvenes confinados en sus casas, hará peor el remedio que la enfermedad, corriendo el riesgo de perder una nueva generación presa de las trampas de la pobreza y la desigualdad de oportunidades.
¿Cuál es el diagnóstico que tienen las Secretarias de Educación de las instituciones educativas a la fecha para volver a clases en alternancia? ¿Qué se necesita para lograrlo? ¿Qué planes y compromisos tienen nuestras autoridades gubernamentales para reactivar las entidades educativas en los Departamentos y municipios de la Costa Caribe? ¿Cómo se puede apoyar desde la sociedad civil?
Sé que somos muchos los voluntarios que estamos prestos para sumarnos a la causa y decir ¡PRESENTE, POR LA EDUCACIÓN EN EL CARIBE!