¿Que será lo que piensa Petro?
El presidente Petro invito hace ocho dias al expresidente Álvaro Uribe, jefe de la oposición, a tomarse un café al palacio de Nariño con el fin de analizar las diferencias que nos apartan del proyecto de Ley de la reforma a la salud.
Algunos creen que ser oposición es mantener un enfrentamiento, cerrero e inverosímil entre lo que piensa el gobierno y lo que quiere la oposición.
El papel que debe cumplir la oposición está en defender posiciones ideológicas, la institucionalidad de la Nación, de las que riñan como iniciativas del gobierno de turno. En este caso, la posición del partido Centro Democrático y de su director, es coherente con los estudios que han venido haciendo sobre las propuestas del gobierno de Gustavo Petro. El presidente Álvaro Uribe y su bancada parlamentaria defienden impulsos que construyan sobre lo construido, pero se oponen a propuestas que tengan como objetivo destruir todo aquello que le ha servido al pais
En ese sentido se pronunció el presidente Álvaro Uribe durante la visita que acepto hacerle al gobierno, pero como era natural, durante el tiempo en que permanecieron en la presidencia, nadie los escucho, ni le prestaron atención alguna, porque según parece, Petro quiere que sus invitados, como diría el Cofrade Alfonso Palacio Rudas, traguen entero, y se sometan a los caprichos ideológicos, nacional – socialistas de su comandante.
En resumen, lo que quiere el presidente Gustavo Petro es estatizar el servicio de la salud; con engañifas ofrece que alguna EPS continúen, pero en el fondo lo que propone el ejecutivo es trasladar a millones de usuarios, de esas empresas, a unas entidades que manejaran los alcaldes y gobernadores a instancia del ministerio de salud, en cabeza de un gobierno marcado con una perversa ideología, dañina para la inmensa masa de ciudadanos que reclaman para mantener un buen servicio de salud.
Algo parecido esta ocurriendo con los otros proyectos de reformas del gobierno. La reforma laboral, la pensional, la educativa, la agraria, iniciativas que no las vemos con futuro por su enmarcamiento ideológico.
Las respuestas a estos proyectos sin futuro, y a los escándalos de corrupción que se ven en todos los niveles sociales, han llevado a cientos de miles de colombianos a protestar y a exigir públicamente la renuncia del presidente de la república por incoherente, agravada la desilusión, por las amenazas evidentes que se cierne sobre el estado de derecho con la equivocada política de seguridad. Nuestro ejército es víctima de los mayores oprobios, suscitados por grupos adoctrinados oficialmente para ofenderlo y humillarlo a ojos del gobierno que no hace ningún
esfuerzo por defender las instituciones. En los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía sacan a los soldados de la patria como si fueran seres indeseables y no hay quien los defienda. Mientras tanto, en manos de antiguos compañeros de rebelión ha quedado la propuesta de paz que no va para ningún lado, y que solamente está apoyada por el ejecutivo para fortalecer a los grupos narcoterroristas. Para el gobierno es más importante reconocer como gestor de paz a un criminal como Mancuso que atender recomendaciones de la oposición. Así las cosas, señores, esto no va para ningún lado y se acerca el momento de decidir.