

La precandidata presidencial María Fernanda Cabal denunció que el exalcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, recibió más de 34.700 dólares en viáticos y gastos de mudanza como embajador de Colombia ante Palestina sin haberse posesionado en el cargo.
Valledupar, 5 de noviembre de 2025.- En medio de la creciente tensión política rumbo a las elecciones presidenciales de 2026, la senadora y aspirante presidencial María Fernanda Cabal ha lanzado una de sus denuncias más contundentes contra el gobierno del presidente Gustavo Petro.
A través de su cuenta de X, Cabal expuso un caso que califica de “despilfarro inaceptable”: el pago de más de 34.700 dólares a Jorge Iván Ospina, polémico exalcalde de Cali, designado embajador de Colombia ante Palestina, sin que haya asumido el cargo.
El nombramiento de Ospina se oficializó mediante el Decreto 0548 del 22 de mayo de 2025, otorgándole el título de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, con código 0036 y grado 25 en la carrera diplomática. Sin embargo, cinco meses después, el exfuncionario aún no ha tomado posesión, incumpliendo abiertamente lo estipulado en el Decreto 1083 de 2015, que establece que la posesión es requisito indispensable para adquirir la condición de servidor público.
Y pese a esta omisión, la Cancillería reconoce que sí realizó pagos por concepto de “beneficios especiales”, amparados en el artículo 62 del Decreto-Ley 274 de 2000. Los montos son reveladores:
Es decir, más de 140 millones de pesos colombianos, dinero de todos los contribuyentes fueron transferidos a Ospina, aunque jamás haya ejercido ni un solo día como embajador. Peor aún: la embajada de Colombia en Palestina ni siquiera ha podido abrirse, debido a que Israel no otorgó el aval diplomático necesario para que Ospina ingrese al territorio. Ante este imposible de facto, la propia Cancillería ha iniciado el proceso de derogatoria del decreto de nombramiento.
Frente a este escenario, Cabal no escatimó en su crítica: “Mientras Colombia se desangra en inseguridad y pobreza, Petro paga viáticos a un embajador que nunca se posesionó. Exijo la devolución inmediata de los recursos y respeto por la carrera diplomática”, afirmó la precandidata con firmeza.
La senadora anunció que presentará formalmente una solicitud ante los órganos de control, incluyendo la Procuraduría y la Contraloría, para que se investiguen tanto los pagos efectuados como las posibles responsabilidades administrativas y fiscales de los funcionarios que autorizaron tales desembolsos sin cumplir con los requisitos legales mínimos.
Para Cabal, este caso no es un error burocrático, sino una muestra de un patrón recurrente, la subordinación de la meritocracia y la transparencia a los favores políticos. “El gobierno de Petro convierte la diplomacia en un botín de guerra para sus aliados, mientras los colombianos pagan la cuenta”, sentenció.
Con esta denuncia, María Fernanda Cabal refuerza su discurso de defensa del Estado eficiente, austero y transparente, posicionándose como una de las voces más críticas frente al manejo de la política exterior del actual gobierno. En un contexto de incertidumbre económica y crisis institucional, su llamado resuena con fuerza entre quienes exigen rendición de cuentas sin contemplaciones.
Y aunque el caso de Ospina podría parecer un episodio menor en medio de la vorágine política, para Cabal es emblema de un problema mayor, la cultura del privilegio que persiste en las altas esferas del poder… incluso cuando el cargo nunca se ejerce.
Más allá de la polémica, lo que destaca en esta denuncia es la coherencia y la contundencia de María Fernanda Cabal como fiscalizadora del gasto público. Lejos de caer en el sensacionalismo, su intervención se sustenta en documentos oficiales, normas claras y un reclamo ético irrefutable, nadie, por muy cercano que sea al gobierno, debe beneficiarse del erario sin cumplir con sus obligaciones. En tiempos de desconfianza ciudadana, su exigencia no solo es válida, sino necesaria.





