COSTA NOTICIAS

Punta de lanza. Que se oigan los Ajua. Por: Senén González Vélez

Contrastes entre la alegría y el odio.

Escuchaba y veía la batalla de flores por vía TV, desde la distancia, y me convencí, que Colombia no necesita de toda esa parafernalia para armar un proceso de paz integral como lo quiere hacer el presidente. Ni mucho menos, quitar lo bueno, para poner lo desconocido. Lo sensato es mejorar lo defectuoso, y erradicar lo malo de raíz, y uno de los principales factores, lo encabeza la corrupción y los corruptos. ¿Pero ahora, quien quita a quién? –

Aquí, lo que se necesita es poner la casa en orden, y para ello cada quien debe estar en su lugar. Es decir, se requiere hacer un cambio social estructural a fondo, para estar a la par de la modernidad y sus exigencias. Observar con seriedad el panorama de la pobreza y buscar soluciones. Atender lo del hambre, la desnutrición el maltrato familiar.

Sublimizar la justicia, la equidad, dignificar la ley y orden, pero no es el comunismo el sistema indicado, y menos unos voceros absurdos en permanente incoherencia como los que nos gobiernan. Ellos, no son los que nos van a redimir. Eso es engaña bobos.

Mejoren el sistema de salud, pero no le cambien sus bondades que han dado resultados visibles. Por ello, filmar otra película, con los mismos actores corruptos, no es un cambio de estructura, es ponerse un ropaje diferente para hacerlo peor.

El pacto histórico, es un fracaso, y nació maldito. Solo basta ver las dos letras que la conforman. P.H.  Latino América, ya está interpretando la perversidad de Petro y llegará el momento, en que solo le quedará a Nicolás Maduro y al bárbaro de Cuba, Miguel Díaz Canel, a quien se le empieza a rebotar el pueblo. No está Petro muy lejos de ese escenario.

Volviendo al tema del Carnaval, asombroso si es establecer el contraste de la costa caribe, con lo que ocurre en los sitios desamparados de la nación, inclusive Bogotá, capital de muchas vainas raras.

La alegría de los carnavaleros, costeños contagia, pero los disociadores desde el interior tratan de empañarla enviando a los malandros para que se refugien en nuestros haberes de alegría y no han podido. Por ello, el escenario de la paz debe empezar por Barraquilla, ciudad en que el sentido de pertenencia está vivo y lo defienden a capa y espada. Santos, inicio con pompas y platillos el proceso de paz en Cartagena, y la maldijo con su presencia y la de todos los de la mesa de criminales, brujos y santeros que asistieron a la obra de teatro en tono andante, en que sobresalió la gaguera de Santos, que lo puso entre el adagio y el moderado, que luego hubo un momento en que reinó el terror, cuando un Kafir, soltó un disparo del exhosto, y el terrorista Rodrigo Londoño, dicen  que se  mojó en  los pantalones.

Han llegado a Barranquilla más 400 mil visitantes, de varias naciones, y a ninguno se les ha visto como la mangosta, que se desconcentra para ver quien los ataca, o los puede asaltar. Eso refleja que nosotros los costeños inspiramos confianza, tranquilidad, porque somos de una índole sana, sociable, y…los que en realidad alteran su alegría, son precisamente los que Petro desea soltar, más como un pretexto político populista, para pagar favores o deudas, y al mismo tiempo, como medio defensivo ante el temor que, de un momento a otro, se escuchen desde adentro y afuera, los AJUAAS, dado al fastidio, y la humillación, que se escucha en voz baja. Soltar criminales, no es un acto misericordioso, ni menos exime a Petro para considerarlo que su índole y mala fama, se transformó para que se le considere hoy un bendecido que inspire confianza. Eso está muy lejos de creerlo. Por sus actos los conoceréis decía Cristo..

EL hombre y la mujer de bien, están en el carnaval bailando.

Ahí pude ver en pantalla a la esposa del presidente Petro, tranquilita, bailando, gozando sin que nadie le falte el respeto, o le haga un atentando. Dios la guarde. – Eso tiene varias lecturas: primero que la joven es sana, y víctima inocente de la ostentación que ve en su esposo y ella se acomoda. Segundo. La malicia popular lo define diciendo que, golero, no come golero. O para ser más claros, entre bomberos no se deben pisar la manguera, porque se corta el chorro, y se crece el incendio.

Los delincuentes, que tanto daño han hecho deben estar en el lugar que les corresponde: La cárcel. Y, así como se dice que en algunas naciones sufridas del medio oriente, han escuchado el SHOFAR, empieza en Colombia a oírse, el AJUAAA.

Toronto Canadá

senengonzalezvelez@hotmail.com

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