“Todo fanatismo ciego, y oscurece el uso de razón, hasta volvernos criminales de nuestros propios principios”: Sengove.
Hace algunos días, refrescando la memoria de mi compañero de ideas y campañas políticas, me encontré con una maravillosa y muy humana entrevista que le hizo en su momento, el admirable presentador: Yo José Gabriel a los hermanos Galán. Estos tres jóvenes relataron el encuentro que tuvieron con uno de los hijos de Pablo Escobar, autor material e intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento en la plaza de Soacha, el mismo criminal que también ordenó el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, otro gran amigo, y destacado líder.
El encuentro de Escobar hijo, tuvo como objetivo pedirle perdón a los hermanos Galán, gesto que se manejó con grandeza y gran sentimiento cristiano, actitud que hay que admirar y tenerla como referente para la situación en la que vivimos los colombianos hoy día de polarizaciones, de odios, de populismo, por lo que estamos en medio de un tira que hala, en la que el presidente Petro quiere imponer lo absurdo y lo tozudo como lógico, para enfrentarlo a lo natural, o, a lo que da buenos resultados, y esto se convierte en una fuente de odios que enfrentan al país, especialmente con los que practicamos la ley, el orden, la justicia, los valores y principios, la seguridad ciudadana y el derecho a cuidar lo que se logró obtener con el sudor de la frente, y que llamamos capitalismo, que es fuente generadora de empleos. A Petro no le gusta para los demás el ejercicio del capitalismo, pero que si lo ama para él mismo.
Hay que reconocer que el gesto de los hermanos Galán, hay que tenerlo como referente muy ejemplar para oponerlo a esta terrible polarización ilógica que tiene el país, en que las ideas no se quieren defender con la razón pura, sino adobada con odios, de mentiras, de engaños, de trampas y de corrupción, y lo más grave, es que han sacado de la ecuación el nombre de Dios, porque lo consideran el opio del pueblo y es a lo que temen los comunistas. De ahí la persecución religiosa. Si el nombre de Cristo desaparece del contexto político nacional, ni por asomo es posible iniciar una paz y menos integral, pero… si se podría iniciar una guerra civil. Eso, no lo pongamos en dudas. El gesto de Perdonar de los hermanos Galán a los hijos de Pablo Escobar, los obliga a ser coherentes y pensar más a fondo lo que simbolizó Petro para el asesino de Luis Carlos.
Y recuerdo la pregunta que el doctor Carlos Medellín, le hizo a Petro cuando en otro programa, de cara a cara, el doctor Medellín le toco el corazón a Petro, y le preguntó: cómo se sentía estar frente al hijo de un ilustre magistrado asesinado por quien es hoy presidente?. Por qué lo hizo, le preguntó. El silencio de Petro y su palidez, dieron la respuesta, y… el dolor de alma y corazón del doctor Medellín, mostraron su grandeza y expresión de buen hijo. ¿Qué más prueba quiere el país, para saber qué clase de personaje nos maneja?
Pero regresándome al caso de los hijos de Luis Carlos Galán, tan doloroso como el caso del doctor Medellín, con todo respeto difiero del estilo y la conducta política asumida de algunos de los hermanos Galán, porque ellos debieron mantenerse en los postulados de Nuevo Liberalismo, y no dejar ahogar la estructura y agenda de su ideario político. Allí fallaron totalmente, más motivados por alcanzar rápidamente un protagonismo político muy temprano, cuando tenían de ejemplo los estadios por los que les toco pasar su padre, hasta alcanzar la consolidación de su programa de gobierno, en que finalmente fue aceptado como candidato único del partido liberal.
La posición política de sus hijos, se repartió en tal forma, que más parecían inversionistas colocando acciones en bolsa de valores de diferentes fuentes, apostando a cuál más rápido diera rendimiento. Se matricularon en diferentes escuelas políticas respetables, pero dejaron a la deriva el barco: Nuevo Liberalismo. Ese procedimiento, los alejó de la unidad ideológica de su padre.
Eso, fue un error que termino de prostituir la lealtad y la unidad del partido Liberal y del Nuevo Liberalismo, que luego se quiso recuperar, pero ya era muy tarde, además, se había perdido la confianza. Creo que los hijos de Galán no fueron consecuentes con el potencial ideológico de su padre, ni menos defendieron el pudor de la propuesta de sus ideas. Por eso Luis Carlos se destacó, por la claridad meridiana que tenia de la vida del hombre pobre de Colombia, sin excluir de sus programas el concepto integral del estado en todos sus órdenes y en especial el respeto por la democracia y el estado de derecho, el capitalismo, la importancia del empresario colombiano y del inversionista extranjero, eso a Petro le importa un bledo. Defendió Luis Carlos a brazo partido, lo que representa un colombiano en el contexto internacional. El tema del pasaporte, fue estímulo para elevar el amor propio. Cosa, que va desapareciendo con Petro en donde aparecemos como siervos ciegos al servicio de causas desastrosas.
Pero, a pesar de tan espantoso error, político de los hermanos Galán, no hay duda, que hay que abonarle el gesto de grandeza de corazón y nobleza, de estos jóvenes para perdonar a quien fue el asesino intelectual y material de su padre. Como lo hizo Carlos Medellín con Petro en un aparte de un programa de TV. Admiro al doctor Medellín que ha sido coherente.
Bien podrían los hijos de Luis Carlos, doctores, Juan Manuel, Claudio Mario, Carlos Fernando, asumir una posición política que además de engrandecer los postulados de su padre, que siempre estuvieron encaminados en preservar la democracia, el estado de derecho, los principios y valores, que tanto defendió, ojala hoy sus hijos rectifiquen, en lugar de estar aliados a este gobierno de Petro, en los que de conjunto, han tratado de impulsar unas ideas totalmente adversas a la justicia social a la que pretendía llevar a cabo Luis Carlos Galán para Colombia. Ojalá mediten y se unan a la causa democrática y sean conscientes que lo que está haciendo Petro no tiene ningún parecido a lo que deseaba su padre si llegaba a la presidencia. Además, Petro fue muy amigo de Pablo Escobar y entre las cosas que hablaron cuando el perdón, debieron haberle preguntado sobre la relación de Petro, con Escobar, cuando apenas estaba en la sala del Congreso.
Por ello, considero que todavía hay tiempo, para enderezar el barco de la nación, que navega camino a las furias que conducen al naufragio, o al abismo.
Toronto Canadá
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