
La precandidata presidencial, María Fernanda Cabal, recordó que Petro prometió en campaña no tocar la Constitución de 1991 y advirtió que una constituyente no resolvería los problemas reales del país, sino que pondría en riesgo la democracia.
Valledupar, 24 de octubre de 2024- En medio de una profunda crisis de gobernabilidad marcada por escándalos de corrupción, investigaciones por presuntos vínculos con el narcotráfico y el deterioro de su gestión, el presidente Gustavo Petro ha comenzado a promover abiertamente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
Frente a esta iniciativa, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal ha lanzado una fuerte advertencia, calificándola como una maniobra para socavar la democracia colombiana.
En un trino que ha generado amplia resonancia en el debate nacional, Cabal afirmó con claridad: «Petro, acorralado por los escándalos, la corrupción en su gobierno y los señalamientos por vínculos con el narcotráfico, ahora pretende engañar a los colombianos con un constituyente. Una Asamblea Nacional Constituyente no soluciona ningún problema real del país. ¡Pero sí abre la puerta a un golpe de Estado disfrazado de legalidad! Le diremos NO en el Congreso de la República. Aquí no hay que cambiar la Constitución, hay que cambiar a Petro”.
La denuncia de la senadora cobra especial fuerza al recordar que, durante su campaña presidencial en 2022, Gustavo Petro reiteró en múltiples ocasiones que “no tocaría ni una coma de la Constitución de 1991”. En foros, entrevistas y debates, el hoy mandatario aseguró que su proyecto de transformación se llevaría a cabo dentro del marco constitucional vigente, sin recurrir a mecanismos extremos como una constituyente. Hoy, sin embargo, su discurso ha dado un giro radical que muchos interpretan como una estrategia desesperada para reconfigurar las instituciones y consolidar un poder ilimitado bajo el manto de la “legalidad”.
Una nueva Asamblea Nacional Constituyente no solo carece de respaldo popular, sino que representa riesgos graves para la estabilidad democrática del país. Expertos en derecho constitucional han señalado que este mecanismo diseñado para contextos de ruptura total del orden jurídico podría desmantelar principios fundamentales como la separación de poderes, la independencia judicial, la propiedad privada y las libertades individuales.
Además, en un momento en que los colombianos exigen soluciones concretas a la inseguridad, la inflación y el desempleo, un constituyente no resolvería ninguno de esos problemas reales, sino que sumiría al país en una peligrosa incertidumbre institucional, jurídica y económica.
Frente a este escenario, María Fernanda Cabal se ha posicionado como una de las voces más firmes y coherentes en defensa del Estado de Derecho. Su postura no responde a intereses partidistas, sino a un profundo compromiso con la democracia, la legalidad y los principios que han sostenido a Colombia durante más de tres décadas bajo la Constitución de 1991. Al anunciar que desde el Congreso se opondrán con todas las herramientas constitucionales a esta iniciativa, Cabal reafirma su liderazgo como una alternativa seria, responsable y respetuosa de las instituciones.
En un momento en que el país necesita estabilidad, transparencia y liderazgo firme, la senadora demuestra, una vez más, que está del lado de los ciudadanos disfrazados que rechazan el autoritarismo de reforma. Su mensaje es claro: Colombia no necesita una nueva Constitución, sino un nuevo rumbo y una nueva clase de líderes comprometidos con la verdad, la libertad y el bienestar de todos los colombianos.