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Colombia, sus fuerzas armadas y la guerra civil. Por: Coronel (RA) Hugo Bahamón Dussán

Debido a la evidente forma irregular en que logró ser elegido, la presidencia de Gustavo Petro Urrego es un imposible moral.

Las opción de que los derrotados en esa elección, por efecto de esa irregularidad, regresen al poder, es un imposible político.

Si se baja al presidente Petro para que suban a quienes derrotó, aunque haya sido con dineros oscuros, puede llevar a Colombia a una guerra civil.

Me explico.

El sentimiento de cansancio con la política tradicional de una parte considerable de la población colombiana es genuino y no van a aceptar que regresen los mismos, con las mismas a seguir haciendo lo mismo.

Robar, robar y robar.

El resultado histórico de esa ecuación es sencillo: Guerra Civil.

En otras palabras, bajar a uno peor para que vuelva subir uno igual de peor, no solamente no es inteligente sino que es altamente peligroso.

La confrontación no se hará esperar y es muy probable que entremos a la primera guerra civil de Colombia en el siglo XXI.

Sin embargo, no es un destino ineluctable y hay un camino que puede evitar esa confrontación.

El camino es que la sociedad colombiana se sacuda de esa “caterva de descastados” de izquierda, centro y derecha que otra vez van a pretender que nos matemos entre nosotros para ellos poder seguir robándose el presupuesto.

El camino es que las Reservas y la Sociedad Civil conformen un Partido Político Nuevo y Limpio que reemplace esta pseudo democracia de puestos, coimas y contratos y permita elegir a los honestos, capaces y comprometidos para encontrar, al fin, el bienestar para todos los colombianos.

Los colombianos no podemos perder esta oportunidad histórica para devolverle el rumbo correcto a nuestra patria.

Si la desaprovechamos lo lamentaremos mucho pues no se presentará oportunidad igual.

Además, los daños que se produzcan a nuestra economía, por causa de esa confrontación, atrasarán gravemente el progreso de todos.

No soy alarmista, solo presento los hechos, la muy segura probabilidad y la mejor solución.

Soy un Coronel del Ejército en uso de buen retiro y lo que más me dolería sería ver a mis Fuerzas Armadas convertidas en esbirros para defender el abyecto régimen de esa “caterva de descastados” que son los únicos verdaderos responsables de que Colombia haya llegado a este lamentable estado de cosas.

Las Fuerzas Armadas no pueden prestarse para eso.

Las Fuerzas Armadas deberían convertirse en el garante para que Colombia pueda recuperar su verdadera democracia y que pueda salir de esta perversa pseudo democracia que ha eternizado en el poder regional y nacional a sus más malos hijos.

A través de esta columna convoco a todos mis lectores para que consideren esa solución.

Creo que no hay otro camino.

La única opción que nos queda para evitar esa confrontación es conformar un Partido Nuevo y Limpio con todos los colombianos patriotas y los abstencionistas, que han sido la inmensa y silenciosa mayoría.

Los estudiosos de la ciencia política siempre han afirmado que lo más difícil en una elección es motivar a los apáticos.

Mis queridos amigos, si evitar una confrontación que va a cobrar vidas, entre ellas las de personas cercanas a nuestro corazón, no es motivación suficiente, no encuentro entonces qué lo sea.

Para su gentil reflexión y acción.

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