Para quienes olvidamos las bellezas del idioma de Castilla y de León, tramoya significa “Conjunto de mecanismos que sirven en el teatro para efectuar los cambios de decorado y efectos especiales” y su ejecutor es el tramoyero. Hoy vamos a mostrar algunas “puestas en escena” que más que obras de teatro, son osos por el íntimo significado que los acompañan.
PRIMER ACTO. Las vergüenzas internacionales. Cada vez que el inquilino de la Casa de Nariño va de periplo internacional, con séquito amplio de áulicos a costa de los impuestos con los que contribuyen los colombianos y extranjeros residentes, lo condecoran, porque es usual dentro de los protocolos diplomáticos y hasta alguna medallita de origen religioso se intercambian, como lo recuerda un periodista español, no solo a él, entregando los oropeles a cuanto personaje arriba a tales lugares símbolos de poder y rememorando las costumbres antiguas. Recuerda esto con nostalgia, la película de Cantinflas “Su excelencia”, pero teniendo la certeza que jamás ostentará el inquilino un discurso filosófico y de honda reflexión como lo es el central de la pieza de cine.
Impresionante irrumpe el desplante de Vox al señor de marras. Algunos ripostaran con el argumento de que se trata de un partido de “extrema derecha”, pero lo cierto, lo que impacta, es que desde días antes, habían anunciado que no debería ser recibido y verificando en Google, jamás había acontecido situación similar con ningún primer mandatario de ningún país, que los dejaran iniciando su intervención en el hemiciclo del Congreso español y que ello fuera difundido en todos los medios nacionales e internacionales.
De otro lado, las andanadas de periodistas españoles en diversos medios televisivos y medios sociales, han sido muy virulentas, trayendo a colación todos los líos jurídicos que rodean el pasado del inquilino y los presentes, en cabeza de familiares cercanos o de su circense cónyuge. Así mismo, internamente no hay día que nos sorprendan nuevas noticias, que al final no son factor sorpresa, como ayer conocer tras estudio periodístico de El Colombiano, que los dineros pagados a los testigos electorales de la campaña presidencial de Petro, solo en la primera vuelta, no fueron reportados, por Ricardo Roa, quien a cambio de su proeza le entregaron los destinos de Ecopetrol. Otro punto para que se sume a la denuncia presentada por el doctor José Manuel Abuchaibe a la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.
Pero sigamos mirando los osos del inquilino en las tribunas internacionales: defensor de lo que no es defendible, como el caso de régimen de Maduro, reconocido infractor de derechos humanos, hecho irrefutable, hecho notorio o cierto que en Derecho tiene una gran connotación, por la fuerza probatoria que le asiste; gasta recursos y tiempo defendiendo una dictadura, desconociendo valores internacionales, entrometiéndose en el arreglo de la situación de Venezuela en el ámbito interamericano, mientras pone a Colombia en el precipicio. El uso de palabras y propuestas absurdas, como atacar al país a donde va de visita un par de días antes, como si fuera el adalid de la verdad y representante de las más altruistas y nobles causas, comprobables por sus propias ejecutorias. Ese oso de equipararse al noble Hidalgo Don Quijote de la Mancha, orate con múltiples enfermedades mentales, según expertos. La ridiculez de pretender revivir teorías políticas caducas o desuetas, porque fueron y son comprobadamente fracasadas.
No pudimos conocer que hablaría a solas con Joe Biden en los Estados Unidos de América, representante de los demócratas en el poder de la Casa Blanca, pero es posible imaginar la conversación a través de traductor, porque no sabe inglés, haciendo esfuerzos quien intentaba traducir para llevar a ese idioma los términos rebuscados con el fin de descrestar y posar de docto. Por tanto, la escena puede presumirse, un anciano con lagunas mentales según dicen los medios de ese país, escuchando al despelucado presidente, digno de Macondo, escena por supuesto gravada a fin de poder escucharla nuevamente y ser analizada por expertos. La sonrisa del gringo, como suele suceder con las sonrisas en general de los gringos, no significaba asentimiento, mucho menos regocijo. La fotografía tomada para el recuerdo, tampoco tiene significado político ni económico, porque desde allá, analizan cada paso y el embajador da cuenta de las minucias que suceden diariamente en nuestro país. Con este sainete recordé la novela El Otoño del Patriarca, porque no está tan lejos.
SEGUNDO ACTO: El balconazo y no me dejen solo. Hechos que han sucedido y son comprobables, no especulaciones, es que el balconazo del día primero de mayo, rebotó como efecto en el dólar que subió y de paso cayó el valor de las acciones de Ecopetrol. Hoy otro coletazo difundido es sobre la suspensión de vuelos originados en EEUU, con migrantes irregulares en ese país, para “hacer un llamado de atención a las autoridades americanas”, a fin de que cumplan lo pactado en lo relacionado con el trato ajustado a los derechos humanos de nuestros compatriotas, que además se encuentran en los llamados lugares de paso migratorios. Lo anterior significa, ni más ni menos, que el parte de victoria que dio el inquilino a todos los colombianos en su visita a Washington, además de gastar muchísimo dinero, no tuvo la connotación que él dentro de sus delirios quijotescos les da a sus intervenciones internacionales como jefe de Estado. Otra platica perdida, otro oso internacional, otra quijotada, que ni siquiera lo sonroja, pero si produce lo que en Colombia coloquialmente calificamos como “vergüenza ajena”.
TERCER ACTO: La guardia indígena no lo deja solo. Forma parte del sainete nacional. Ante la súplica de “no me dejen solo en este frío palacio”, arribó a Bogotá y específicamente al Congreso de la República la guardia indígena, esos mismos que votaron en fila en las elecciones presidenciales, con el tarjetón previamente marcado, sin lograr un voto a favor otro candidato, como prueba de la total democracia y voto limpio, tal como se evidencia en pequeños videos que rodaron por las redes sociales. Esos que llegan armados señores, si armados, con armas contundentes y no con símbolos. Esos que han usado los garrotes o bastones de mando para agredir a otros, fuera y dentro de sus territorios. Esos mismos. El público pregunta entonces: ¿de dónde salen los recursos para acudir al llamado del gran tramoyero? Significa transporte, estadía, comida, etc, toda la logística que no puede darse el lujo de gastar la clase media, menos la popular. Llegaron a Bogotá organizados, en buses desde el sur del país, pero sus líderes debieron transportarse en sus ancestrales camionetas blindadas de alta gama. El simbolismo es intimidante y hace parte de este gran teatro nacional, patrocinado por fuentes de dudoso origen interno e internacional.
Entre tanto el susodicho, piensa, considera, que los colombianos están de acuerdo en que todo lo logrará, recuperará la economía interna en serios problemas, rompiendo protocolos diplomáticos, con esa presencia asimilable a la del Ortega de Nicaragua, repitiendo una y otra vez sandeces, generando burlas no solo internamente, internacionalmente. Decían dizque ¡era una mente brillante!, pero no se le ve por ningún lado, el brillo quizá de los zapatos, de resto nada de nada.