COLUMNISTAS

Un grupo de Huilenses, viejos y jóvenes en su mayoría, sin distingos de color político, credo religioso, genero, raza, hemos querido invitar, al dos veces exalcalde de Bogotá, Dr Enrique Peñalosa Londoño a Neiva con el fin de que dicte el próximo jueves 20 de marzo en la asamblea del huila, salón Rodrigo Lara Bonilla, una conferencia, principalmente que vaya dirigida a la juventud de la región sobre liderazgo renovado, ética pública, Visión estratégica y participación ciudadana.

Amigos de vieja data se han querido vincular al foro, interesados en conocer el pensamiento del ilustre visitante, en especial en lo concerniente al delicado momento por los que está atravesando el pais. Colombia pasa por desconcertantes episodios de corrupción y de tensiones políticas absolutamente dañinas.

Al Dr Peñalosa lo conozco por sus obras. En él, se aplica el aforismo popular que dice: “Obras son amores y no buenas razones”. Esperamos escuchar de viva voz, su notable experiencia durante los 6 años de alcalde de la capital de la república.

Antes de cursarle la invitación me comunique con una persona que bien lo conoce, porque trabajo en el pasado bajo sus órdenes, y me comentó que, si bien el Dr Peñalosa no es un político tradicional, (lo que considero una gran ventaja a su favor), es “el mejor administrador público que ha tenido Colombia”, me aclaro que el exalcalde “no es político, pero como ejecutivo no he conocido uno igual en el sector público”.

Me pregunto: ¿Acaso no es eso precisamente lo que está necesitando nuestro pais?, ¿un verdadero estadista? Colombia no puede seguir siendo un pais dividido por colores políticos, ni mantenerse en una permanente tensión partidista que nada bueno le ha dejado a nuestra nación. No quiero menospreciar a otros candidatos, no soy nadie para calificarlos, pero creo sentir en mi conciencia la necesidad que tiene la patria, y sus ciudadanos, para comprometerse con alguien que los interprete.

El mismo Expresidente Álvaro Uribe dijo hace pocos dias en Cúcuta, ante la adversidad y la violencia que consume a Colombia, que su propuesta estaba dirigida a convocar una gran alianza por un “estallido democrático”, y me parece que ni su mismo partido lo entendió. Se requiere de mucha grandeza y desprendimiento para dejar en libertad a Uribe, con el fin de que, sin cartas marcadas, las demás organizaciones partidistas de la oposición confíen en su invitación.

Lo que dijo Álvaro Uribe en Cúcuta me trajo a la memoria el patriotismo que demostró Alberto Lleras Camargo en 1.957, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, quien no dudo un instante en tenderle la mano a sus históricos adversarios en cabeza del Dr Laureano Gómez Castro, jefe del partido conservador, acercándose ambos sin candidatos dentro del cubilete, animados solamente por el futuro y el bienestar de Colombia. Esa es la historia señores, y la buena suele repetirse.