Esta frase se repite varias veces durante la película que ha causado admiración y a la vez dolor, en el corazón, que cuenta una historia real que sucede desafortunadamente en Colombia.
Se trata del negocio más abominable del mundo de que se tenga noticias. De las investigaciones que se adelantaron por los productores del filme conocimos que las utilidades que se derivan de esa monstruosidad se calculan en más de US$ 150 BILLONES de dólares cada año.
¿Quiénes concurren a perpetrar ese crimen antinatural?, desde luego, en primer lugar, las mafias de pedófilos que pululan en el mundo entero; en segundo lugar, las organizaciones al margen de la ley vinculadas al crimen organizado, los carteles de la droga y los grupos armados que actúan contra la constitución, la libertad y el orden.
Con inmensa tristeza vimos que la película se rodó en territorio colombiano y nos mostró a ciudades como Bogotá y Cartagena como centros internacionales del secuestro, el robo de niños y de prostitución.
El Sonido de la Libertad es su título, y se recomienda que la vean. Al final, el principal actor le informa al público que esa película se terminó desde hace 6 años pero que hubo presiones muy fuertes de gobiernos de este lado del planeta para que no fuera presentada al público.
¿Ven Uds. como ese mercado, el de los hijos de Dios, en muchas partes del mundo si están en venta, ante los ojos ciegos y oídos sordos de los gobernantes de turno?
Podemos creer que esas bandas criminales se han unido para cometer el delito y derivar de la pedofilia inmensas sumas de dinero para satisfacer su accionar diabólico y su codicia personal.
Esas mismas organizaciones criminales, económicas y políticas, son las que están contribuyendo, en muchos países del mundo a implantar gobiernos proclives a la institución de la ideología de género, que no es otra cosa distinta que meterle en la cabeza a las nuevas generaciones que no existen diferencias biológicas entre los hombres y las mujeres por factores inherentes al cuerpo, sino que los hombres son iguales desde todos los puntos de vista.
Países con regímenes totalitarios como Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Nicaragua, son refugios de los delincuentes y ahora Colombia que está en peligro, en la mira de esa clase de organizaciones criminales.
¿Que han requerido para intentarlo? De un presidente delirante, mentalmente perturbado, con un corazón lleno de odio contra los sectores productivos, un vicioso, y un adicto al alcohol y a otras sustancias psicotrópicas como lo vemos continuamente en sus discursos. A ese personaje le están haciendo la segunda a líderes de partidos tradicionales como el liberal, los de la U, los de Alianza Verde y sectores del partido conservador.
Lo hacen porque conocen el comportamiento del ejecutivo y se aprovechan de sus debilidades para obtener jugosos negocios privados. Le venden el alma al diablo. Les importa un carajo el país.
Pero para muchos colombianos, para la inmensa mayoría de gente buena, lo digo claro: ni la democracia, ni la Libertad, ni el Orden de la casa en donde viven los hijos de Dios, están en venta. Lo anterior nos obliga a actuar porque este es el momento del Huila. Edwin Valencia Gobernador.