La economía colombiana, termino el año 2022, con un crecimiento del PIB del 7.5%, cuando el año anterior pos- pandemia creció a una tasa del 12.5%.
A partir del tercer trimestre del 2022, empezó a desacelerarse, hasta lograr en el primer trimestre del 2023, un crecimiento real del 3%.
De acuerdo con el reciente dato emitido por el DANE, el PIB en el mes de abril de este año, fue del -0.78%, un decrecimiento impulsado principalmente por la caída del sector industrial y el de la construcción, que cayó en términos generales en un 66%.
Es posible que en el bimestre mayo/ junio- que apenas está terminando- el comportamiento sea similar al de abril, lo que nos llevaría a una recesión en el segundo trimestre del 2023.
Todo a pesar de las “proyecciones hacia arriba”, de la OCDE, el FMI, el Banco de la República y del mismo gobierno que estiman que creceremos entre el 1.5%, y el 1.8%.
¿A qué se debe el frenazo?
A varios factores políticos.
Las recurrentes crisis ministeriales.
El principal es el hecho de haber perdido el gobierno la gobernabilidad, al romper la coalición que no solo le aprobó la reforma tributaria más ambiciosa del país- $20 billones-, sino que, convirtió a Petro en el primer presidente en la historia de Colombia al que se le aprueba una reforma fiscal en los primeros tres meses de gobierno, y haber logrado le aprobaran su plan de desarrollo antes de finalizar el primer semestre de su período constitucional.
Fueron dos hechos inéditos que el presidente no supo valorar. Sobre todo, porque le permitieron obtener la aprobación de un presupuesto que le permite ejecutar $405.9 billones en el primer año de gobierno.
Ese capital político y de gobernanza, con el cual ningún presidente de Colombia había contado en toda la historia de nuestro país, Petro lo destruyó en los primeros cuatro meses del año 2023, rompiendo la coalición política de Gobierno por las diferencias que se dieron en la discusión del Proyecto de Reforma a la Salud.
Ese es un Proyecto de Ley que sigue impulsando el Ministerio de Salud, a pesar de las reservas expresadas por la oposición, por los partidos políticos aliados del gobierno, por la mayoría de los gremios y asociaciones del sector y por una gran proporción de los usuarios. Esas diferencias con la Ministra Corcho originaron una crisis ministerial y, como consecuencia de ella, la ruptura de la coalición de gobierno existente, ante la salida del Ministro Alejandro Gaviria y después de los Ministros de Transporte y de Ciencia y Tecnología que representaban a los Partidos Liberal, Conservador y de la U, terminó por precipitar la decisión del Presidente de la República para despedir a los ministros de Gobierno_ Fernando Prada- de Hacienda- José Antonio Ocampo- y de Agricultura- Cecilia López-, personas que habían sido designadas motu proprio por el mismo Presidente Petro. Sin duda que, así como la salida de Prada y la llegada de Velasco para sustituirlo, y el arribo de Lizcano al Ministerio de las TIC´s- luego de los incidentes de los plumones, edredones, almohadas, cortinas en el DAPRE-, tuvieron un “efecto cero” en la opinión pública, no se puede decir lo mismo respecto de Ocampo y López.
La vinculación de los ministros José Antonio Ocampo y Cecilia López le dio un mensaje de estabilidad, equilibrio, probidad, sensatez y confianza a los colombianos y a los inversionistas extranjeros, su despido tuvo el efecto contrario.
La misma crisis le costó el puesto a la ministra Corcho, cosa que se entendió como un esfuerzo para generar una especie, poco creíble por lo simple, de “suma cero” adicionándole el despido de la Ministra de Cultura, que aún el país no lo entiende ya que su nombramiento, más allá del activismo ideológico y gremial, había despertado en los agentes y sectores del sector, esperanzas, confianza y seguridad al ver en ella el reconocimiento político que se les hacía a través de una figura emblemática del sector, quien desde su posesión empezó a llamar al Ministerio como el de las Artes, los Patrimonios y los Saberes.
Recursos y restricciones.
El segundo factor, tiene que ver con los desaciertos del Gobierno generados por una especie de “aguacero legislativo” que no le permitió priorizar la adicción presupuestal que aspiraba a que se la aprobarán por $23.4 billones, conjuntamente con el PND y, en cambio, darle más importancia a tres proyectos de ley, controvertibles como la Salud, Trabajo y Pensiones, lo que implico que la adicción presupuestal solicitada se viniera a aprobar en sesiones extraordinarias el viernes 23 de junio, por la suma de$16.9 billones ad portas de la Ley de Garantías.
