Barranquilla, 12 de agosto de 2021.- En Colombia, 4 de cada 10 personas sufren de insomnio según la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño; la mitad de ellas toma alguna medicina para manejarlo. En ellos, la función del descanso sobre la salud y el bienestar se ve interrumpida, afectando el funcionamiento de todo el cuerpo.
El ciclo de sueño y vigilia está regido por unos relojes internos en el cuerpo llamados relojes circadianos, los cuales siguen todos los procesos que realiza el organismo (células, tejidos y órganos) en un ritmo de 24 horas, incluso determinan su funcionamiento.
El reloj circadiano central, que es el que indica el momento en que el cuerpo requiere dormir, está ubicado en el cerebro y se conecta con otros órganos para captar señales como la luz, sensaciones térmicas y otras necesidades del organismo antes de prepararse para descansar. Sin embargo, estas pueden verse afectadas por factores externos como cafeína, estrés o falsas señales de vigilia.
Si este proceso natural es interrumpido constantemente o no es satisfecho de manera adecuada, se pueden generar múltiples problemas de salud. La mala calidad del sueño no hace referencia solamente a la cantidad de horas, sino también a la capacidad de dormir de manera profunda y lograr el descanso necesario.
Emma Sleep, empresa de origen alemán, con experiencia en el sueño y presencia en 31 países, entre ellos Colombia, ha insistido en que contar con un colchón diseñado para el buen descanso y confort puede hacer la diferencia. Además, recomienda considerar otras opciones como vitaminas y minerales naturales que ayudan a tener un sueño de calidad que sea reparador.
La valeriana es uno de los componentes más populares para tranquilizar y relajar el organismo, proviene de la raíz de la planta del mismo nombre y se comercializa en gotas o pastillas. Su efecto no es inmediato, pero la introducción gradual en el sistema mejora la calidad de sueño, pues contiene calcio, magnesio, ácidos grasos esenciales, betacaroteno y vitamina B.
De hecho, la valeriana era utilizada por las sociedades griegas y romanas como remedio para la ansiedad, ya que aumenta la cantidad de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro, reduciendo la cantidad de impulsos nerviosos.
En los últimos años se ha popularizado también el consumo de la melatonina para regular los ciclos de vigilia y sueño. Se trata de una hormona que se produce naturalmente en el cuerpo en la noche para provocar somnolencia y se suprime con la luz del día. Es posible conseguirla en la farmacia, aunque también puede obtenerse de manera natural en pequeñas cantidades a través del consumo de verduras, frutas, cereales y carne.
Igual de importante es la vitamina D, que se obtiene principalmente del sol, pero también en alimentos como lácteos, jugos, aceites de pescado y yemas de huevo; esta mejora el estado del ánimo y fortalece el sistema inmunológico. Se ha establecido una estrecha relación entre la deficiencia de esta vitamina y la falta de sueño, sobre todo en adultos mayores de 50 años, quienes al parecer la retienen menos en su cuerpo.
Hay evidencia científica de que la falta de sueño perjudica el proceso de memoria, cuando no se duerme lo suficiente se tiende a olvidar cosas. Un poderoso antioxidante que puede mitigar estos efectos es la vitamina E, ya que protege las funciones del hipocampo en el cerebro.
Esta también ayuda al sistema inmunológico y protege las células del daño, pues promueve el envejecimiento saludable del cuerpo y lo protege del daño de los radicales libres. Es posible obtener dosis saludables de vitamina E comiendo semillas de girasol, aceite de germen de trigo, espinacas, tomates, brócoli y almendras.
Finalmente, el consumo de calcio y magnesio, juntos, puede ayudar con los ciclos del sueño, pues es precisamente la falta de estos la que provoca interrupciones del sueño durante la noche y produce insomnio. Del mismo modo, juntar calcio y triptófano ayuda a dormir porque que trabajan juntos para producir melatonina de forma natural. Estos componentes se pueden obtener de manera saludable a través del consumo de verduras semillas y nueces.
Estas vitaminas y minerales naturales no requieren prescripción médica, pero es recomendable no tomarlas en exceso y consultar a un profesional en caso de que la falta de sueño se convierta en una situación crónica.
Adicional, se puede complementar con un colchón ergonómico diseñado para adaptarse a los diferentes tipos de cuerpos, de manera que brinde un soporte corporal aliviando la presión.