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El Ferrari del agro. Por: Indalecio Dangond*

Hace unos días, se anunció la llegada a Colombia, de un nuevo servicio de internet satelital móvil, llamado Starlink, especialmente para los productores del campo que se encuentran en fincas y veredas remotas, donde no pueden llegar otros operadores.

El creador de este juguetico, es el sudafricano, Elon Musk, el genio de la tecnología mundial y empresario más rico del mundo, con una fortuna que alcanza los 219 mil millones de dólares. Para lograr este nuevo servicio de internet con una velocidad en promedio de 150 GB, el señor Musk, tiene 3000 satélites pequeños viajando en una órbita más cerca de la tierra, lo cual permite llegar a cualquier zona rural recóndita del país.

Lástima que el Gobierno de Iván Duque, no tuviera conocimiento de esta nueva tecnología de servicio de internet rural; se hubiese evitado el fraude de los $70.000 millones de Centros Poblados y ahorrado al Estado, miles de millones de pesos. Mientras el programa de internet rural del gobierno Duque, tiene una cobertura aproximada de 12.000 centros digitales rurales, con esta tecnología se hubiesen conectado a internet más de 200.000 veredas. Sin lugar a dudas, la tecnología satelital está tomando muchas ventajas sobre la fibra óptica o el cable.

A mediados de abril de 2019, viajé a Chile, a ver por qué los agricultores de allá estaban obteniendo los mejores rendimientos por hectárea y los más altos estándares de calidad en sus productos agrícolas de exportación. Pues, encontré que allá, los agricultores, ganaderos y productores forestales, antes de realizar cualquier inversión, utilizan la tecnología satelital para conocer las propiedades físicas y químicas del suelo y demás condiciones agroecológicas para hacer las enmiendas a menor costo y obtener mayor productividad. Es decir, producir más, con menos. Gracias a esta tecnología, en 4.000 m2 se producen, por ejemplo, 20 toneladas de papa. En Cundinamarca, Nariño o Boyacá, se producen en el mismo espacio 9 toneladas.

En Colombia, seguimos usando los sistemas arcaicos del laboratorio nacional de suelos del IGAC y AGROSAVIA, los mapas de vocación de uso agrícola de la UPRA a escala 1:100.000 y el almanaque Brístol. Por culpa de estas metodologías ineficientes y obsoletas, es que, más del 50% de los productores del campo son ineficientes o están en lugar equivocado. Claramente, le recomendé al gobierno Duque, implementar esa tecnología satelital acá, pero en el ministerio de Agricultura, IGAC y el DANE, prefirieron seguir despilfarrando los presupuestos a través de esquemas manuales de censos agrícolas mal elaborados y programas de zonificación agropecuaria que no han tenido ningún impacto en la planificación, crecimiento y productividad de la frontera agrícola, ganadera y forestal del país.

Sin duda alguna, la tecnología satelital, es el mejor vehículo para llevar educación, transferir conocimientos y mejorar la calidad de vida de muchas comunidades en las zonas rurales apartadas del país. Desafortunadamente, en el sector púbico, los problemas rinden más que las soluciones. Les gusta convertir lo fácil en difícil.  Parodiando a Shakira, prefieren andar en Twingo, teniendo un Ferrari, parqueado.

*Consultor en crédito de fomento agrícola.

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