Si bien esto significa que Petro cuenta actualmente con un PGN por $422.8 billones, el más alto de la historia del país, no lo es menos que deben ejecutarse en medio de restricciones legales y administrativas originadas por el proceso eleccionario local y seccional, los cambios y los ajustes a los Planes y Programas de Gobierno en Alcaldías y Gobernaciones que para bien o para mal, a su vez generará un nuevo mapa político que impondrá una nueva o varias crisis ministeriales.
Los indicadores muestran una ejecución deficiente, a la que no ha sido ajeno el modelo de gestión del ahora presidente Petro. La ejecución presupuestal, a mayo de este año, es muy baja: en funcionamiento su ejecución es del 28.7%; en servicio de la deuda 54.3%, y en inversión tan solo el 21.3%, lo que representa una ejecución presupuestal del 31.5%.
Este indicador de eficiencia disminuye si incluimos la adicción presupuestal aprobada de $16.9 billones, bajando al 30.2%.
La velocidad en la ejecución es del 27%.
La ejecución en la inversión del ministerio de Transporte es del 15.7%, la del ministerio de Vivienda 11.8%, según informe sobre ejecución presupuestal a mayo del Ministerio de Hacienda.
Frente a esto, y bajo las presiones que generan los gastos esenciales y las demandas sociales que se dan en medio de un clima de “crispación política”, a tentación para que se genere desorden y corrupción en la ejecución es alta.
Fue un error del gobierno pensar que la coalición lograda le iba a permitir gobernar sin sobresaltos y por ello no tendría problemas en presentar en su primer año de gobierno los proyectos de ley considerados vitales para el cambio, los cuales habían sido prometidos por el presidente en su campaña política.
Fue ambicioso pretender reformar al país totalmente. Un país que, si bien reconocemos que tiene desigualdades en lo social y económico, el país marcha bien y crece.
Resolver problemas: Lo Deseable y lo realizable.
En tercer lugar, el presidente Petro pensó que “la aplanadora” organizada que le permitió que le aprobaran en tiempo récord su reforma Tributaria y el Plan Nacional de Desarrollo, le estaba indicando que no tendría problemas para que le aprobaran sus demás propuestas.
Fue un “error de apreciación” que lo llevó a confundir lo que en política denominan “gestos de buena voluntad” con “actos de sumisión y entrega”.
Los hechos subsiguientes fueron producto de ese mal cálculo y propiciaron una especie de “consenso a la fuerza” en el que, a las críticas de los partidos declarados en oposición a esos proyectos, se sumaron los de los gremios económicos y los de sectores sociales significativos.
Por otro lado, coincidentes o no, las posiciones, observaciones y solicitudes de los partidos Conservador, de La U y Liberal a los proyectos de Reforma a la Salud y Laboral, al no ser tramitados adecuadamente, trajeron consigo la radicalización política del Gobierno y la de los Partidos Políticos involucrados que llevaron a la ruptura de la coalición. Como resultado de ello, se negó la Reforma Laboral, y se aprobó en primer debate y con dificultades en las Comisiones respectivas, los Proyectos de Ley Reformatorios de los Sistemas de Salud y Pensional.
Lo lamentable de esto, es que existe consenso en el país, que la salud que se brinda no es la mejor. Que el aseguramiento no es sinónimo de accesibilidad de tal forma que todavía hay colombianos que, aun estando afiliados al Sistema, no tienen acceso a los servicios de Salud. Que hay poblaciones dispersas y regiones apartadas del país donde el servicio no se presta, a pesar de ser un sector que cuenta con recursos financieros suficientes por parte del gobierno central. Este año en el Presupuesto General de la Nación se le asignaron $52 billones.
Igual pasa con la reforma Laboral y Pensional.
Existe un consenso no expreso que hay que reformarlas para resolver el problema estructural que tenemos en ambas materias en el país.
Tenemos la mayor tasa de desempleo y la tasa más baja en cubrimiento de pensiones y, además, tenemos la mayor tasa de informalidad en el empleo, lo que genera una baja contribución a la seguridad social y por ende a la pensión.
Hay un adagio que dice “la ambición rompe el saco” y eso fue lo que paso, un gobierno sin suficiente respaldo político en el Congreso. Intentó cambiar la historia del país de un solo tajo, sin considerar los intereses políticos y económicos de los otros partidos, gremios, actores sociales y agentes culturales.
Ahora en este receso legislativo, lo que tiene que hacer el presidente Petro es lograr una coalición de gobierno sobre acuerdos fundamentales y no con base a mermelada, ya que de lo contrario no sería el gobierno del cambio.
Es la economía.
¿Por qué la economía se desacelera en el primer trimestre del 2023?
También hay factores propios de la dinámica económica.
El crecimiento logrado en el primer trimestre del año fue del 3%, producto que en el primer trimestre de este año el PIB fue de $237.3 billones, que al compararlo con el del primer trimestre del año 2022, que fue de $230.3, nos da como resultado un 3%. Contrasta este crecimiento con el alcanzado en el año 2022, que fue del 7.5%.
La desaceleración no se da, en la medida del PIB por la producción a precios constantes, ya que en términos generales guarda el mismo comportamiento en los “sectores cables”, como agricultura $14 billones, Industria $27.9 billones, Construcción$10.5 billones, comercio $41.5 billones, y Administración Pública $35.2 billones.
Con relación al PIB según el gasto, preocupa la baja en el gasto público $30.2 billones, con relación al gasto del segundo trimestre del año pasado $39.5 billones, y del cuarto trimestre $49.4 billones, lo que demuestra la baja ejecución del gasto público tal como lo afirmamos en la primera parte del documento.
Pero, lo grave es la baja en la formación Bruta de Capital $49 billones, cuando en el primer trimestre del año pasado fue de $54.6 billones, es decir una disminución del 11.3%.
En el lado del sector externo las exportaciones siguen siendo el 14.4%, del PIB, mientras las importaciones han disminuido al pasar del 26.1%, en el primer trimestre del 2022, al 23.4%, en el primer trimestre del 2023. Seguimos con un déficit en cuenta corriente que no hemos podido disminuir, y el petróleo y el carbón siguen explicando el 51%, de las exportaciones. En el año 2022, ambos productos exportaron $32 billones, que representa un 13.4%, del PIB. La diferencia entre exportaciones e importaciones, en el primer trimestre del año fue de $(21.3 billones ($55.6-34.3)), un 8.98%, del PIB ($237.3 bill).
Por el lado de la demanda, la subida de las tasas de interés al 13.25%, por parte de la Junta Directiva del Banco de la República no ha golpeado mucho el gasto de las familias, este se mantiene en el 75%, del PIB, pero si está afectando a la inversión que paso de representar el 23.8%, del PIB en el primer trimestre del 2022, al 19.6%, en el primer trimestre del 2023.
Producto interno bruto según el gasto a precios constantes ($billones)
CONCEPTO | I | II | III | IV | I(2023) |
Consumo Familias | 172.9 | 180.0 | 183.3 | 196.1 | 178.0 |
Consumo Gobierno | 30.3 | 39.5 | 36.2 | 49.4 | 30.2 |
FBK | 54.6 | 48.7 | 58.5 | 38.6 | 49.0 |
Exportaciones (X) | 32.6 | 33.9 | 35.6 | 35.6 | 34.3 |
Importaciones (M) | 60.1 | 62.1 | 66.4 | 62.4 | 55.6 |
PIB | 230.3 | 239.5 | 247.0 | 256.3 | 237.3 |
Salomón Kalmonovitz en su reciente artículo publicado en el Espectador “Desaceleración” afirma lo siguiente:
”(…) durante el mismo período la agricultura creció solo 0,3 %; la industria, 0,7 % y la execrable minería, un 3,5 %. La construcción, que es intensiva en mano de obra, mostró una contracción de casi 3 %, mientras que las obras civiles, que son la base de la inversión pública, sufrieron una baja del 15 %. Es el momento de que el Gobierno ejecute obras públicas que compensen la debilidad de la inversión privada. ¿Será posible?”
Aunque esa respuesta debe darla el gobierno, creemos que, de acuerdo con las cifras que registramos en este documento donde se demuestra la caída en la inversión, ante la mala ejecución presupuestal en el gasto del gobierno, tal función “compensatoria” mediante la ejecución de obras públicas, no va a ser posible.
Lo anterior lo acaba de ratificar el DANE con su información de seguimiento a la economía para el mes de abril, donde se registra una contracción del 0.8%, que es bastante significativa, y que no dudamos que en los meses de mayo y junio tengamos decrecimiento, cifras reales que conoceremos en el mes de agosto.
¿Qué esperamos en el segundo y tercere trimestre de este año?
Si bien crecimos en el primer trimestre del año a una tasa del 3%, lo que nos espera en materia económica para los dos próximos semestres es una desaceleración más fuerte hasta el punto de que en ambos trimestres tengamos una recesión alrededor del 2%.
De acuerdo con el DANE, en abril de 2023, el indicador de seguimiento a la economía muestra una contracción del 0.78%, con relación al mes de abril del año pasado. Al eliminar la estacionalidad, llega al 0.84%. Índice que nos indica que la economía no crecerá en el mes de abril.
Estas cifras son reforzadas por las declaraciones de Fenalco, Andi y Camacol, que manifiestan la caída de las ventas en los meses de abril y mayo que, posiblemente se recuperen en algo durante el mes de junio por el efecto primas y vacaciones.
El sector externo también muestra una caída de enero a abril, tanto en exportaciones como en importaciones.
Las exportaciones fueron de US$16102.2 millones a abril 2023, cuando en el mismo periodo del año anterior el monto de las exportaciones fue de US$18385.3 millones, una diferencia significativa de US$2283.1 millones. De las cuales el 58.4%, fueron tradicionales (café, carbón, petróleo, ferroníquel), unos US$9407.8 millones, y las no tradicionales US$6694.4 millones.
Las importaciones de enero -abril 2023, fueron de US$21.387 millones, un 15.6%, inferior a abril del 2022, que fueron US$25.334 millones.
Esperamos que el Banco de la República el 30 de junio, mantenga las tasas de interés en el 13.25%, y que la inflación siga bajando al contraerse la demanda agregada de la economía. Pero, aún sigue siendo una inflación alta y muy lejos del meta objetivo 12.36%; con un fenómeno del “Niño” a la vista, es posible que los precios de los alimentos se incrementen a partir de julio, aunque ya se están sintiendo en el mes de junio, golpeando a las clases menos favorecidas.
La baja del dólar se reflejará en los productos de consumo importados a partir del mes de agosto, por el desfase que normalmente se presenta.
En materia de empleo seguimos con una tasa muy alta a abril fue del 10.7%, inferior a la de abril del 2020, que fue del 11.2%, pero continuamos con una informalidad del 58%, y el empleo que estamos generando en gran parte es informal.
Tenemos 2.7 millones de desempleados y 14 millones de personas por fuera de la fuerza de trabajo conocidos como inactivos, cifra demasiado alta dado que, para los primeros años del 2000, manejábamos cifras entre 8 y 9 millones. En varias oportunidades he señalado que el DANE debe revisar bien las cifras de inactivos porque es posible que se contabilicen mal, afectando el nivel de desempleo. Considero que muchas de esas personas deben aparecer como desocupados, lo que aumentaría la tasa de desempleo. La reforma laboral que el gobierno presentara en el segundo semestre del año debe apuntar principalmente a disminuir el alto porcentaje de desempleo, la alta informalidad.
A los empresarios les preocupa la falta de gobernanza del actual gobierno, que actualmente no cuenta con una coalición de gobierno que le permita sacar adelante sus proyectos banderos. Iniciativas que han encontrado contra pesos en el legislativo y por supuesto en los gremios económicos, que no ven con buenos ojos las reformas propuestas a la Salud, al Trabajo y al Sistema Pensional.
Para el segundo semestre del año, el gobierno insistirá en sus iniciativas y, además, presentará una Reforma Integral a la Educación Superior, fundamentalmente para revisar los artículos 86 y 87 de la Ley 30/92, que según el Gobierno impide la financiación de la educación superior. No obstante, habida cuenta la baja participación juvenil en los asuntos puramente locales, puede convertirse en un mecanismo para movilizar al estudiantado en medio del debate electoral para la elección de Gobernadores, Diputados, Alcaldes y Concejales.
Indudablemente que el panorama para el segundo y tercer semestre no es claro, pues como se ha dicho en este mismo documento, “se nos vino encima la Ley de Garantías lo que limitará la inversión del gobierno central y de las entidades territoriales”. A ello se suman las expectativas negativas del sector privado que viene disminuyendo sus inversiones, y unas elecciones en el mes de octubre que servirán para “medirle el aceite” al Gobierno de Gustavo Petro.
A lo anterior hay que añadirles unas proyecciones de crecimiento entregadas por los Organismos Internacionales y el Banco de la República de crecer este año a una tasa del 1.5%, y la intranquilidad que genera la postura presidencial de seguir manteniendo, tercamente, la decisión de no contratar más exploración de petróleo y gas.
Si se añade el freno de la llamada “Reforma Agraria” que no camina pues solo se ha centrado en la compra de tierras a los ganaderos, que no son aptas para producir alimentos agrícolas necesarios para la seguridad alimentaria, para poder generar empleo rural y bajar el costo de la comida que se ha vuelto a disparar en el mes de junio, y que con el fenómeno del niño, se dispararan aún más, están dadas las condiciones para una “tormenta perfecta” de polarización política, inestabilidad institucional, de incumplimiento de expectativas y tensiones sociales que presagian situaciones difíciles para todos.
Las cifras confirman tales pronósticos.
En el siguiente ejercicio registramos el dato real del crecimiento del I trimestre del año, y para calcular el valor en billones de pesos, para el segundo y tercer trimestre del año, partimos del supuesto que, dado la desaceleración de la economía en el primer trimestre del año, y el freno de la economía por baja inversión privada y pública, como baja en las ventas y en el sector externo la economía se contraerá en el 3%, en el segundo y tercer trimestre, lo que daría como resultado una contracción del 1.07%.
Año 2022 año 2023
I II III Total I II III total %
PIB $billones 230.3 239.5 247.0 716.8 237.3 232.3 239.6 709.2 (1.07)
De darse de abril a septiembre, la economía tendría que crecer en el cuarto trimestre a una tasa del 8.7%, cifra complicada para cumplir porque solo se tendrían dos meses, para gastarse el presupuesto “represado” por las limitaciones de la Ley de Garantías.
Eso significaría que el PIB del cuarto trimestre sería de $278.6 billones ($256.3 x 8.7%).
Si sumamos los $278.6 billones, al acumulado de los tres primeros trimestres tendríamos un PIB para el año 2023, de $987.8 billones, que al compararlo con el logrado en el 2022. $973.2 billones, tenemos como resultado un crecimiento de la economía del 1.5%
Como podrán apreciar el cuadro que muestra la economía colombiana no es el mejor. Caer en recesión anual, no es conveniente para nadie. Todos de una forma u otra nos afectamos. Por ello el gobierno de Gustavo Petro tiene que acabar con la polarización y su posición radical, al igual que los gremios de la producción como los dirigentes políticos, que solo trabajando unidos podemos sacar al país adelante. El radicalismo de ambas partes no conduce a nada. Tenemos un país con problemas, pero que crece con desigualdades e ineficiencias, pero debemos tener la inteligencia necesaria para entender que, si es posible aplicar cambios para empezar de una vez por todas a disminuir la pobreza, a otorgarle a los adultos mayores que no alcanzaron a pensionarse una Renta Básica preferible de un S.M.L.V, a las madres cabeza de familia el subsidio mensual de $500.000, y agrupar las otras ayudas en una sola, que lleguen a las familias vulnerables. También podemos lograr consenso en la reforma a la salud y a las pensiones. Si nos sentarnos a dialogar sin presiones, sin radicalismo no dudo que se lograran resultados.
El gobierno de Petro debe saber darles una lectura adecuada a los resultados de las elecciones del mes de octubre. Su partido, que hace parte del Pacto Histórico, hoy tiene pocas Alcaldías y Gobernaciones; es posible que los resultados no le sean favorables. Si lo son, debe tomarlos con la mayor prudencia del caso.
Es bueno que recuerde que él no es candidato, y las leyes le prohíben hacer política.
Entre todos sacaremos el país adelante. Usted solo no puede
Nota: presidente Petro ayude a la Universidad del Atlántico ordenándole al Ministerio de Hacienda que cumpla con el fallo de la Acción Popular que impetro ASOJUA y fue fallado en primera y segunda instancia a su favor. El ministerio debe girarle mensualmente a la universidad el 83.8%, del valor de las mesadas pensionales y no lo viene haciendo, lo que implica que la universidad con sus recursos propios debe cubrir el faltante, por otra parte, desde el año 2003, el ministerio le adeuda a la universidad la diferencia entre lo que venía pagando incompleto el 75.6% y, lo que debía pagar el 83.8%. Esos recursos con intereses pueden llegar a los $500.000 millones. ASOJUA para recuperar ese dinero ha impetrado demanda penal y denuncia a la Procuraduría, y Acción de Desacato contra el ministro de Hacienda, sin lograr resultados. Señor presidente Gustavo Petro usted puede hablar con el ministro Ricardo Bonilla. Para girar esos recursos no necesita reformar la Ley 30/92. ¿Si lo podrá hacer presidente?
No lo ha podido hacer con las tarifas de energía.