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Por eso Rafael Santos yo quiero, dejarte dicho en esta canción,
que si te inspira ser zapatero, solo quiero que seas el mejor,
por que de nada sirve el doctor, si es el ejemplo malo del pueblo!
Este prefacio corresponde a una parte de las estrofas de esa bella canción de la autoría de Diomedes Diaz, titulada “ Mi Muchacho”, grabada en el año 1.984 con el acordeón del gran Nicolas Colacho Mendoza.
Pues bien, cuentan nuestros abuelos, que hace mucho tiempo, cuando las ciudades eran pequeñas, y/o los pueblos eran grandes, las personas más importantes, en razón a su profesión u oficio, eran: El médico, el abogado, el alcalde, y el cura.
Todo padre, tenía ese gran anhelo, ese gran sueño, que su hijo tomara alguno de esos caminos: Ser médico o abogado, principalmente. Pero en el fondo había otra razón más, y era la de tener un “ Doctor” en la familia, pues en Colombia, como es sabido, a los abogados también nos llaman así. Tema cultural, supongo yo!
Pero los tiempos fueron cambiando, y los retos y ambiciones académicas y profesionales, también. Ya el padre, no solo quería que su hijo fuera abogado para que le dijeran “Doctor”, también empezó a soñar para su hijo, un mejor “pedestal” profesional: Llegar a ser Magistrado!
Y es que en cualquier país del mundo, ser Magistrado es la posición más sagrada, más sublime a la que puede llegar un profesional del derecho o un jurista.
Recuerdo el caso de un veterano abogado español que conocí en un evento académico en la Universidad del Norte. En un comentario paralelo a su disertación, mencionó que venía realizando profundos estudios por que se estaba preparando para ser Magistrado en España. Alguien del público le preguntó: Doctor, y desde cuándo se viene preparando? Y aquel le respondió: Hace más de 20 años!!! Léase bien: Más de 20 años!
Ser Magistrado indiscutiblemente, es la cúspide de una brillante y exitosa carrera para quien se dedica al mundo de las leyes. Ser Magistrado es estar por encima del bien y del mal. Ser Magistrado es llegar a la más alta dignidad jurídica de un país, incluso sobre la del presidente de la república, pues el Magistrado es el Guardian del cumplimiento de la ley y la constitución, y ejerce el control incluso, sobre los posibles desafueros en los que puede incurrir quien detente el poder ejecutivo, es decir, sobre el presidente de la república.
Esa era la razón por la que muchos estudiantes de derecho y jóvenes abogados, soñaban con emular a los Magistrados de la época, en ser como ellos. Me refiero a tiempos pasados.
Pero cómo no iban a ser verdaderos referentes profesionales, faros morales, ejemplos a seguir, etc, aquellos magistrados de la talla de Fernando Hinestroza, Arturo Valencia Zea, Marco Gerardo Monroy Cabra, Carlos Medellín, Alfonso Reyes Echandía? Los dos últimos, entre otras cosas, ultimados a balazo limpio por parte del M-19 en el Holocausto del Palacio de Justicia, en cumplimiento de las ordenes de Pablo Escobar para incinerar todos los expedientes de los extraditables.
Hoy, todo eso cambió! Hoy tenemos otra gran tragedia nacional! En qué momento de la historia, ser Magistrado en Colombia se volvió todo lo contrario a lo que significa serlo? En qué momento, para nuestros estudiantes de derecho o jóvenes abogados, dejó de ser una aspiración, un sueño, un orgullo, llegar a ser Magistrado en Colombia?
Pueden existir muchas causas, trataré de citar algunas:
Pero cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, vino el espectáculo bochornoso de la semana pasada. Un senador de la república, chantajeando a sus compañeros de bancada, diciéndoles que si no elegían a una tal Diana Fajardo (me imagino que se preparó, como el profesor abogado español, durante más de 20 años para ser Magistrada…) las Farc se pararían de la mesa, pues el gobierno les estaría incumpliendo!! Y Efectivamente, a las Farc, a diferencia de los Maestros, el gobierno sí les cumplió! La magistrada fue finalmente elegida. Es decir, podríamos llegar a la grave conclusión, que hoy, las altas cortes están integradas por Magistrados que no fallan en derecho, sino en representación de los intereses de sus padrinos, ya sea padrinos políticos, padrinos económicos, o “ padrinos de la Paz”, como en este caso. Hemos caído muy bajo.
Colombia quedó estupefacta con la elección!! Qué fue entonces lo que se pactó en la Habana? Una paz estable y duradera como cacarea nuestro nobel impoluto? O la toma del Estado por parte del Narcoterrorismo?
Pensar que hoy, en las distintas Cortes, tenemos muchos juristas valiosos, haciendo juiciosos su carrera judicial, funcionarios probos, aspirando a ser Magistrados Titulares, pero por no pertenecer a este tejemaneje corrupto, se les ha hecho imposible llegar a la magistratura titular.
Por esa razón, hoy, un padre, que le diga a su hijo o hija estudiante de derecho, o recién egresado, que sueña con que llegue a ser Magistrado en Colombia, lo más seguro es que éste le responda: “ Noooo Papá… quiero ser Zapatero… pero voy a ser el mejor, por que de nada sirve el Magistrado, si es el ejemplo malo del pueblo “. Sí, Diomedes tenía razón!