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Hay que comenzar por recordar que esa vía fue adjudicada desde el año 2.014, gobierno de Juan Manuel Santos que nos “conejió” por lo que deben cambiarle el nombre de Ruta 45. Lo digo porque cuando se anunció por primera vez de que el Huila se había visto favorecida por la construcción de una vía de 4G, de cuarta generación, una de sus características era que gozaríamos de una carretera moderna desde Neiva hasta Santana en límites con el Ecuador pasando por Pitalito y Mocoa.

El entusiasmo fue general y soñábamos con una carretera de doble calzada con separador central a lo largo de toda su longitud, 456 kilómetros, al estilo de las grandes mega vías de los Estados Unidos y de Europa.

La desilusión fue mayúscula cuando se conoció que la inversión ya no sería de $ 3,7 billones de pesos, como lo anunciaron entonces, sino de apenas $1,60 billones de pesos. El gobierno Duque peluqueó el presupuesto en más del 50%. Gran aporte para el Sur colombiano el de Duque y sus áulicos.

Con lo cual, ya no será una carretera 4G sino una simple ruta con un trazado de una sola calzada de 8 metros de ancha, con la excepción de las variantes acordadas en los pasos por los municipios de Hobo, Gigante y Timana.

Hace 31 meses, el 18 de febrero de 2.021 se llevó a cabo la tercera audiencia pública del proyecto “compromiso por Colombia”, con asistencia del actual gobernador Ingeniero Luis Enrique Dussan y los contratistas CCA china y la compañía costarricense MECA S.A. quienes se manifestaron a favor de hacer una pequeña inversión en la recuperación de la carretera, a la que llamaron Inversión Parcial, por valor de $87.500 millones de pesos, una cifra muy distante a la asignación total para la vía.

¿Qué están haciendo con ese dinero? Lo que en la ANI llaman, La Recuperación parcial, una manera eufemística de decirnos que es un parcheo de la carpeta asfáltica sobre una vía vieja y una base inexistente. “recordemos el evangelio de Mateo 9:17. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder”. Parodiando a Mateo diremos: Una carpeta asfáltica extendida sobre una base vieja o inexistente echa a perder el pavimento y se rompe la calzada muy pronto.

Me encanto conocer, por información de mi amigo Laboyano, don José Armando Rivera Farfán, entusiasta veedor de esa vía, quien, junto con otros amigos de Pitalito, ingenieros y arquitectos, se han organizado en Comité Cívico para vigilar por el oportuno y eficaz cumplimiento del contrato. En hora buena.

Aparecen otras inquietudes como, por ejemplo: El promedio de velocidad en la vía hoy no supera los 35 km/hora, y si no se contempla una revisión a la inversión y en el diseño para construir un tercer carril en las longitudes críticas, no podremos superar ese cuello de botella. Con el tráfico actual, en ascenso, y sin un tercer carril, jamás superaremos esa gravísima dificultad. Seguirá siendo una vía obsoleta, odre viejo, y de alta peligrosidad.

No se avizora una solución definitiva para Pericongo. A mi modo de ver, ese paso debió ser la prioridad única de la carretera. Sin esa solución, podemos decir, sin lugar a equivocarnos que nunca tendremos una vía 4G. trataré de aportar profesionalmente mi poca experiencia como ingeniero civil para servirle a Pitalito y al comité cívico de la Vía.