

Es triste tener que decir que lo advertimos, pero el acuerdo Santos – Farc enardece hoy a los colombianos. Se ha reafirmado que quienes negociaron el acuerdo y lo redactaron, estaban más movidos por los intereses de las Farc y no por los intereses de los colombianos de bien.
Fueron muchas las perlas que descubrimos pues creyeron que a la ciudadanía no le iba a doler en medio del falso dilema: paz o guerra; pero la verdad no tarda y terminamos sin verdadera paz y pisoteando el Estado de derecho.
Cómo no se va a desdibujar el Estado de Derecho cuando el acuerdo de beneficios a las Farc quedó al mismo nivel de la Constitución; se dio impunidad total a máximos terroristas; se quebrantaron las ramas del poder: Congreso quedó reducido a una Notaria, Justicia Especial paralela se hizo a la medida del terrorismo y la Rama Ejecutiva quedó limitada a órdenes de las Farc; se otorgaron 20 emisoras en FM para adoctrinamiento con ideología de las Farc; se concedió Participación en Política a criminales sin pagar cárcel, y además se le dieron beneficios económicos desproporcionado a terroristas.
Con qué cara se le explica a los colombianos de bien, que madrugan a trabajar, que este Gobierno ha premiado a los bandidos y a ellos los ha apretado con impuestos y tratado con desdén. No en vano este ha sido el Gobierno de los paros: transportadores, educadores, campesinos, estudiantes, cafeteros, Buenaventura y Chocó.
En un conversatorio en Paz de Ariporo, Casanare, un campesino me preguntó: “¿por qué a los terroristas Farc se les da un incentivo productivo y becas para estudiar?”, si a él, que se “había molido por su tierrita”, ni apoyo productivo, ni auxilio educativo universitario para sus hijos, ni crédito porque no puede acceder al no tener título de su predio.
Cómo explicarle a los colombianos que un sumatoria de los beneficios concedidos en los Decretos 899 y 890 de 2017, arroja que las Farc recibirán $45 millones aproximadamente en 2 años: $8 millones de apoyo económico para emprender un proyecto productivo; $2,2 millones por pago de seguridad social en 2 años; 90% de un SMLV por dos años, y subsidio para vivienda de VIS y VIPrural. Peor aún, cómo se les explica que estos beneficios se financian en gran parte con el aumento de recaudo del IVA que tanto ha perjudicado su capacidad adquisitiva.
Absurdo que ante todas estas concesiones del Gobierno Santos, las Farc no han cumplido ni con la entrega de armas, ni con la entrega del dinero del narcotráfico, ni con cese a la violencia, como quedó en evidencia el pasado viernes en Mesetas, Meta, donde Farc incineraron carro de misión de desminado humanitario, ni con respetar las Zonas Veredales de Concentración.
Mentirosos, guerreristas y apátridas, fueron algunos de los calificativos que recibimos quienes nos opusimos a los acuerdos de Juan Manuel Santos y las Farc. Me pregunto: ¿Cuáles fueron las mentiras y quiénes fueron los apátridas que redactaron y acordaron en pro de las Farc? El principal reto en 2018 será devolver a colombianos un Estado de Derecho, regido por la Ley y el orden en beneficio de todos los colombianos de bien.