COSTA NOTICIAS

Parapeto. – De la reunión de Petro y Uribe. Por: Julio Bahamon Vanegas

¿Un acuerdo sobre lo fundamental? ¿Una asamblea nacional constituyente? ¿Un plebiscito sobre las reformas del gobierno? ¿La Paz total? No lo sabemos aún, pero hay que abogar para que de esa reunión salga algo grande y positivo para los colombianos.

¿Quiénes, si no es el gobierno y la oposición, los indicados para lograr acuerdos por el bienestar de la república y de sus asociados?

Hace 33 años a raíz del movimiento estudiantil que se organizó en Colombia surgió la iniciativa de aprovechar las elecciones del 11 de marzo de 1.990 con el único fin de promover una nueva constitución para el país.

La preocupación de los jóvenes se centraba en encontrar una solución a la crisis de violencia en Colombia a través de un nuevo pacto social. El mandato fue contundente, pues en la consulta se contabilizaron más de 2.000.000 de votos lo que provocó una situación de facto, que legalizo el gobierno por decreto 927 de 1.990

Álvaro Gómez Hurtado, Horacio Serpa Uribe y Antonio Navarro Wolf fueron elegidos como copresidentes de la asamblea nacional constituyente quienes representaron a la derecha, al liberalismo de centro – Izquierda, a la Izquierda y a las demás organizaciones sociales.

El resultado fue la expedición de la nueva constitución que reemplazo a la existente de 1.886 de Rafael Núñez.

Hoy tenemos un escenario similar y aun mas complejo. Con un pais altamente contaminado de corrupción, y violento al máximo. Hoy,  el problema no es Pablo Escobar, tampoco la extradición de nacionales, ahora son los cientos de Pablos Escobares que se han adueñado de una importante parte de nuestra economía,  narcos, ladrones, funcionarios venales y sospechosos de la depravación, unas instituciones permeadas por el mismo flagelo, un gobierno de Izquierda que propuso un cambio pero que no ha logrado sintonizarse con la ciudadanía, unos partidos políticos en los que nadie cree, un congreso altamente descompuesto por prácticas lesivas a los intereses colectivos , es decir, nuestros  lideres no están viendo la luz al final del túnel  al actual  gobierno, y esa situación, verdaderamente no es la que queremos  para los compatriotas. ¿Que se vaya Petro y? ¿Que venga Roy? No creo que sea lo indicado.

Lo que menos queremos es una guerra civil. Queremos una paz entre todos, partiendo de la base de que Colombia es un país unitario y que nos pertenece a todos por igual. Y por ese motivo debemos escuchar a todos y a todas las vertientes de opinión que tengan algo que decirles a los colombianos. En ese orden de ideas, tenemos la obligación de escuchar pacíficamente a todo el mundo, demócrata o no. Una asamblea incluyente con reglas claras en materia de paz.

Hay algo en lo que seguramente la inmensa mayoría de colombianos coincidimos y es en que, el Congreso de Colombia no tiene interés en ser solución, sino todo lo contrario, sigue interesado en continuar siendo el foco de la descomposición en su máxima expresión, con contadas y muy célebres excepciones.

¿Por qué tenerle miedo a una asamblea Constituyente? Ya hemos tenido 8 de ellas en 163 años de historia republicana, desde la de 1.828 convocada por el Libertador Simón Bolívar, hasta la última en 1.991 que reunió Cesar Gaviria. No tenemos que esperar otros 105 años para reformarnos cuando la vida gira a velocidades nunca antes vista, y nuestra patria sigue incólume y será preservada por muchos años más, y no interesa que sea amplia, sin límites, como lo dijo Álvaro Gómez Hurtado, Omnímoda y Omnipotente.   Si los males son grandes, las soluciones deben ser extraordinarias.

Comparte esta entrada:
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore