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En París, Londres y Madrid predicen un fracaso electoral de Petro. Por: Eduardo Mackenzie

Ni los comunistas franceses creen ya en la capacidad de Gustavo Petro para salir de la crisis de su grotesca presidencia.

Después del ácido artículo de The Economist contra Petro, donde predice una derrota del movimiento Pacto Histórico en las elecciones regionales de hoy 29 de octubre, ahora, del otro lado del arco político, se suma nada menos que L’ Humanité.

El órgano del partido comunista francés publicó ayer un artículo sobre Colombia (cosa poco frecuente) donde advierte que dicha votación es de “alto riesgo” para Petro. Ese diario estima que la derecha tiene una oportunidad de ganar las elecciones de hoy. Finalmente, la agencia española EFE no dice nada diferente en un despacho de ayer: “Las encuestas vaticinan que Petro no saldrá bien librado de estas elecciones”.

Sin embargo, a diferencia de la célebre revista británica y del artículo de EFE, la tesis de L’Humanité es imprecisa. Sugiere que el gobierno de Gustavo Petro es una maravilla. Afirma que es “el primer gobierno progresista de la historia de Colombia” y que, en materia económica, el ex guerrillero del M-19 está haciendo milagros.

Claro, para hacer tales afirmaciones el diario comunista se ve obligado a hacer las acostumbradas acrobacias de lenguaje. Por ejemplo, dice que el crecimiento del país es “débil pero superior a lo que se esperada”, que la situación económica “va mejor que lo previsto”, que el desempleo es “inferior al 10%” y que la tasa de inflación está bajando “aunque sigue siendo elevada (12%)”. Ah, y que la devaluación ha sido “frenada” (1).

La pregunta es: si la situación es como la describe L’Humanité por qué, en sólo 14 meses de gobierno Petro conoce índices de impopularidad que ningún otro presidente tuvo en ese mismo lapso: de 60% cayó al 33%”.

El diario comunista es incapaz de explicar esa incongruencia pues cierra los ojos ante lo ocurrido en estos 14 meses. No hay en ese análisis una sola palabra sobre la terrible corrupción que devora a ese gobierno. No hay, en efecto, una sola palabra sobre los tráficos de dinero sucio que financiaron la campaña de Gustavo Petro, escándalo enorme que tiene hasta a su hijo Nicolás en manos de la justicia.

Inútil es buscar en el texto de L’Humanité un comentario sobre las decisiones absurdas de Petro para demoler el sistema social de salud –falsa reforma que hasta sus propios socios iniciales repudian hoy–, ni sobre sus medidas para socavar el sector petrolero del país –el polo principal de la economía colombiana— que están ya reduciendo la exploración, la extracción y las exportaciones del sector y han llevado al aumento de los precios internos de los combustibles. No hay nada sobre los intentos del gobierno extremista para imponer sus dictados a la Fiscalía y al poder judicial, ni sobre sus declamaciones odiosas contra la prensa independiente, ni sobre su capitulación en regla ante las organizaciones narco-comunistas, con el pretexto de una “negociación de paz” en permanente caos. Tampoco aporta un solo vestigio sobre   las purgas salvajes de la cúspide militar ni sobre la orden de desmovilización de las fuerzas militares en beneficio de los intereses territoriales de los paramilitares y de los carteles de la droga de todo pelambre que tienen inundados los respectivos mercados en Europa.

Eso sí, el órgano del PCF constata que la campaña electoral estuvo “marcada por la violencia”, lo que es cierto, y que ello deja siete candidatos muertos, lo cual es falso (en realidad son 37). Pero al no decir quiénes son los agresores, el redactor sugiere que la culpa recae sobre “el neoliberalismo” y “una ofensiva del poder tradicional”. Y que la meta es “enredar las políticas de cambio del gobierno y reforzar [una] estrategia de golpe de Estado”.

Por eso la desmovilización de la fuerza pública es mostrada por L’Humanité, no como un error gravísimo que deja sin protección a la población, sino como una saludable “réforme de l’armée”. La consecuencia de ello es el aumento de ataques al sistema electoral y las matanzas de candidatos no controlables por las narco-guerrillas ELN y FARC (ahora llamadas “disidentes”) y el Cartel del Golfo. La atrocidad más reciente ocurrió ayer sábado en Gamarra, departamento del Cesar, donde terroristas atacaron la Registraduría local, mataron a Duperly Arévalo Carrascal, una funcionaria, e hirieron a dos empleadas y a dos policías.

(1).- El peso colombiano fue la moneda más devaluada del mundo en 2023: su caída fue del 14.2%. Causas: la fallida reforma tributaria de Gustavo Petro y la rebaja en la calificación por Standard & Poor’s y Fitch Ratings.

La tasa de inflación: si en 2021 fue de 5,62% al final de 2023 podría ser de 9,5% y el 10%, según la mitad de los especialistas. La otra mitad augura que la tasa de inflación será del 9% y el 9,5%.

La tasa de crecimiento en 2024 será solo de 0,2% en 2023 y de 1% en 2024, según el Banco de la República.

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