Estudio de mercado realizado por la Bolsa Mercantil de Colombia, sostiene que el país tiene la oportunidad de oro de desarrollar este producto que le daría estabilidad a la seguridad agroalimentaria y, además, contribuiría en la reducción de carbono. Actualmente la producción de abonos inorgánicos se disminuye a nivel mundial y esa acción de mercado, promueve este nuevo nicho de negocio.
Barranquilla, 10 de julio de 2024.- Colombia tiene la prometedora alternativa de convertirse en un gran jugador de la producción de abonos orgánicos con base en estiércol de bovino al estilo de Brasil que es el mayor productor de este producto a nivel mundial.
Así lo acaba de señalar el informe sectorial “Abonos y fertilizantes: promoviendo la competitividad desde el origen de la cadena alimentaria”, realizado recientemente por La Bolsa Mercantil de Colombia.
De hecho, afirma que la producción de abonos orgánicos elaborados a partir del estiércol de bovino alcanzó entre 2015 y 2021 un promedio de 70 millones de toneladas, contribuyendo en promedio con el 55.7% del total de abonos de este tipo en el mundo.
De acuerdo con el estudio dicha estadística representa un crecimiento del 6.5% entre 2015 y 2021 que la BMC lo atribuye o lo explica en la reducción de la elaboración de fertilizantes inorgánicos que como consecuencia ha llevado a incentivar el uso de estiércol y, otros abonos de fuentes orgánicas, entre los productores agrícolas a nivel mundial.
Es más, con base en datos de FAO (2024), entre 2015 y 2021 el uso agrícola de abonos orgánicos de estiércol creció un 23%, siendo predominante el uso de estiércol de origen bovino y porcino, que en conjunto representan el 80% del usado en el país.
Alternativa prometedora
El análisis de mercado de la BMC enciende las alarmas sobre un nuevo nicho de mercado en Colombia. “Existe la necesidad de tener presente la prometedora alternativa de la producción de abonos orgánicos en el país”, reitera.
Es enfático al afirmar que, “no obstante que la elaboración artesanal y la falta de conocimiento sobre su uso efectivo limitan su adopción a gran escala, y que se constituye en un gran potencial para contribuir al cumplimiento de metas de reducción de carbono en el sector agrícola, su producción actual aún no alcanza a cubrir ni una cuarta parte de las necesidades del país”.
La investigación realizada por la Dirección de Inteligencia de Negocios de la BMC y dirigida por Jairo Olarte, advierte que Colombia enfrenta el desafío de asegurar el abastecimiento de abonos y fertilizantes necesarios para apoyar el crecimiento de su producción agrícola.
Renglón seguido se refiere a los aspectos meso económicos al afirmar que, “en Colombia, la baja producción local de abonos orgánicos e inorgánicos, la dependencia de importaciones y la consecuente vulnerabilidad ante las dinámicas del mercado internacional, generan riesgos para el desarrollo de una cadena alimentaria autoabastecida, lo que plantea obstáculos significativos para el crecimiento del sector”.
Potencial de mercado
Según el informe de la BMC, el mercado colombiano de fertilizantes transa cada año alrededor de 1.5 millones de toneladas, por valor de $2 billones COP, siendo el segmento dominante el de fertilizantes inorgánicos.
De manera simultánea sostiene que en el decenio 2012 y 2022, el consumo aparente de abonos y fertilizantes en Colombia creció un 78% lo que equivale a un interesante ritmo promedio anual del 5.9%.
“Sobre los abonos inorgánicos, específicamente el amoniaco y la urea, en Colombia no existe potencial para su producción nacional, y se atribuye a que prácticamente la totalidad de las reservas probadas de gas en el país ya cuentan con contratos, y, además, su costo de extracción es alto en relación con otros países, lo que hace económicamente más eficiente su importación”, puntualiza la BMC.