Se supone que el papel de medios y periodistas serios corresponde a comunicar, investigar hechos (con documentos y testimonios serios y creíbles como soporte) y con la mayor objetividad y transparencia presentar verdades incuestionables. Lastimosamente en Colombia es frecuente que algunos olviden el papel que deben cumplir y la enorme responsabilidad que tienen frente a sus interlocutores, quienes creen fehacientemente las cosas que ellos publican y expresan.
Pareciera que varios no tienen claridad sobre el rol que deben cumplir los comunicadores, menos de las consecuencias que algunas de sus publicaciones y comentarios tienen frente a la vida de personas e instituciones, a quienes, sin contar con la rigurosidad que requiere la profesión (en algunos casos incluso de manera deliberada y con el ánimo de generar daño) han ocasionado el desprestigio de unos y otros, afectando su honra, algo que difícilmente podrá ser resarcido. Son muchos los casos con situaciones como las comentadas; tristemente es común encontrar que estos manejos y comportamientos tienen a los mismos protagonistas que pareciera se han dedicado a atacar de manera irresponsable y hasta con saña a algunas personas e instituciones.
Uno de estos casos es el del coronel Hernán Mejía; un solo titular de una revista quiso cambiar por completo la vida de este oficial que había entregado parte de su vida (literalmente estuvo a punto de morir) para defender al país. El titular “De héroe a villano” quiso acabar con su honra y su carrera.
La misma revista también atacó al Ejército; primero cuestionando el nombramiento del General Martínez como comandante. Recientemente, de manera ligera e irresponsable, acusó a esa institución por el hallazgo de una fosa común en Dabeiba donde supuestamente habían cientos de víctimas relacionadas con los llamados falsos positivos, generando un enorme daño a la institución a partir de una información con poco sustento investigativo. Todo parece indicar que esos cadáveres corresponderían a guerrilleros FARC muertos en combate (muy común en ellos ocultar sus victimas). Este mismo medio acusó injustamente al General Nicasio Martínez de estar detrás de unas oficinas de interceptación ilegal que supuestamente funcionaban en el Ejército, de manera irresponsable tituló en portada contra el General. Hasta Humans Rights Watch desestimó la información. El daño quedó.
El noticiero de TV de la mal llamada red independiente publicó información sobre hallazgo de micrófonos y supuestas interceptaciones ilegales a la Corte Suprema de Justicia en la oficina del magistrado que lleva la investigación en contra del ex presidente Uribe, además dio a entender que miembros del Centro Democrático las recibían. Pese a que verificaron que los micrófonos estaban desconectados, que COMPENSAR (anterior inquilino del inmueble) certificó que eran elementos de videoconferencia (dejados allí en común acuerdo con el propietario), la directora de este medio insistió en generar cuestionamientos en contra de la honra de personas propiciando un enorme daño.
Es un comportamiento habitual de algunos medios y periodistas lanzar información sin la adecuada investigación, pienso que actúan con intereses políticos para favorecer sectores afines y de paso atacar a los opuestos. Se escudan en la libertad de prensa, saben que si mucho terminarán en procesos de conciliación judicial donde reconocen su equivocación sin jamás hacer la rectificación con la misma intensidad de difusión inicial, nunca en portada o titulares del noticiero. ¿Tienen patente de corso para desprestigiar personas, destruir vidas e instituciones? Eso parece, lo peor, nada les pasa legalmente; aunque es claro que pierden credibilidad y con ello suscriptores lo que se traduce en que sus niveles de lecturabilidad o rating bajan, con las consecuencias que conlleva en términos de pauta (mas grave ahora que no hay la mermelada Santista para los medios). No es coincidencia que los dos medios de comunicación que mas tienen estos comportamientos enfrentan difíciles situaciones económicas. Victimas de su propio invento y de su afán por dañar a otros.
EL COLMO 1: Se cumplió un año desde que la opinión publica tuvo conocimiento del vídeo donde Gustavo Petro fue filmado por su amigo y socio mientras recibía 8 pacas (80 fajos, 8.000 billetes) en efectivo y que dichoso guarda en una bolsa. La C S J nada que avanza en este proceso, imposible no recordar que Musa Besaile reconoció haber pagado $2.000 millones por que engavetaran su proceso en ese tribunal. En el caso de Petro, ¿está el Cartel de la Toga nuevamente en acción? NO HAY DERECHO.
EL COLMO 2: Se comprobó que la noticia publicada recientemente donde calificaban a Colombia como el país más corrupto del mundo era falsa; se basaba en una interpretación errónea. NO HAY DERECHO.