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Parapeto. – Creo que Gustavo Petro, es lo de menos. Por: Julio Bahamon

Porque después de escuchar las declaraciones del disidente criminal Iván Márquez en las que le anuncia a los colombianos que ellos, la Nueva Marquetalia, van por el pais instando al subalterno del palacio de Nariño a “convocar una asamblea constituyente, a como dé lugar:” Y también, luego de escuchar al exconvicto Otty Patiño, disque alto comisionado de paz, pedir genuflexo excusas al comandante de la Nueva Marquetalia por la muerte, por acción legitima de la fuerza pública, del genocida alias Hermes sin inmutarse por el asesinato de soldados y policías de la patria, al igual que conocer, de primera mano, las atrocidades que viene cometiendo la otra disidencia liderada por alias “Mordisco” jefe del estado Mayor Central, y de observar con pesimismo las lánguidas y farragosas conversaciones de paz con el ELN, he llegado a la conclusión de que Gustavo Petro es lo de menos. Es decir, Petro es un problema minúsculo en el pais teniendo en cuenta todo lo anterior. Petro, lamentablemente se ha dedicado a decir tonterías, a fungir de líder “mundial de la fantasía”, perdiendo toda seriedad ante los ojos del mundo.
Triste para él puesto que, lo que conocen en el planeta es que el presidente Gustavo Petro es el padre del mayor entramado de corrupción que haya conocido el pais. Ninguna empresa quiere invertir en Colombia porque temen que la destinación económica que realicen se la roben. No hay confianza inversionista. No hay seguridad jurídica, ni seguridad democrática.

Hoy los que están mandando en el pais, tremendo decirlo, son los grupos guerrilleros que se han ocupado de destrozar al pueblo para instalarse en lugares en donde tienen influencia, para aterrorizar a toda la nación.

No tenemos claro el papel que están jugando los altos mandos militares y de policía. Si han pensado que están obedeciendo al presidente de la republica se van a llevar una enorme y desagradable sorpresa, porque quien obedece a los actores armados insurgentes es el presidente de la república, por lo que al final, las fuerzas armadas de la república, si no se pellizcan podrían terminar obedeciendo ordenes de “Márquez y de Mordisco”.

De manera inédita en Colombia, el primer mandatario es quien está recibiendo sumiso las instrucciones de los comandos de la Nueva Marquetalia y del Estado Mayor Central, testaferros de Nicolas Maduro.

Si los señores generales de las fuerzas armadas, y en general el cuerpo de oficiales, no reflexionan sobre la situación en que se encuentran, desorientados sin comandante en jefe, y asediados por el crimen organizado, podrían ser señalados de ser cómplices del desastre nacional.

¿Puede uno creer que las actividades de las chuzadas, orquestadas desde la DNI (dirección nacional de inteligencia) a distintas dependencias del estado, a las oficinas de los altos magistrados de la nación y de sus auxiliares y a muchos periodistas independientes sean “casos fortuitos”? Esa mentira solamente se la cree su director Carlos Ramón González.

La política del gobierno frente a los graves escándalos de corrupción en los que se hallan involucrados los presidentes del senado y de la cámara es la de: “hagámonos pasito”. Todos esos escándalos los vienen aprovechando los grupos guerrilleros amenazantes de la paz en beneficio de sus propios intereses y de la libertad de Colombia. El pais esta obligado a crear conciencia y a actuar de inmediato.

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