《 Todos Somos Ricardo Arley Monroy 》
Las coherencias del candidato Petro sostenidas durante la campaña política y después en la presidencia, se van convirtiendo poco a poco en destructivas imprudencias. El país se mamó de Petro, pero, él es protagonista de su propia caída, y cuando se vea en el suelo, recurrirá a lo que sabe hacer, que es activar la subversión para que, ya debilitadas las fuerzas armadas, puedan operar los colectivos, y se unan en un solo bloque de terroristas compuestos por el ELN, las FARC y el Clan del Golfo. Si este hipotético caso llegare a vislumbrarse, saltaría de bulto, la pregunta: ¿Cuál será entonces la misión de lo que queda de las fuerzas armadas y de la policía nacional? ¿Será que se pliegan a Petro, o, por el contrario, se unen al pueblo para cumplir la constitución? La otra pregunta es: ¿Será que los partidos políticos se quieren echar encima tamaña responsabilidad, de ser los culpables de la muerte de la democracia, o antes por el contrario reaccionarán para preservarla y defenderla? Esa inquietud es más difícil de calcular, por la cantidad de traidores que hay dentro del estamento político, que solo piensan en función de riqueza y poder, y NO de Patria. Pero bueno, hay que ver si les queda un poquito de dignidad que los impulse a rectificar. Escuché varias intervenciones del Ex Presidente Uribe, y ya no es tan generoso su verbo al tratar a Petro, eso da mucho que pensar.
La gente petrista manifiesta su inconformidad de una manera agresiva, sino pregúntenle a los moto taxistas, a los taxistas. Hay desagrado total. Vayan al Mercado y oigan lo mal que hablan de Petro. Creo, que la situación política de Petro se agrava tanto, que su visita a Biden da la impresión que va en busca de cacao, y ojalá el mandatario Norte americano, no se destiña más de lo que se ha desteñido, como lo hizo con la apertura de brazos para con Maduro, que mostró más interés por lo comercial, que por la supervivencia democrática. De otra parte, como creyente que soy, estoy convencido que Dios está metiendo su mano en Colombia y en su pueblo. Pues la desesperación y las incoherencias en los niveles ministeriales no se pueden ocultar.
Los cambios en las cúpulas, son producto del susto, es decir, Petro no confía en los militares. Y ahora vendrá el otro paso, que es tratar de comprarles la conciencia. Cosa que veo imposible, pero estamos en un país de corruptos, y el mal tiene poder, y la tentación por el dinero, es ya un vicio terrible. Además, creo que lo bueno es que el señor General Sanabria, contribuyó a que los demonios y brujos que respaldan al gobierno, inclusive al mismo Petro, se están enloqueciendo. General, siga orando y siga exorcizando, que el país comienza a oler a azufre.
Toronto, Canadá.
senen-gonzalez-velez@hotmail.com.